Ajustes, reformas y ayuda financiera

Entramos en el nuevo curso con un optimismo moderado consecuencia de la buena marcha de algunos indicadores econ¨®micos y el no empeoramiento de otros. Mejoran las expectativas de crecimiento de Europa, se reduce la prima de riesgo espa?ola a niveles aceptables, permitiendo una mejor financiaci¨®n del Tesoro, y siguen creciendo las exportaciones espa?olas de bienes y servicios con ganancias de competitividad. Por otra parte, las opiniones de los organismos internacionales sobre la evoluci¨®n de las reformas espa?olas son mejores que a comienzos del a?o, las expectativas de crecimiento del PIB para el tercer trimestre dejan de ser negativas y los indicadores de confianza mejoran lentamente. Lo m¨¢s dif¨ªcil, la recuperaci¨®n del empleo, est¨¢ todav¨ªa lejos de conseguirse, aunque se modera la p¨¦rdida de empleos asalariados y se incrementan las afiliaciones de aut¨®nomos.

Aunque algunas opiniones de la Comisi¨®n Europea, como las del vicepresidente econ¨®mico, Olli Rehn, son favorables a la evoluci¨®n de la econom¨ªa y de las finanzas espa?olas, esta semana la troika ha comenzado con los representantes del FMI su cuarta visita a Espa?a para efectuar una nueva evaluaci¨®n del programa de rescate a la banca, inspecci¨®n a la que se sumar¨¢n ma?ana lunes la Comisi¨®n Europea y el Banco Central Europeo (BCE). La discusi¨®n est¨¢ en si ser¨¢ o no necesario prorrogar la ayuda financiera a Espa?a. Cabe recordar que dicha ayuda fue concedida por valor de 100.000 millones de euros en julio de 2012 para sanear el sistema bancario, y que de esa cifra, seg¨²n datos oficiales, se han utilizado 61.366 millones.

Aunque las autoridades espa?olas aseguran que prorrogar la ayuda ya no es necesario y que Espa?a puede financiarse por sus propios medios, la decisi¨®n se tomar¨¢ el 15 de noviembre, tras conocerse el informe de la troika. De acuerdo con las condiciones fijadas en el Memorando de Entendimiento, una vez aceptada por las autoridades la buena marcha de las reformas, el punto m¨¢s conflictivo est¨¢ en las dudas sobre la capacidad de Espa?a para cumplir con la condici¨®n m¨¢s importante impuesta por la Comisi¨®n, que es el cumplimiento del objetivo de d¨¦ficit en 2013, fijado en el 6,5% del PIB.

Con los ¨²ltimos datos publicados por el Ministerio de Hacienda hasta el mes de julio, el d¨¦ficit de caja del Estado se eleva a 35.774 millones de euros y a 45.133 millones de euros en funci¨®n de la contabilidad nacional, superando los 40.390 millones presupuestados para el conjunto del a?o. Por otra parte, el d¨¦ficit del conjunto de las Administraciones del Estado y las comunidades aut¨®nomas, dejando aparte el resultado de la Seguridad Social, asciende hasta julio a 54.293 millones de euros, lo que representa el 5,27% del Producto Interior Bruto (PIB estimado provisionalmente). La cifra es preocupante, ya que se acerca excesivamente al objetivo para todo el a?o.

A pesar de ello, es cierto que hay dos condicionantes que pueden ayudar a la consecuci¨®n del objetivo. Una, si, como se espera, se produce alg¨²n crecimiento del PIB en el segundo semestre del a?o, aumentar¨¢ la recaudaci¨®n de impuestos. En especial, la recaudaci¨®n del impuesto de sociedades y del IVA puede ser mayor, y adicionalmente parece que en el segundo semestre se anunciar¨¢n algunas medidas para incrementar la recaudaci¨®n de algunos impuestos especiales. El segundo factor que influir¨¢ positivamente es la mejor financiaci¨®n de la deuda en los mercados, lo que reducir¨¢ significativamente la cifra dedicada al pago por intereses de la misma, presupuestada en 38.615 millones de euros y cuyo pago hasta julio ha sido de 21.921 millones. No obstante, el Gobierno tendr¨¢ que revisar la cifra prevista del PIB para el conjunto de 2013 por dos motivos diferentes. A la baja, por la revisi¨®n efectuada por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) en agosto del PIB provisional de 2012 (1.029.002 millones de euros), y al alza, si la ca¨ªda del PIB en 2013 es menor de lo previsto por el Gobierno (-1.3%). Esta modificaci¨®n es importante por constituir el denominador de la ratio de d¨¦ficit p¨²blico.

Otra variable que inquieta es el crecimiento de la deuda p¨²blica para el conjunto de las Administraciones P¨²blicas espa?olas, que seg¨²n datos del Banco de Espa?a alcanz¨® los 947.184 millones de euros hasta julio, equivalente a un 92,6% del PIB (partiendo de un PIB estimado para 2013 de 1.022.514 millones de euros, cifra que deber¨¢ ser modificada). Quiz¨¢ deber¨ªamos aclarar que la deuda p¨²blica espa?ola continuar¨¢ creciendo en la medida en que exista d¨¦ficit p¨²blico, ya que solo podr¨ªa reducirse en un futuro m¨¢s bien lejano, o bien por alcanzar un super¨¢vit del sector p¨²blico o bien por la amortizaci¨®n adelantada de parte de la misma.

Al comenzar el segundo semestre mejoran algo las expectativas. A ello han contribuido las reformas y los ajustes, especialmente dolorosos para los ciudadanos que han perdido el empleo o que han visto hundirse sus empresas. Durante los a?os de crisis, el ajuste interno de salarios y rentas ha sido muy intenso, m¨¢s de lo que parecen observar las autoridades internacionales, que a¨²n contin¨²an demandando mayores ajustes. Los incrementos importantes de la productividad han impulsado las exportaciones de bienes y servicios, convirtiendo al sector exterior en el ¨²nico motor del crecimiento. Los analistas han comenzado ya a revisar al alza sus previsiones para el segundo semestre del a?o.

Sin embargo, quedan pendientes algunas reformas, como la de las Administraciones P¨²blicas, especialmente en las comunidades aut¨®nomas donde siguen sobrando ¨®rganos e instituciones de muy baja productividad para el conjunto de la econom¨ªa. Pero es en el mundo pol¨ªtico donde se echan en falta las reformas. Lo que algunos han llamado regeneraci¨®n democr¨¢tica, la responsabilidad en las instituciones, la vuelta a la honestidad y al trabajo bien hecho, son aspectos no medibles, pero muy importantes a la hora de mejorar los resultados del pa¨ªs en su conjunto. Para poder exigir responsabilidades individuales ser¨ªa importante una modificaci¨®n de la ley electoral, de manera que los representantes elegidos tengan que responder m¨¢s directamente de sus actuaciones con el lenguaje de los votos, que es el ¨²nico que les preocupa.

Carmen Alcaide es analista y expresidenta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).