La mujer m¨¢s poderosa

Abran paso, Angela Merkel y Dilma Rousseff: llega Janet Yellen. No ser¨¢ dif¨ªcil ver a la elegida para presidir la Reserva Federal en lo m¨¢s alto de la lista que la revista Forbesdedica a las 100 mujeres m¨¢s poderosas del planeta, donde ni siquiera aparece ahora. Eso suceder¨¢ cuando el Senado de EE UU confirme su nominaci¨®n por parte del presidente Barak Obama, anunciada esta semana. Entonces, pol¨ªticos, economistas e inversores ser¨¢n todo o¨ªdos para ella. Y por la influencia que tienen las decisiones de la Fed en la marcha de la econom¨ªa global, dicen que ser¨¢ m¨¢s poderosa incluso que las reinas Isabel y Victoria de Inglaterra.

M¨¢s all¨¢ de esta hip¨¦rbole, es un hecho que Yellen est¨¢ llamada a ser la primera mujer en dirigir uno de los bancos centrales del G-7, un club de hombres donde la igualdad de g¨¦nero brilla por su ausencia. Su mandato deber¨ªa empezar el 1 de febrero pr¨®ximo. Nunca antes una mujer dirigi¨® la Reserva Federal en sus 100 a?os de historia. Tampoco ha habido una mujer al frente del Tesoro de EE UU en m¨¢s de dos siglos. Ampliando m¨¢s la vista, entre los 23 miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) no hay ninguna.

La imagen se repite en el Banco de Inglaterra, integrado por nueve hombres exclusivamente. En el de Jap¨®n hay una mujer entre sus gobernadores, Sayuri Shirai. La Fed tiene tres en su m¨¢ximo organismo de gobierno de manera permanente, m¨¢s otras dos alternas. Solo Austria, Finlandia y Polonia tienen tambi¨¦n mujeres en el directorio de los bancos centrales, tomando a los 34 pa¨ªses de la OCDE. No pasa lo mismo en los pa¨ªses emergentes, con Mercedes Marc¨® (Argentina), Elvira Nabiullina (Rusia), Gill Marcus (Sud¨¢frica), Linah Mohohlo (Botsuana) y Zeti Akhtar Aziz (Malasia) al frente de sus bancos centrales. La nominaci¨®n de Yellen, por tanto, da vida al debate sobre la falta de representaci¨®n de las mujeres en el mundo de la econom¨ªa.

Es una realidad que no se puede pasar por alto, aunque no fue un reto mayor para que la menuda y c¨¢lida Yellen llegue a presidir la instituci¨®n m¨¢s influyente del planeta. Ella es la persona en la que conf¨ªa Obama para dirigir la Fed. Es la decisi¨®n econ¨®mica m¨¢s importante de su segundo mandato, que le servir¨¢ para marcar el abandono de la crisis y dar continuidad a su legado cuando deje la Casa Blanca.

Su nombramiento aviva el debate sobre la mujer en el ¨¢mbito econ¨®mico

Quiz¨¢s la vulnerabilidad inmediata de Yellen como l¨ªder sea que no era la primera opci¨®n, pese a que apareci¨® desde el primer momento en la lista que se manej¨® para suceder a Ben Bernanke. Obama prefer¨ªa a Larry Summers por su experiencia en la gesti¨®n de crisis pasadas. Pero para Wall Street esta cuesti¨®n y la del g¨¦nero no importan. Ahora lo que trata de descifrar son dos cosas: si Yellen es un clon de Bernanke y c¨®mo llevar¨¢ a cabo la reducci¨®n de los est¨ªmulos al crecimiento econ¨®mico.

Yellen, de 67 a?os, tiene gran experiencia en el ¨¢mbito p¨²blico y acad¨¦mico. Es seria y meticulosa, conoce los entresijos de la Reserva Federal (es su actual vicepresidenta) y entiende lo que se ha hecho durante los ¨²ltimos cincos a?os para apoyar la econom¨ªa. Por tanto deber¨ªa saber qu¨¦ hay que hacer para volver a la normalidad monetaria sin sobresaltos y romper con la dependencia de la econom¨ªa hacia el dinero en efectivo que la Fed lleva a?os inyect¨¢ndole.

El proceso de confirmaci¨®n de Yellen en el Senado deber¨ªa ser bastante f¨¢cil viendo el expediente de la expresidenta de la Reserva Federal de San Francisco. Otra cosa son las cuestiones pol¨ªticas. El dem¨®crata Jeff Merkley se?alaba tras conocerse la elecci¨®n que lo que se necesita ahora al frente de la Fed es una persona que ¡°mire las decisiones de pol¨ªtica monetaria a trav¨¦s de la lente de lo que es mejor para la clase media¡±.

Obama busca acelerar la salida

De hecho, Yellen est¨¢ considerada una de las voces que con m¨¢s fuerza defendi¨® dar prioridad a la creaci¨®n de empleo sobre la inflaci¨®n. Tambi¨¦n, como se?ala Merklye, es consistente en sus predicciones econ¨®micas. Pero es evidente que hay miembros del Senado que la ven con malos ojos como presunta continuadora de las pol¨ªticas de Bernanke, pese a que ayudaron a EE UU a capear el peor temporal econ¨®mico desde la Gran Depresi¨®n.

El senador republicano Robert Coker se encuentra entre los que considera que la de Janet Yellen es una mala elecci¨®n. Cuestiona su laxitud. Ya se opuso a su nominaci¨®n a vicepresidenta hace tres a?os y ahora opina que no hay evidencias de que la estrategia actual est¨¦ ayudando realmente a la creaci¨®n de empleo. ¡°Hay mucho de lo que hablar¡±, dice el pol¨ªtico de Tennessee.

El momento del cambio en la Fed no puede ser m¨¢s interesante. A corto plazo, la primera lectura que se hace de la elecci¨®n es el apoyo de Obama a la pol¨ªtica de est¨ªmulos sin l¨ªmite de la Reserva Federal. El presidente necesita que contin¨²e, por eso la elecci¨®n de Yellen se ve como la evidente. La economista neoyorquina es partidaria de afrontar con calma el proceso de abandono de los est¨ªmulos. El banco central de EE UU lleva casi un a?o comprando deuda hipotecaria y p¨²blica a un ritmo de 85.000 millones al mes. Hasta el propio Bernanke admite que si se deja funcionando m¨¢s tiempo del necesario el problema crecer¨¢. Y ah¨ª est¨¢ el primer gran cometido para Yellen: c¨®mo desmontar toda la estructura sin crear tensiones. Es un proceso que, seg¨²n se?ala Jos¨¦ Vi?als desde el Fondo Monetario Internacional, ¡°no tiene precedentes¡±.

La gran cuesti¨®n

Se refiere Vi?als tanto a su cuant¨ªa como a su complejidad. Para cuando Bernanke le ceda el puesto, Yellen heredar¨¢ un balance con activos valorados en cuatro billones de d¨®lares, cuatro veces m¨¢s de lo que ten¨ªa antes de la crisis. En esencia, la Fed est¨¢ comprando medio bill¨®n de d¨®lares en deuda al a?o, con lo que se acerca a los 600.000 millones que coloca en el mercado. Por eso se considera que esto debe acabar pronto.

Bernanke quiere irse con el camino marcado. Su idea es que el programa conocido como QE3 siga funcionando hasta el pr¨®ximo verano. Pero para ello debe dar antes el primer paso hacia su ralentizaci¨®n, algo que podr¨ªa suceder a final de mes, aunque por la tensi¨®n pol¨ªtica en Washington y la falta de datos econ¨®micos por el par¨®n gubernamental es m¨¢s probable que se retrase a diciembre o incluso enero.

Los economistas del banco Wells Fargo creen que la Reserva Federal no puede esperar mucho m¨¢s y dejar un cambio de pol¨ªtica de tal calibre en manos de una persona nueva. Adem¨¢s, se?alan que la presidencia de la Fed no es el ¨²nico asiento que queda vacante. Hay tres puestos de gobernadores que deben ser cubiertos, a lo que se suma la rotaci¨®n en los presidentes regionales con voto. En marzo la Fed ser¨¢ muy diferente.

La economista neoyorquina quiere afrontar el proceso

De momento, Wall Street se quita de encima un punto de incertidumbre. Al mercado le gusta la elecci¨®n de Yellen porque ve continuidad en la labor de Bernanke, porque su prop¨®sito es apuntalar el crecimiento y por su capacidad para crear consensos. Lo que espera ahora es que en su comparecencia ante el Comit¨¦ de Banca del Senado explique con claridad su plan.

En su cabeza no hay doctrina. Sencillamente trata de dar una explicaci¨®n econ¨®mica a cada escenario que se presenta. Es cierto que Yellen es algo m¨¢s paloma que Bernanke, es decir, m¨¢s laxa desde el punto de vista monetario. Pero eso puede cambiar cuando asuma la presidencia de la Fed, porque tendr¨¢ que mirar m¨¢s hacia el centro para contar con el mayor apoyo posible a sus iniciativas.

Eso no quitar¨¢ que para ello tenga que retar a los miembros ubicados en los extremos. Es lo que hizo cuando desde la Fed de San Francisco cuestion¨® la solidez del mercado inmobiliario, cuando saltaron las alarmas de la inflaci¨®n y, m¨¢s recientemente, en su insistencia por centrar todo el esfuerzo en la reducci¨®n del paro. De momento, los hechos validan su visi¨®n. ¡°No tiene una bola de cristal, pero es muy afinada en la comprensi¨®n de c¨®mo funcionan los mercados y la econom¨ªa¡±, dijo Obama.

Un expediente impecable facilitar¨¢ su confirmaci¨®n

Por lo general, Yellen es partidaria de que la Fed movilice todo su arsenal si es necesario. ¡°La Fed de Yellen ser¨¢ muy similar por eso a la Fed de Bernanke¡±, se?alan desde la consultora IHS Global Isight. Es decir, si hay recortes en la compra de deuda en diciembre ser¨¢ porque Bernanke cuenta con el consentimiento expl¨ªcito de Yellen. Aunque, como indican los analistas, ella ¡°presionar¨¢ para que no se vaya muy r¨¢pido mientras la incertidumbre amenace el empleo¡±.

La futura presidenta de la Fed fue muy clara en este sentido cuando acept¨® la nominaci¨®n del presidente de EE UU. En un tono m¨¢s bien populista, dijo que el mandato de la instituci¨®n es ¡°servir a todos los ciudadanos¡± y record¨® que muchos de ellos ¡°siguen sin encontrar un empleo y les preocupa c¨®mo pagar las facturas y llevar comida a sus familias¡±. Era un intento de conectar con un p¨²blico que ve que la Reserva Federal est¨¢ m¨¢s al servicio de Wall Street.

El acta de la reuni¨®n de septiembre sigue mostrando un cierto equilibrio de fuerzas entre las palomas y los halcones que pueblan el Comit¨¦ de Mercado Abierto, m¨¢ximo ¨®rgano decisorio de la Fed en pol¨ªtica monetaria. Como indican desde Cumberland Advisors, eso permitir¨¢ a Yellen modular el mecanismo de compra de deuda con tranquilidad. Pero tambi¨¦n es cierto que el acta muestra una ansiedad creciente por dar el primer paso atr¨¢s, y la mayor¨ªa est¨¢ a favor de que as¨ª sea antes de final de a?o, si la crisis fiscal lo permite y los datos acompa?an.

Heredar¨¢ un balance con activos de cuatro billones de d¨®lares

Hay opiniones para todos los gustos. Est¨¢n los que no ven el primer recorte en la compra de deuda hasta marzo, cuando todos los asientos en la Fed se hayan movido, o incluso que aumente si la econom¨ªa sufre por el circo pol¨ªtico en Washington. Pero en la firma financiera Guggenheim Partners creen que Yellen podr¨ªa sorprender al mercado en febrero con un recorte mayor de lo esperado, en respuesta a los que cuestionan su compromiso con la estabilidad de precios.

Desmontar por completo el QE3 es, por tanto, el reto m¨¢s inmediato. El segundo llegar¨¢ un a?o despu¨¦s y ser¨¢ mucho mayor. De ser confirmada su nominaci¨®n, Yellen tendr¨¢ la responsabilidad de decidir el momento en el que proceder¨¢ a subir los tipos de inter¨¦s, estancados en el 0% desde hace cinco a?os. Ese ser¨¢ el punto de inflexi¨®n de la pol¨ªtica monetaria.

Yellen es firme al trazar una l¨ªnea de separaci¨®n clara entre el recorte en la compra de deuda y el alza de tipos. Bernanke ya dej¨® claro tambi¨¦n que una cosa no lleva a la otra. As¨ª lo entienden los estrategas de la gestora de fondos BlackRock, donde esperan que la nueva Fed seguir¨¢ poniendo m¨¢s peso en la parte del mandato que se refiere al logro del pleno empleo, ¡°incluso a costa de un alza temporal en la inflaci¨®n¡±. No ven, por ello, alza de tipos antes de 2015.

El banco central de EE UU ha dicho que mantendr¨¢ los tipos mientras el paro no baje de una forma sostenida del 6,5% ¡ªen agosto se encontraba en el 7,3%¡ª y la inflaci¨®n no amenace con superar el 2,5%. Lo que est¨¢ por ver es si el alza de precios puede forzar a la Fed a actuar antes de que el paro llegue al nivel deseado. Antes de eso, puede decidir elevar los intereses que paga a los bancos por las reservas que estos tienen en el banco central.

Los analistas de IHS no ven a Yellen sacrificando la credibilidad de la Fed en la lucha contra la inflaci¨®n a cambio de impulsar la demanda y reducir el paro. ¡°No esperamos que la lleve m¨¢s all¨¢ del 2% durante su mandato¡±, auguran. Es m¨¢s, creen que est¨¢n probadas sus credenciales en este campo, lo que le permitir¨¢ hacerse con los votos republicanos que necesita para asegurar su confirmaci¨®n.

En su intervenci¨®n ante Obama, Yellen dej¨® claro que como presidenta se encargar¨¢ de mantener a raya la inflaci¨®n y garantizar que ¡°no mina los beneficios del crecimiento¡±. Con este compromiso con la estabilidad de precios, Goldman Sachs cree incluso que la salida no se completar¨¢ hasta mucho m¨¢s tarde, con la primera subida de tipos a comienzos de 2016.

Los retos de suavizar los est¨ªmulos y de subir los tipos de inter¨¦s ir¨¢n acompa?ados de un tercero si cabe m¨¢s complejo. En sus primeros dos a?os de mandato, Yellen deber¨¢ reducir el masivo balance de la Fed para devolverlo a su nivel normal, por debajo del bill¨®n de d¨®lares. El temor ah¨ª no es solo la inflaci¨®n, sino que se creen burbujas dif¨ªciles de detectar o que el mercado se muestre incapaz de absorber estos activos.

No hay un calendario ni un plan conocido para llevar a cabo todo esto. As¨ª que Yellen tendr¨¢ que saber guiar las expectativas del mercado, un liderazgo que hasta ahora reca¨ªa en Bernanke. No es f¨¢cil, como se vio el pasado verano en Wall Street, porque la econom¨ªa se muestra a¨²n vulnerable a sacudidas tanto internas como externas. Y mantener la estrategia actual es ahora lo m¨¢s f¨¢cil, porque se ajusta a los pilares del mandato.

Tambi¨¦n, como Bernanke, es una firme creyente en la efectividad de la comunicaci¨®n y la transparencia. Es, de hecho, la arquitecta de la estrategia de apertura de la Fed. Ah¨ª llega su otro gran reto: c¨®mo modular el lenguaje de la Reserva Federal, sus gestos en las comparecencias ante el Congreso y sus respuestas en las ruedas de prensa para evitar tropiezos.

Cualquier desv¨ªo en la partitura puede crear confusi¨®n y restar credibilidad al mensaje de la Fed, como sucedi¨® tras la reuni¨®n de septiembre. El mercado esperaba para entonces el primer paso para reducir los est¨ªmulos. Estuvo cerca, como muestra el encendido debate que hubo en el seno del banco central, de acuerdo con el acta del encuentro. Pero como despu¨¦s dijo Bernanke en rueda de prensa, lo importante es la marcha de la econom¨ªa.

En su discurso de aceptaci¨®n de la nominaci¨®n, Yellen introdujo adem¨¢s lo que podr¨ªa considerarse un tercer pilar en el mandato de la Fed: ¡°La promoci¨®n de un sistema financiero fuerte y estable¡±. Es una funci¨®n que se da por asumida para mantener la estabilidad de precios y promover el m¨¢ximo empleo. La reforma financiera bautizada como Dodd-Frank dio adem¨¢s nuevos poderes al banco central para supervisar a las grandes instituciones.

Pero entre los temas que pueden salir a colaci¨®n durante el proceso de ratificaci¨®n en el Senado est¨¢ el apoyo que dio en los tiempos de la Administraci¨®n de Clinton a que se desmantelara la ley Glass-Steagall, que levant¨® el cortafuegos entre el negocio de banca comercial y de inversi¨®n en las grandes instituciones. Una separaci¨®n que quiere volver a instaurarse para as¨ª reducir el tama?o de los bancos y el riesgo de que estalle otra crisis.

El ¨²ltimo gran reto de Yellen ser¨¢ luchar contra la politizaci¨®n de la Reserva Federal. La nueva presidenta deber¨¢ salvaguardar la independencia de la instituci¨®n, como tuvo que hacer su predecesor durante la crisis. No son pocos los pol¨ªticos en Washington que aprovechan cualquier ocasi¨®n para criticar el trabajo del banco central y echarle el lazo.