El metro de Atenas, un viaje en el t¨²nel del tiempo

Viajar en metro por Atenas es como entrar en el t¨²nel del tiempo: cada estaci¨®n ofrece una nueva sorpresa arqueol¨®gica que el pasajero debe descubrir por s¨ª mismo, porque no hay visitas guiadas.

La red de metro de Atenas -tres l¨ªneas, de las que dos son de nueva construcci¨®n y se concluyeron en el a?o 2000 de cara a los Juegos Ol¨ªmpicos- es joven, pero no as¨ª lo que se puede admirar en sus entra?as.

En los 57,7 kil¨®metros de recorrido de las dos l¨ªneas m¨¢s modernas se excavaron 79.000 metros cuadrados con fines arqueol¨®gicos y se hallaron 50.000 objetos procedentes de las m¨¢s variadas eras de la Historia.

Al efectuarse perforaciones en distintas capas del subsuelo, se encontraron joyas de distintas ¨¦pocas, del neol¨ªtico a la ¨¦poca posbizantina.

El principal reto fue avanzar en las obras, sin destruir los yacimientos arqueol¨®gicos. Cada vez que se hallaba o intu¨ªa que pod¨ªa haber algo de valor arqueol¨®gico, se deten¨ªan las obras y se daba paso a las tareas de los arque¨®logos.

Para ello, explica a Efe el presidente de la compa?¨ªa del metro de Atenas (Stasy), Nikos Papazanasis, se utilizaron perforadoras especiales, todo con la presencia permanente de los equipos arqueol¨®gicos del Ministerio de Cultura.

Del total de 40 estaciones de que dispone la red, se hicieron prospecciones arqueol¨®gicas en veinte, de las que seis -pr¨¢cticamente, todas en el coraz¨®n de Atenas- muestran hallazgos de inter¨¦s: Syntagma, Keramik¨®s, Monastiraki, Acr¨®polis, Panepistimiu y Evangelism¨®s.

La plaza de Syntagma es el coraz¨®n emblem¨¢tico de Atenas y en estos tiempos de crisis, punto de concentraci¨®n de las manifestaciones contra la pol¨ªtica de austeridad.

En esta estaci¨®n de metro que discurre bajo las "enaguas" del Parlamento, se puede ver desde una amplia colecci¨®n de esculturas cl¨¢sicas hasta los restos de un cementerio, utilizado tanto en la ¨¦poca mic¨¦nica como en la bizantina. Incluso se ha dejado a la vista del p¨²blico un esqueleto.

Una de las estaciones m¨¢s interesantes es la de Monastiraki, el barrio popular que, adem¨¢s del rastro de Atenas, alberga numerosas tabernas.

En esta estaci¨®n, en el lecho del r¨ªo Iridanos, que nac¨ªa del Monte Likavitos y conflu¨ªa en el r¨ªo Ilissos, las excavaciones dejaron al descubierto un sistema de abastecimiento de agua y de riego, con restos de talleres, casas y tumbas que se remontan hasta el siglo VIII a.C.

En otra c¨¦ntrica estaci¨®n, la de Evangelism¨®s, en el subsuelo de la avenida Vasilisis Sof¨ªas -el nombre, en honor a la abuela paterna de la reina de Espa?a-, se pueden admirar los restos de un antiguo cementerio con su correspondiente muro y adem¨¢s los vestigios de una v¨ªa y de un acueducto.

Adem¨¢s de los tesoros arqueol¨®gicos, el metro de Atenas exhibe en casi todas las estaciones obras de artistas contempor¨¢neos griegos.

Explica Papazanasis que muchas de estas obras guardan alg¨²n tipo de relaci¨®n con la tem¨¢tica del metro o del viajero, como un gigantesco reloj que cuelga sobre el gran vest¨ªbulo de la estaci¨®n de Syntagma o los asientos en forma humana de los andenes de la estaci¨®n de L¨¢risa.

Una de las cosas que m¨¢s sorprenden del metro de Atenas es su absoluta limpieza: ning¨²n papel en el suelo, ninguna pintada en la pared, ni siquiera hay papeleras, todo ello en una ciudad cuya suciedad a veces se antoja infernal.

"?C¨®mo ¨ªbamos a permitir que haya la m¨¢s m¨ªnima suciedad estando rodeados de tantas joyas?", es la explicaci¨®n que ofrece Papazanasis ante el asombro que le transmitimos. "La empresa no ha escatimado medios para mantener permanentemente limpias las estaciones", a?ade.

As¨ª pues, entrar en el metro de Atenas no es sin¨®nimo de un descenso al Hades; aqu¨ª es m¨¢s frecuente encontrar el infierno en la superficie.