El "austero" Xi Jinping proh¨ªbe construir edificios oficiales durante cinco a?os
El presidente chino, Xi Jinping, advirti¨® a su llegada al poder que su mandato vendr¨ªa marcado por la austeridad en el gasto p¨²blico, pero ha tardado meses en decretar la primera medida que verdaderamente lo demuestra, una orden que proh¨ªbe durante cinco a?os la construcci¨®n de nuevas sedes de gobierno.
La ordenanza lleg¨® sin anuncios previos ayer, martes, cuando una comunicaci¨®n conjunta del Consejo de Estado (gobierno central) y el Partido Comunista de China anunciaba que hasta 2017 no habr¨¢ posibilidad de que ayuntamientos o gobiernos provinciales dispongan de nuevas sedes.
La orden, que se dice "acorde con la campa?a nacional de austeridad", tambi¨¦n proh¨ªbe nuevas estructuras oficiales tales como centros de formaci¨®n de mandatarios u hoteles para altos cargos estatales, como los que existen en Pek¨ªn y otras grandes ciudades del pa¨ªs.
Aunque s¨ª se permitir¨¢n obras de remodelaci¨®n o restauraci¨®n de antiguas instalaciones, el Gobierno central examinar¨¢ con lupa estos proyectos y s¨®lo aprobar¨¢ los que se lleven a cabo para aumentar medidas de seguridad o para recuperar funciones de las oficinas, prohibiendo "obras caras e innecesarias".
As¨ªmismo, proh¨ªbe a gobiernos a todos los niveles colaborar con empresas de construcci¨®n en proyectos inmobiliarios, as¨ª como cualquier tipo de donaciones o patrocinios a firmas del sector, que en China tambi¨¦n ha vivido su particular burbuja (no s¨®lo en sedes oficiales, aunque en ¨¦stas ha habido casos m¨¢s llamativos).
En la directiva estatal se denuncia que en los ¨²ltimos a?os se han construido algunas sedes de gobiernos locales irregularmente y con grandes excesos presupuestarios, "lo que ha da?ado la imagen del Partido Comunista y el Gobierno, aumentando la vehemencia del descontento p¨²blico".
En los ¨²ltimos meses han circulado en China y han sido muy criticadas muchas noticias sobre la construcci¨®n de edificios excesivamente grandes o lujosos para los gobiernos locales, algunos de ellos imitando famosas estructuras como el Capitolio de Washington o el Gran Palacio del Pueblo de Pek¨ªn.
Muy notable fue, el pasado diciembre, la denuncia de que el gobierno de Jinan, capital de la provincia costera oriental de Shandong, hab¨ªa edificado una nueva sede de 370.000 metros cuadrados que la convert¨ªa en el segundo edificio oficial m¨¢s grande del mundo, s¨®lo por detr¨¢s del Pent¨¢gono estadounidense.
El edificio, que dispone de 40 ascensores y 45.000 terminales telef¨®nicas, cost¨® 640 millones de d¨®lares, y al conocerse su existencia en otras zonas del pa¨ªs despert¨® muchas cr¨ªticas de los ciudadanos chinos hacia el despilfarro de sus responsables pol¨ªticos.
El af¨¢n por grandes sedes es muestra s¨®lo del furor del sector de la construcci¨®n en China, pa¨ªs que en este mismo mes inaugur¨® el edificio con mayor superficie del mundo (un centro comercial de 1,76 millones de metros cuadrados en la ciudad interior de Chengdu) e inici¨® las obras del rascacielos m¨¢s alto del planeta.
Antes a¨²n, en 2008, el exceso de tama?o, lujo y ostentaci¨®n de los edificios gubernamentales en localidades casi desconocidas tambi¨¦n fue motivo de muchos debate, cuando el terremoto de mayo de aquel a?o afect¨® a numerosas localidades del pa¨ªs, causando la muerte de cerca de 90.000 personas.
En algunos lugares afectadas por aquel se¨ªsmo, mientras se derrumbaron escuelas o edificios residenciales, varios edificios de gobiernos locales, construidos con mejores materiales, quedaron en pie y sufrieron escasos da?os, lo que muchos criticaron como una muestra de que los pol¨ªticos no se preocupaban por el pueblo.
Xi Jinping, secretario del Partido Comunista de China desde noviembre de 2012 y presidente del pa¨ªs desde marzo de este a?o, prometi¨® medidas de austeridad que comenzaron t¨ªmidamente a finales del a?o pasado, con una prohibici¨®n de grandes banquetes oficiales y otros actos "extravagantes".
Aquella prohibici¨®n ha tenido ya, no obstante, sus consecuencias: marcas de licores de lujo del pa¨ªs asi¨¢tico o restaurantes de post¨ªn en las grandes ciudades se quejan de que a ra¨ªz de la prohibici¨®n han sufrido grandes p¨¦rdidas.
Incluso hubo rumores de que el supermercado que existe en el interior de Zhongnanhai, el recluido recinto del centro de Pek¨ªn donde viven los m¨¢ximos l¨ªderes comunistas, iba a cerrar su negocio, aunque ¨¦stos nunca fueron confirmados.
"El gobierno tiene que apretarse su propio cintur¨®n, para que la gente viva c¨®modamente", analizaba hoy, en un art¨ªculo de la agencia oficial Xinhua, el experto Wang Yukai, de la Academia China de Gobernaci¨®n.
Por Antonio Broto
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.