Italia pierde el ¡®made in Italy¡¯
Empresas extranjeras se apoderan de la calidad de la industria italiana
Hasta hace unos a?os, los italianos pod¨ªan satisfacer la gran mayor¨ªa de sus necesidades de consumo sin abandonar la producci¨®n nacional, ya fuera para comer, vestirse o viajar en autom¨®vil. Aprovechaban la variedad y la alta calidad de sus manufacturas, desde hace d¨¦cadas tarjeta de visita de las f¨¢bricas italianas. Pero algo se est¨¢ rompiendo en la industria del bel paese, y su arquitectura productiva ahora se tambalea. Las marcas siguen manteniendo su prestigio, pero en muchos casos de nacional les queda muy poco: en la mesa ya no es dif¨ªcil encontrar comida con sello italiano producida en Espa?a, y muchas de las firmas cuyas prendas lucen en los escaparates de Roma o Mil¨¢n ya son de propiedad francesa. Los grupos extranjeros, sobre todo europeos, se est¨¢n apoderando del made in Italy.
En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, el expolio de la propiedad industrial ha sido un fen¨®meno constante en la fr¨¢gil econom¨ªa italiana. El capital extranjero ha aprovechado su mayor fuerza financiera para hacerse con empresas hist¨®ricas y de renombre. La industria alimentaria ha sido una de las m¨¢s afectadas. Seg¨²n Coldiretti, la asociaci¨®n que re¨²ne a los empresarios del sector agr¨ªcola, desde 2006 se han vendido 20 de las m¨¢s importantes compa?¨ªas alimentarias italianas, con transacciones por un valor total de 2.000 millones de euros.
La industria alimentaria utiliza un 33% de materias primas extranjeras
Los ejemplos de esta di¨¢spora son m¨²ltiples: tres de los aceites de oliva m¨¢s vendidos ¡ªCarapelli, Sasso y Bertolli¡ª pertenecen al grupo espa?ol SOS desde hace siete a?os; las botellas de la hist¨®rica cerveza romana Peroni encierran un coraz¨®n sudafricano, y el verde de la bandera italiana dibujado en los envases del queso Galbani esconde en realidad el azul oscuro de otra tricolor, la de Francia.
¡°Estamos en un mercado libre, y no hay nada malo en que los extranjeros se hagan con nuestras empresas¡±, mantiene Giuseppe Liberatore, presidente de AICIG, la asociaci¨®n que tutela la denominaci¨®n de origen de los productos gastron¨®micos. ¡°Mientras la procedencia de las materias primas y los procesos productivos sigan siendo controlados, no hay diferencias¡±, remarca.
La demanda interna se desploma en los sectores alimentario y de la moda
Los peligros surgen, sin embargo, ¡°cuando no se puede garantizar el origen de la comida, y cuando en pa¨ªses como Estados Unidos un producto puede tener un nombre parecido a uno italiano y no tener nada que ver con ¨¦l. Es una competencia desleal que enga?a a los clientes y da?a las empresas: un acuerdo comercial entre Estados Unidos y Europa es indispensable en este sentido¡±, insiste. Los temores de Liberatore encuentran confirmaci¨®n en los datos: Coldiretti estima que el 33% de la producci¨®n agroalimentaria italiana deriva de materias primas extranjeras, lo que supone p¨¦rdidas para el sector de 51.000 millones de euros.
No obstante, Lorenzo Rezzana, responsable econ¨®mico de la asociaci¨®n, achaca la crisis del made in Italy alimentario a razones estructurales: ¡°El tejido productivo italiano se compone en un 99,9% de peque?as y medianas empresas, y la gran mayor¨ªa de ellas son de gesti¨®n familiar. El hecho de que haya empresarios capaces no implica en absoluto que los hijos sean igual que ellos¡±, sostiene, y explica que en muchos casos las malas gestiones y las atrevidas salidas a Bolsa han sido las causas de una asfixia financiera que ha hecho inevitable la venta de las empresas. Con la propiedad extranjera, el verdadero riesgo ¡°es la deslocalizaci¨®n de la producci¨®n y la perdida de empleo¡±, explica.
¡®Vendido¡¯
- El grupo Kering, que en 1999 adquiri¨® la firma de moda Gucci, en 2011 se hizo tambi¨¦n con las joyas de Bulgari, que le costaron 4.300 millones de euros.
- El grupo LVMH del empresario Bernard Arnault, rival de Kering en la moda francesa e internacional, ¡ªdue?o de la casa de moda Fendi desde el a?o 1999¡ª, compr¨® el pasado mes de julio el 80% de Loro Piana, una famosa productora de cachemir con m¨¢s de un siglo de historia, por 2.000 millones de euros.
- El propio Arnault posee desde junio de este a?o la pasteler¨ªa Cova, una tienda con 200 a?os de historia ubicada en el coraz¨®n de Mil¨¢n.
- Lactalis, otro importante grupo alimentario franc¨¦s, controla los productores de queso Galbani, Invernizzi y Locatelli.
- Prince, una sociedad anglo-japonesa controlada por el grupo Mitsubishi, se hizo en enero de 2012 con la salsa de tomate de Ar Industrie Alimentari, primer productor italiano.
- El grupo espa?ol Campofr¨ªo adquiri¨® en 2011 Fiorucci, una de las m¨¢s famosas productoras de carne italiana.
En la moda, el otro gran sector en jaque, la tendencia es parecida. Grandes firmas como Gucci, Fendi o Bulgari ya son empresas francesas. ¡°Quedan las marcas, pero las sedes legales abandonan Italia y con ellas se va el pago de los impuestos, que acaban llenando las arcas de otros pa¨ªses¡±, comenta Valeria Fedeli, vicepresidenta del Senado y hasta 2010 secretaria de la federaci¨®n de los trabajadores del sector textil de la CGIL ¡ªel mayor sindicato de Italia¡ª y vicepresidenta de la equivalente federaci¨®n europea. ¡°El problema de Italia es la falta de un verdadero sistema-pa¨ªs que apoye sus empresas, que padecen una fuerte falta de capital y que por eso acaban en manos extranjeras financieramente m¨¢s poderosas¡±, explica. Seg¨²n datos del Banco de Italia, la porci¨®n de presupuesto que las entidades bancarias italianas reservan al cr¨¦dito cay¨® el pasado junio un 4,1%, en linea con una tendencia que se mantiene constante desde el mismo mes del a?o pasado.
Seg¨²n un informe de Concommercio, el gremio de los comerciantes italianos, en el primer trimestre de 2013 la demanda interna se desplom¨® un 5,9% en la moda y un 4,6% en la industria alimentaria.
En un pa¨ªs en el que el desempleo juvenil roza el 40%, Fedeli lamenta, adem¨¢s, ¡°la incapacidad del sistema educativo de formar futuros empresarios a la altura de los retos que los esperan¡±. La exsindicalista subraya que la industria de la moda exporta el 80% de lo que produce. ¡°Hay empresas que experimentan con tejidos para los astronautas de la NASA, con un elevad¨ªsimo valor a?adido¡±, se?ala. ¡°Desde que China entr¨® en la Organizaci¨®n Mundial del Comercio las reglas del juego han cambiado, y si no se ponen en marcha pol¨ªticas industriales eficaces las cosas para las empresas italianas seguir¨¢n empeorando¡±. Fedeli hace hincapi¨¦ en que Italia no vende solo sus productos, sino tambi¨¦n su estilo de vida y la alta calidad de su cadena productiva. ¡°Hay que proteger todo eso, ya que nunca vamos a poder competir con la industria de masa de China¡±, afirma.
El Gobierno aprob¨® el pasado junio un decreto ley que prev¨¦ ¡°relanzar las inversiones y facilitar el acceso al cr¨¦dito, sobre todo para las peque?as y medianas empresas¡±. ?Ser¨¢ bastante para empujar su recuperaci¨®n? De momento, la tendencia para las empresas no cambia: nombre italiano, propiedad extranjera.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.