¡°El paro nos ha abierto los ojos¡±

Lo reconocen. Ellos tambi¨¦n acudieron a una asociaci¨®n como la suya, de parados de m¨¢s de 50 a?os, pensando que podr¨ªan ayudarles a encontrar empleo. Pero han descubierto que agruparse y fundar su propia Asociaci¨®n de Parados Mayores de 50 a?os de L¡¯Hospitalet, la segunda ciudad de Catalu?a, va m¨¢s all¨¢ de la b¨²squeda de empleo. Supone ganar visibilidad, hacer que la sociedad sea consciente del drama del paro que afecta a los m¨¢s mayores, darse cuenta de que no est¨¢n solos, que no son los ¨²nicos, animarse unos a otros y empoderarse. Hablan Cristina Andrada y Manel Salas. Es mi¨¦rcoles por la ma?ana, la cita semanal de la asociaci¨®n en las dependencias que les presta el Ayuntamiento. ¡°Nos negamos a ser invisibles. Pero sin dar pena, siempre con mensaje positivo¡±, reivindica Cristina.

Manel era aut¨®nomo, transportista y lleva dos a?os en paro, desde los 58. Cristina, se qued¨® en paro en febrero, con 56. Tras 20 a?os como planchadora, ahora su puesto de trabajo lo ocupan j¨®venes a media jornada y solo en temporada alta. Los dos tienen hijos en edad de estudiar. ¡°Con 50 a?os te das cuenta que dif¨ªcilmente podr¨¢s volver a trabajar, somos demasiado viejos para el mercado laboral y demasiado j¨®venes para jubilarnos¡±, espeta ella.

¡°El mayor palo ha sido que no se valore la experiencia, darte cuenta que la edad en un curriculum es un lastre, que al ver m¨¢s de 50 a?os lo tiran a la basura, que la veteran¨ªa no vale nada¡±, lamenta Manel. ¡°Te sientes un estorbo, nadie cuenta contigo: ni las empresas ni los pol¨ªticos que nos tratan como vagos que viven del subsidio¡±, prosigue. En la asociaci¨®n hay ¡°perfiles de todo tipo¡±: desde empleados de la construcci¨®n hasta gerentes y directivos pasando por artesanos, explican. Y ojo: casi nadie de ellos hab¨ªa participado anteriormente en entidades ni estaba politizado: ¡°El paro nos ha abierto los ojos¡±.

Ambos convienen en que los hombres llevan peor la situaci¨®n de desempleo que las mujeres. ¡°Muchas mujeres han trabajado sin cotizar, limpiando, cosiendo, cuidando ni?os o mayores¡­ y no tienen reparo en hacerlo, pero ellos no¡±, dice Cristina. ¡°Cambian los roles y a muchos compa?eros les cuesta, psicol¨®gicamente para un hombre de esta edad es jodido no ser la principal fuente de ingresos¡±, reflexiona Manel, que celebra que ¡°los encuentros tambi¨¦n sirven de terapia¡±.