Argentina, parecido pero diferente
El n¨²mero de espa?oles que iniciaron los tr¨¢mites de residencia en 2012 se ha triplicado desde 2007 El pa¨ªs ya no crece tanto, pero hay trabajo
![Alejandro Rebossio](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0fee85f4-1448-4055-a80f-6037d7476661.png?auth=58b5e7305414067a79d84cb3d59ed000dc9a54361d95abe1393e692885ea7c9d&width=100&height=100&smart=true)
![Sheila González posando para Españoles en Argentina.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4YTST3IAWNTA3HB4IZHXOQOO3M.jpg?auth=1e1cd0d149bc1b08d3f3ff8784862ccc8d53e6a3222020eb6f1f73990acd54b0&width=414)
¡°La experiencia es un peine que te lo dan cuando te quedas pelado¡±, dec¨ªa el m¨ªtico boxeador argentino Ringo Bonavena, asesinado cuando ten¨ªa 33 a?os en EE UU en 1976. Sin embargo, el relato de las experiencias de algunos espa?oles que en los ¨²ltimos a?os ha migrado a Argentina puede resultar ¨²til para los que quieran seguirles los pasos. En general, han conseguido trabajo. En algunos casos tardaron meses hasta encontrarlo o debieron aceptar condiciones laborales peores que las que pod¨ªan hallar en Espa?a en el hipot¨¦tico caso de encontrarlo en su pa¨ªs, pero otros han prosperado como nunca lo hubiesen hecho all¨ª. A los que vengan a este pa¨ªs donde tantos espa?oles hab¨ªan migrado en la primera mitad del siglo XX sus compatriotas les recomiendan quitarse de encima la soberbia, armarse de paciencia y tener conciencia de que Argentina es un pa¨ªs m¨¢s desigual e inseguro que el propio.
Andr¨¦s Mira, ge¨®logo murciano de 37 a?os, se hab¨ªa quedado en el paro en 2010. Se puso a hacer un m¨¢ster y una profesora le coment¨® que hac¨ªan falta ge¨®logos en Argentina. Ella lo puso en contacto con un investigador de la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Andr¨¦s le envi¨® su curr¨ªculum y poco despu¨¦s consigui¨® una beca por tres a?os de la Agencia Nacional de Promoci¨®n Cient¨ªfica y Tecnol¨®gica de Argentina. Es que la mayor¨ªa de los ge¨®logos en este pa¨ªs se marchan a trabajar en petr¨®leo o miner¨ªa, y faltan aquellos que quieran investigar en la universidad. Andr¨¦s se march¨® en 2011 a Azul, una ciudad al sur de Buenos Aires y a los tres meses le sigu¨ª¨® su esposa, trabajadora social en el paro que en Argentina tampoco encontr¨® empleo en su profesi¨®n y ha rechazado trabajos que no tuviesen que ver con lo suyo. ¡°Por mi parte la experiencia es muy buena¡±, dice Andr¨¦s, pese a que le cuesta adaptarse a un pa¨ªs con un 23% de inflaci¨®n anual. ¡°He llegado a un sitio donde la gente trabaja muy bien, me tratan bien, investigo lo que me gusta. Pero no estoy acostumbrado a que los precios cambien cada mes. Si tienes trabajo, vives mejor en Espa?a, pero el problema es tenerlo¡±, compara el ge¨®logo su pa¨ªs, con un paro del 26%, con otro donde es del 7%, aunque el empleo informal, sin cotizaci¨®n en la Seguridad Social, alcanza a por lo menos un tercio del total y es el habitual para inmigrantes sin papeles. Adem¨¢s, el paro juvenil asciende al 19%.
¡°Si uno sale de su pa¨ªs, tiene que salir con un trabajo¡±, recomienda Andr¨¦s. ¡°A m¨ª me cost¨® obtener el visado (de residencia), abrir una cuenta bancaria, y eso que ven¨ªa con un contrato. Sin eso, se te vence cada 90 d¨ªas el visado de turista, solo consigues trabajos en negro (sin cotizaci¨®n en la Seguridad Social), en los que se cobra poco", advierte Andr¨¦s.
Argentina en corto
- Tasa de desempleo: 7,1%. Juvenil: 19,0%
- Subida del PIB 2013: 2,7%
- N¨²mero de espa?oles: 357.937 (censo, julio 2013)
- Incremento del 3,01% en el n¨²mero de espa?oles censados entre 2008 y 2012.
- La entrada en el pa¨ªs para ciudadanos espa?oles es libre y dentro de los 90 d¨ªas que permite el visado de turista, el trabajador deber¨¢ regularizar su situaci¨®n ante la Direcci¨®n Nacional de Migraciones. Para solicitar su residencia temporal o permanente, deber¨¢ presentar un precontrato laboral que especificar¨¢ datos personales, tareas a realizar, duraci¨®n de la jornada, duraci¨®n de la relaci¨®n laboral, domicilio donde se desarrollar¨¢ y remuneraci¨®n.
Desde el inicio de la crisis, en 2008, cada a?o migran m¨¢s espa?oles a Argentina. En 2012, unos 2.509 iniciaron el tr¨¢mite de radicaci¨®n, el triple de la cifra registrada en 2007, que se a?aden a los 94.000 espa?oles censados aqu¨ª en 2010. La econom¨ªa argentina ya no crece tanto como en el pasado reciente, pero se expandi¨® al 2,8% en la primera mitad de 2013, seg¨²n el Centro de Estudios Ferreres.
Hay trabajo para chefs con experiencia internacional, obreros de la construcci¨®n o textiles, ingenieros en petr¨®leo, miner¨ªa, civiles... Y tambi¨¦n para m¨²sicos, bailarines y otros empleados para grandes cruceros. ¡°Tambi¨¦n hay necesidades en servicios de salud: enfermeros, camilleros, servicios para la tercera edad", explica Ezequiel Sabor, subsecretario de Trabajo.
Bernat Sanz es un arquitecto barcelon¨¦s de 36 a?os. En 2010 perdi¨® el trabajo y comenz¨® a dirigir un bed and breakfast en su ciudad, pero quer¨ªa volver a su profesi¨®n y en 2012 decidi¨® junto a su esposa probar suerte en Buenos Aires. Ella consigui¨® empleo al mes de llegar. "A m¨ª me cost¨®", cuenta Bernat, que se apunt¨® como profesor ad honorem en la Universidad de Buenos Aires para comenzar a tejer una red de contactos. Casi un a?o despu¨¦s consigui¨® un empleo en un estudio de arquitectos para emprender un proyecto de urbanismo en un municipio de la periferia pobre de la capital, Moreno. "El ambiente de trabajo es m¨¢s relajado, pero se trabaja igual o m¨¢s", describe Bernat, padre de una ni?a de dos a?os.
¡°No estoy acostumbrado a que los precios cambien cada mes¡±
Sanza advierte sobre la dificultad para comprar o alquilar vivienda: "Para alquilar te ponen muchos requisitos, como pagar por adelantado". Tambi¨¦n resulta dif¨ªcil ingresar el dinero a Argentina para adquirir una propiedad por los controles de capitales que rigen en este pa¨ªs.
Este arquitecto de Barcelona encuentra desafiante la desigualdad social, y no la inseguridad, de la que tanto hablan los argentinos e incluso algunos espa?oles: "Hay realidades duras a las que los espa?oles no estamos acostumbrados. Vas al Gran Buenos Aires (periferia) y hay mucho contraste. No todo es Palermo (barrio de moda de la capital). Puedes tener rechazo por esa realidad, pero te acostumbras y eso es malo. A m¨ª la injusticia me genera mucha rabia".
No hay d¨¦ficit de m¨¦dicos, pero s¨ª de enfermeros o camilleros
Sheila Gonz¨¢lez, actriz, pinchadiscos y presentadora de televisi¨®n madrile?a de 29 a?os, vino a Argentina en 2010 por un novio. Ya lo ha perdido, pero desde que ha llegado siempre ha trabajado, primero en Mendoza y despu¨¦s en Buenos Aires. En Espa?a era reportera de cotilleo en Antena 3. "Pas¨¦ de ganar 3.500 euros a menos de 200", recuerda Sheila, pero busc¨® y busc¨® empleos de esto y aquello y ha prosperado. "Cuando eres extranjero, tiene que tener cinco o seis profesiones", advierte Gonz¨¢lez, que act¨²a en dos series de televisi¨®n, en teatro y pone m¨²sica en discotecas. "La corporaci¨®n de actores funcionan aqu¨ª de maravillas, te ayuda en los impuestos. Adem¨¢s, las relaciones laborales son m¨¢s c¨¢lidas. Al llegar al trabajo le tienes que dar un beso a todo el mundo, se comparte el mate con todos, con tu jefe. En Espa?a ser¨ªa como el pincho de tortilla a las 12. Es verdad que aqu¨ª hay m¨¢s burocracia, todo es m¨¢s lento, buscas un papel en una oficina y se cae el sistema. Econ¨®micamente estoy peor, pero socialmente estoy mejor porque, como trabajo en televisi¨®n, me invitan al gimnasio, a la peluquer¨ªa, al restaurante. Aqu¨ª hay m¨¢s ofertas de trabajo. Con simpat¨ªa y caradura (morro) se puede conseguir empleo. All¨¢ tienes que enviar el curr¨ªculum. Aqu¨ª la gente es m¨¢s emprendedora, est¨¢ m¨¢s acostumbrada a ganar y perder", describe Sheila, que est¨¢ feliz, pese a que no le gustan cosas como "el machismo que sigue latente".
Deja sus pistas para futuros emigrantes: "Si quieren venir, que se preparen porque esto es la jungla. Primero te llaman la gallega (apodo con el que los argentinos designan a todos los espa?oles) y te quieren, pero despu¨¦s te la tienes que buscar. Si vienes, no vengas a ganar plata (dinero), sino experiencia".
Juanma Linares, barcelon¨¦s de 36 y especialista en estrategia digital, vino a Buenos Aires en 2010 porque su novia, argentina, echaba de menos su pa¨ªs. "Desde que llegu¨¦ llevo trabajando para algunos clientes en Barcelona y con cada vez m¨¢s proyectos en Buenos Aires. El sector de la comunicaci¨®n digital en Argentina est¨¢ en clara expansi¨®n y eso hace que sea un momento muy excitante para dedicarse a esto aqu¨ª", cuenta Juanma. Encuentra ventajas y desventajas de vivir en Buenos Aires: "Para m¨ª la principal ha sido la buena aceptaci¨®n y predisposici¨®n que me encuentro en la gente cuando descubren que soy de Barcelona. El car¨¢cter amigable, en general, del argentino y la interpretaci¨®n m¨¢s intensa de la amistad que se hace aqu¨ª tambi¨¦n es un factor positivo. Las dificultades tienen que ver con la aclimataci¨®n a un entorno muy voluble. Otra cosa a la que cuesta adaptarme es la diferencia en algunos c¨®digos c¨ªvicos: ensuciar la calle, estacionar (aparcar) mal, transportar a ni?os sin cintur¨®n de seguridad". A los espa?oles que quieran seguirle los pasos les sugiere: "Que se informen bien de c¨®mo es la ciudad y la sociedad argentina, que se preparen para vivir en un entorno m¨¢s inestable, y que tengan una mirada abierta cuando analicen por qu¨¦ las cosas aqu¨ª son como son y no lo analicen con par¨¢metros de una sociedad como la espa?ola dentro del contexto europeo".
El pasado jueves, en la fiesta de la Diada en el Casal de Catalunya en Buenos Aires, Cristina Dubra, barcelonesa de 35 a?os, que se siente tanto espa?ola como catalana, comentaba que tambi¨¦n hab¨ªa venido por un hombre, que es ahora su marido y padre de sus dos hijos y con quien mont¨® aqu¨ª una agencia de reservas hoteleras y compr¨® siete hoteles, cinco en Argentina y dos en Brasil. A sus compatriotas que quieran venir por estos pagos les recomienda paciencia y humildad: "Hay que aceptar al argentino tal como es. Parecemos iguales, pero somos distintos. El argentino da muchas vueltas. Nosotros somos m¨¢s directos. El espa?ol suele mirar por encima del hombro. Pues que no venga de listillo". Cuando Cristina lleg¨® en 2007, ella y su pareja trabajaban en una agencia europea de reservas hoteleras. "Para lo que hac¨ªamos, hab¨ªa m¨¢s posibilidades de crecer aqu¨ª", cuenta esta barcelonesa que emprendi¨® camino por cuenta propia. No le fue dif¨ªcil conseguir primero la visa de empresaria y despu¨¦s obtuvo la residencia permanente cuando dio a luz a su primer hijo en territorio argentino.
"El mundo laboral es m¨¢s o menos parecido", opina Cristina. "El trabajador tiene m¨¢s derechos que el empresario cuando van a la justicia. Para el que quiere cobrar por no hacer nada, este no es su pa¨ªs. Aqu¨ª, mis hijos van a un buen colegio, ya he comprado casa y sin hipotecas, tengo tres coches. Esto en Espa?a ser¨ªa inimaginable", destaca la hotelera barcelonesa, aunque no deja de criticar al Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner.
En el festejo de la Diada tambi¨¦n estaba Salvador Camet, barcelon¨¦s de 40 a?os, que se siente "m¨¢s catal¨¢n que espa?ol". Lleva aqu¨ª desde 2005 porque se enamor¨® de una argentina, que ahora es su esposa y madre de su hija. "Al principio nos preguntamos si ¨ªbamos a vivir ac¨¢ o all¨¢ y elegimos ac¨¢ porque yo quer¨ªa un cambio. Mi situaci¨®n en Espa?a no me terminaba de convencer: era cajero de Opencor", relata Salvador, diplomado en dise?o web.
Tard¨® medio a?o hasta conseguir trabajo porque carec¨ªa de papeles y entonces solo le ofrec¨ªan empleos informales. Por Internet consigui¨® una entrevista laboral en una f¨¢brica de ropa y all¨ª comenz¨® como administrativo, con un salario "bastante bajo" y en parte en negro. "Para empezar, estaba bien", admite Salvador. Despu¨¦s de seis meses, otro anuncio en la web lo llev¨® a trabajar en Citibank, con todo en regla, y all¨ª sigue desempe?¨¢ndose como nexo entre el ¨¢rea tecnol¨®gica y la administrativa. "En Espa?a no estamos acostumbrados a las changas (trabajos transitorios menores) para sacarnos del apuro. Aqu¨ª, si est¨¢s preparado, puedes encontrar trabajo¡±, observa Salvador.
Manuel Casilla, madrile?o de 52 a?os, casado y con tres hijos, migr¨® a Buenos Aires en 2006 por ¡°asuntos personales¡±. Ha trabajado en el ¨¢rea de seguridad de varias empresas y entidades p¨²blicas y solo hace 20 d¨ªas se qued¨® sin trabajo por primera vez. Comenta que, a diferencia de Espa?a, el mercado laboral argentino se paraliza en campa?a electoral, como la actual, previa a las legislativas del 27 de octubre, o en las vacaciones de verano, pero destaca que aqu¨ª ¡°hay mucho trabajo, mucho por hacer¡±. Manuel dice que venir a Argentina ¡°es una aventura, hay que estar preparado para cualquier cosa, hay que tener mucha paciencia para las reclamaciones, por la idiosincrasia, aqu¨ª se vive con m¨¢s estr¨¦s personal¡±. De todos modos, destaca: ¡°El que quiera venir a trabajar puede venir tranquilamente. A m¨ª me abrieron los brazos. Aqu¨ª vivo mejor que en Espa?a, menos apretado. All¨¢ no me quedaba (dinero) para nada especial¡±. Al igual que Arantxa, Manuel elogia que en Argentina se cultive m¨¢s la familia que en Espa?a.
Elena M¨¢?ez, valenciana de 46 a?os, vino a Argentina por un amor en 2005 y no est¨¢ ¡°nada arrepentida¡± de su pareja, con quien no se cas¨®, pero tuvo un hijo. Ella trabajaba como oficial de notar¨ªa en su pa¨ªs, pero en Argentina esa funci¨®n no existe. ¡°Me ofrec¨ªan ser secretaria, pero no ten¨ªa un mes de vacaciones, el sueldo no me conven¨ªa y as¨ª no pod¨ªa visitar Espa?a¡±, se refiere Elena a la ley de contrato de trabajo del pa¨ªs sudamericano, donde en los primeros cinco a?os de empleo se descansan apenas dos semanas y solo al d¨¦cimo se consiguen cuatro. Entonces esta valenciana desempolv¨® su viejo t¨ªtulo de dise?adora de interiores y comenz¨® a dedicarse a comprar pisos, reformarlos y revenderlos. ¡°Vi c¨®mo los gremios funcionaban aqu¨ª. El nivel es muy desparejo¡±, cuenta Elena.
¡°Conseguir la residencia fue de terror¡±, recuerda esta valenciana. ¡°La inici¨¦ como rentista. Estuve cuatro a?os yendo a (la Direcci¨®n Nacional de) Migraciones, haciendo colas, mil papeles, transferencias bancarias. Finalmente la consegu¨ª porque hace tres a?os tuve a mi hijo y desde entonces soy madre de un argentino¡±, explica Elena, que ahora se encarga de la imagen del restaurante y la cafeter¨ªa de su pareja en Buenos Aires.
Elena ha encontrado otras trabas burocr¨¢ticas, por ejemplo, para hacer tr¨¢mites bancarios. Tambi¨¦n le sorprende la ¡°informalidad de la gente, que es m¨¢s tranqui, que tienes que estar detr¨¢s de camareros y proveedores¡±. Sin embargo, valora a los argentinos: ¡°En general la gente es de diez. Hay m¨¢s calor humano, la gente piensa m¨¢s en el otro, es m¨¢s suelta, m¨¢s libre en sus opiniones¡±.
A sus compatriotas que quieran invertir en un negocio propio, Elena les advierte: ¡°Hay que remar en dulce de leche repostero¡±, que es el m¨¢s espeso, ¡°pero les va a ir bien¡±. Distinto es para quien quiere una vida de empleado, seg¨²n ella. ¡°Para eso te quedas en Espa?a porque aqu¨ª se te har¨¢ m¨¢s dif¨ªcil acceder a la vivienda, pues casi no hay cr¨¦dito, alquilar en un lugar digno, salir a restaurantes o de compras. Con un sueldo base de 1.000 euros no vas a salir adelante. Yo veo a mis camareros, que ganan bien, pero hacen dos horas de transporte p¨²blico de ida y dos de vuelta cada d¨ªa¡±, advierte Elena.
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