Cuatro millones de turistas reh¨²yen dormir en hoteles en mayo y junio
En dos meses aumentan en 560.000 los turistas que no pernoctan en alojamientos tradicionales Internet impulsa el negocio no regulado del alquiler de habitaciones o casas
Buscar un destino, comprar el pasaje y reservar un alojamiento. Por fin, hacer la maleta, y quiz¨¢s una lista para no olvidar nada. Los pasos fundamentales antes de irse de viaje suelen ser siempre los mismos. Pero evolucionan. As¨ª que, si el pa¨ªs elegido es Espa?a, el hotel tradicional puede no formar ya parte del plan. Es lo que ocurri¨® en mayo y junio de este a?o: 3.994.962 viajeros extranjeros no pernoctaron en hoteles ni alquilaron una vivienda vacacional. Son casi 560.000 m¨¢s que en el mismo periodo de 2012, seg¨²n los datos de encuesta de movimientos tur¨ªsticos en fronteras (Frontur). El floreciente negocio de los alojamientos alternativos entra?a, sin embargo, algunos riesgos, ya que la falta de unas reglas claras puede facilitar el fraude fiscal y la competencia desleal.
Uno de los motivos para el cambio de tendencia hay que buscarlo en Internet, que se ha convertido en el protagonista de las b¨²squedas de un alojamiento diferente del habitual. En la Red se pueden encontrar apartamentos, casas y hasta habitaciones por d¨ªas en viviendas habitadas. Desde mensajes en foros de Internet hasta p¨¢ginas especializadas en anuncios de particulares, la intermediaci¨®n entre hu¨¦sped y anfitri¨®n se ha convertido en un floreciente negocio virtual.
Los hoteleros lamentan un estancamiento de sus precios
Los n¨²meros de Airbnb, el portal de Internet m¨¢s importante de todo el mundo de alojamientos extrahoteleros, lo confirman. Desde su fundaci¨®n en 2008 esta empresa se ha transformado en un gigante arraigado en 192 pa¨ªses. Solo escapan a sus redes Corea del Norte, Cuba, Turkmenist¨¢n y Siria. La compa?¨ªa, cuyos propietarios son tres extrabajadores de la Silicon Valley, cruza las ofertas de los anfitriones con las demandas de los hu¨¦spedes. ?El resultado? Cinco millones de clientes que reservan desde habitaciones a ocho euros hasta islas privadas por varios miles de d¨®lares. Espa?a juega un papel fundamental en el crecimiento de Airbnb. ¡°Es nuestro tercer destino en absoluto despu¨¦s de EE UU y Francia, y Barcelona la cuarta ciudad m¨¢s visitada tras Nueva York, Par¨ªs y Londres¡±, asegura Jeroen Merchiers, director general de Airbnb en Espa?a y Portugal. ¡°Por esta importancia estrat¨¦gica abrimos en febrero de 2012 una oficina en la capital catalana¡±, prosigue. Seg¨²n Merchiers, entre junio de 2012 y junio de 2013 ¡ªel mismo periodo fotografiado por las estad¨ªsticas de la encuesta de Frontur¡ª, el volumen de actividad de su empresa en Espa?a ha aumentado en un 300%, hasta alcanzar los 40.000 alojamientos. ¡°El proceso para afiliarse como anfitri¨®n es totalmente gratuito¡±, explica Merchiers. ¡°Es el hu¨¦sped quien paga una comisi¨®n entre el 6% y el 12% de su reserva, seg¨²n el importe¡±, a?ade.
?Pagan los due?os de las viviendas a Hacienda por lo que ingresan? La labor de Airbnb, defiende la empresa, est¨¢ estrictamente limitada a la intermediaci¨®n. Merchiers declina cualquier responsabilidad: ¡°Nosotros trabajamos en 192 pa¨ªses y no podemos preocuparnos de 192 legislaciones. Aconsejamos a nuestros anunciantes que acudan a un asesor fiscal, pero no podemos ir m¨¢s all¨¢ de esto, son ellos quienes se tienen que hacer cargo de su posici¨®n ante Hacienda¡±, remarca.
El portal de Internet Airbnb dispar¨® su actividad en Espa?a un 300% este a?o
El negocio de intermediaci¨®n por Internet est¨¢ golpeando a muchos negocios tradicionales. Un ejemplo es el caso del Artistic Bed & Breakfast, en el c¨¦ntrico barrio de las Letras de Madrid. Paola Chehebar, la due?a, es una argentina de 35 a?os que vive la capital desde hace 11. En 2011 abri¨® su establecimiento de seis habitaciones decorado hasta el m¨ªnimo detalle. ¡°El a?o pasado las cosas iban bien. Ahora tenemos plazas libres. Es que no podemos competir con quien pide por una casa entera el mismo dinero al que nosotros ofrecemos una habitaci¨®n¡±, comenta. ¡°Yo tambi¨¦n me afili¨¦ a Airbnb para ganar un poco m¨¢s de visibilidad. No me pidieron nada, tampoco con respecto a mi posici¨®n fiscal. Cuando abr¨ª el B&B con una licencia de turismo regular la polic¨ªa lo inspeccion¨®. Hay reglas hasta sobre la anchura de los pasillos¡±, asegura. Cree que las p¨¢ginas web como Airbnb no son ilegales, pero s¨ª juegan con los vac¨ªos legales. ¡°As¨ª nunca vamos a poder ser competitivos¡±, lamenta.
Los hoteles, pese a todo, no han pasado de moda: alojaron entre mayo y junio a 100.000 viajeros m¨¢s que hace un a?o. Ram¨®n Estalella, secretario general de CEHAT, la patronal de hoteles y alojamientos tur¨ªsticos, lamenta sin embargo el ¡°estancamiento de los precios de las habitaciones¡±. Subraya que los portales de Internet hacen solo su trabajo, pero se queja de que ¡°no es posible que los hoteles est¨¦n teniendo problemas cuando por primera vez hay m¨¢s de seis millones de turistas en Espa?a¡±.
El cambio en la ley de alquiler tur¨ªstico no ha solventado el vac¨ªo legal?
Hasta el pasado junio, la Ley de Arrendamiento Urbano (LAU) amparaba las viviendas de uso tur¨ªstico bajo la disciplina del alquiler por temporada. Pero "para evitar situaciones de competencia desleal" en el sector, la normativa cambi¨®, y seg¨²n recuerda Chehebar, dej¨® por completo en manos de las comunidades la tarea de regularizar el sector. En Catalu?a, donde se lanz¨® en diciembre de 2012 su nueva legislaci¨®n auton¨®mica, se han dado de alta 20.000 viviendas tur¨ªsticas (100.000 plazas). Pero en otras comunidades persiste una especie de zona gris en lo que respecta a las viviendas que se pueden o no alquilar en vacaciones.
Pese a estas lagunas, lo que siempre ha estado claro es que todas las ganancias por un arrendamiento deber¨ªan ser siempre declaradas a Hacienda. Sin embargo, seg¨²n el sindicado de los t¨¦cnicos de Hacienda (Gestha), en 2010 el fraude fiscal de los alquileres roz¨® los 3.000 millones de euros. Jos¨¦ Mar¨ªa Mollinedo, secretario general, matiza que ¡°los datos son generales y no permiten saber la porci¨®n de fraude que tiene que ver con el turismo¡±.
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