La exdirectora de Prisiones cree que endurecer las penas es un camino equivocado
"Llevar los problemas sociales al C¨®digo Penal no es un camino que lleve a cambiar la realidad". Con esta frase Mercedes Gallizo, al frente de Prisiones con el Gobierno socialista, arremete contra el endurecimiento de penas que propone el PP porque "la dureza no es sin¨®nimo de eficacia, m¨¢s bien al contrario".
Convencida de que las c¨¢rceles no pueden resolver los conflictos de la sociedad y de que endurecer el castigo es un camino equivocado que no reducir¨¢ la comisi¨®n de los delitos, Gallizo plasma lo que piensa y en lo que cree en "Penas y personas. 2.810 d¨ªas en las prisiones espa?olas".
Un libro, editado por Debate, que pretende romper con los estereotipos de los presos, en el que combina sus reflexiones con una muestra de los cientos de cartas que los reclusos le enviaron desde 2004 a 2011, periodo en el que ocup¨® la Secretar¨ªa General de Instituciones Penitenciarias y estuvo al cargo de 81 c¨¢rceles.
Ocho a?os de misivas -muchas respondi¨®, asegura- que sirven para retratar no solo el mundo "detr¨¢s de los muros", sino para configurar un "observatorio" de la sociedad y darse cuenta de que no hemos sabido resolver bien ciertos problemas.
Marginaci¨®n, drogas o pobreza son algunos de los rasgos que dibujan el retrato que hace Gallizo del mundo carcelario que reproduce la "desigualdad" que empapa la sociedad, sin olvidar que la poblaci¨®n condenada a prisi¨®n cumple penas por delitos que no son graves en un porcentaje alto.
Y es aqu¨ª donde, ya "fuera de la mel¨¦", Mercedes Gallizo sigue abogando por cambios en el modelo penitenciario espa?ol que, a pesar de ser "uno de los m¨¢s avanzados del mundo, por no decir el mejor", tiene por delante que mejorar y mucho en el r¨¦gimen abierto.
"Hay que convencer a la sociedad y a quien la dirige de que se pueden cumplir penas sin entrar en prisi¨®n. Y hay que defender que se puede vivir en prisi¨®n de forma m¨¢s normalizada", sostiene Gallizo, que cree "revolucionaria" su apuesta por los llamados "m¨®dulos de respeto".
Una iniciativa que comenz¨® en 2007 abriendo las celdas a los reclusos para participar en la organizaci¨®n del trabajo y con el compromiso de respetar normas de convivencia, aseo personal, nada de drogas...
En definitiva, el futuro del sistema penitenciario, en opini¨®n de Gallizo, que tambi¨¦n aboga por impulsar los trabajos en beneficio de la comunidad, cumplir penas en centros de reinserci¨®n o bajo control telem¨¢tico y, sobre todo, ir hacia el trato individualizado de los internos.
Incide en que el sistema tiende a tener mucho m¨¢s personal de seguridad que de tratamiento, el verdaderamente necesario para conseguir que los internos tengan oportunidades de cambiar, fundamentalmente la adicci¨®n a las drogas.
Por eso, califica de "equivocado" el camino que ha tomado el Gobierno con la reforma del C¨®digo Penal que prev¨¦ aumentar el castigo de determinados delitos como los hurtos o endurecer las penas de los multirreincidentes.
Medidas que para Gallizo no resultan eficaces ni estaban basadas en ninguna evidencia, salvo en la idea ya establecida de que solamente se hace justicia cuando la gente entra en la c¨¢rcel.
"En un momento en que estamos todos tan enfadados hay muy poca pedagog¨ªa. La demagogia es muy mala compa?era de viaje", deja claro la exdirectora de Prisiones, que considera "una distorsi¨®n" y un mal ejemplo c¨ªvico interpretar ciertos servicios en las c¨¢rceles como un lujo para los penados.
Habla de las "pol¨¦micas" piscinas y de las televisiones y, aunque admite que puede haber otro modelo de llevar las prisiones, no comprende porqu¨¦ est¨¢n en un almac¨¦n decenas de aparatos simplemente para "quedar bien ante la opini¨®n p¨²blica".
Pero a?ade: "Yo lo ¨²nico que quiero con este libro es conseguir que la gente tenga una idea equilibrada sobre los presos. No me pongo del lado de nadie, salvo de los funcionarios, los grandes olvidados, que dan el callo d¨ªa a d¨ªa con gente no siempre f¨¢cil".
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