¡°Los bancos espa?oles est¨¢n mejor que los de muchos pa¨ªses europeos¡±
El presidente del Eurogrupo insta al BCE a "lidiar con las sospechas de morosidad oculta" Cree que las entidades espa?olas llegan mejor preparadas a los ex¨¢menes del supervisor
La fuerza de la civilizaci¨®n europea reside en una doble riqueza: la austeridad centroeuropea y la sonrisa mediterr¨¢nea. El holand¨¦s y socialdem¨®crata ¡ªpor este orden¡ª Jeroen Dijsselbloem recibe en su despacho con una de esas sonrisas resplandecientes, aunque el discurso del presidente del Eurogrupo vuelve una y otra vez al mantra de la austeridad, el c¨®digo que domina Europa de cabo a rabo.
Dijsselbloem (Eindhoven, 1966) transmite optimismo pese a los riesgos que acechan: nuevos rescates en Grecia y Portugal, el temido examen a la banca y las tensiones pol¨ªticas, con una ciudadan¨ªa fatigada por la sobredosis de recortes, que dan grandes alegr¨ªas a los mercados pero no acaban de llegar al cabo de la calle.
Crecimiento an¨¦mico, tasas de paro insportables y una sobredosis de deuda que no termina de bajar: nada de eso altera el perfil positivo ¡ªo complaciente¡ª que van tomando los mandarines del euro, del que no escapa el ministro holand¨¦s de Finanzas. El l¨ªder del Eurogrupo (la reuni¨®n de ministros de Finanzas del euro) es optimista con Espa?a: vislumbra la recuperaci¨®n, da como ¡°muy probable¡± el cierre del rescate y repite hasta en tres ocasiones en una hora de charla con este diario que los bancos ¡°est¨¢n en mejores condiciones que los de la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos¡±.
Pregunta. Holanda acaba de aprobar una nueva ronda de recortes, no sin dificultades ante una poblaci¨®n cada vez m¨¢s recelosa. ?Est¨¢n llegando al Norte los problemas del Sur?
Respuesta. No creo en esa divisi¨®n Norte-Sur, centro-periferia. La mayor¨ªa de los problemas que han surgido en los pa¨ªses sure?os est¨¢n presentes tambi¨¦n en el Norte, con la excepci¨®n de Alemania. En Holanda tenemos problemas en el sector inmobiliario. Y con el presupuesto, que obliga a recortes y subidas de impuestos. Hasta esta misma semana ten¨ªamos cierta inestabilidad pol¨ªtica, adem¨¢s de bancos con problemas: Holanda ha nacionalizado dos entidades y ha tenido que inyectar montones de dinero en el sistema financiero. As¨ª que esa frontera Norte-Sur se difumina.
P. Los problemas son los mismos, salvo por una diferencia de escala. Y por el super¨¢vit comercial, por ejemplo.
R. Pero eso precisamente est¨¢ mejorando en Espa?a. Soy muy optimista con Espa?a. La base industrial y econ¨®mica existe. Y las reformas est¨¢n funcionando.
P. ?C¨®mo le contar¨ªa esa historia a seis millones de parados?
R. Las mejoras est¨¢n ah¨ª, aunque en la econom¨ªa real no se vean los cambios todav¨ªa. El paro est¨¢ bajando, la recesi¨®n se acaba, las exportaciones suben. Insisto: soy optimista con Espa?a.
P. Hace un mes se daba por hecho que el cierre del rescate requer¨ªa medidas cautelares; hoy todo son parabienes. ?Qu¨¦ ha cambiado en la percepci¨®n sobre Espa?a si apenas hay nuevos datos?
R. A¨²n es pronto: esa decisi¨®n, como en el caso irland¨¦s, se tomar¨¢ el 15 de noviembre. Con Irlanda est¨¢ todo completamente abierto. Con Espa?a lo m¨¢s probable es una salida n¨ªtida, sin medidas precautorias. Pero en ambos casos hay que esperar a los ¨²ltimos datos, en especial sobre la banca. La cuesti¨®n es si los bancos espa?oles pueden sobrevivir por s¨ª solos, y hay pruebas de que ahora tienen acceso a los mercados. Con eso asegurado, Espa?a no necesita fondos europeos.
P. La salida de la recesi¨®n ser¨¢ lenta. Hay dificultades para cumplir el d¨¦ficit. La morosidad bancaria es del 12%. ?No son suficientes razones para tomar medidas precautorias, como quitamiedos?
R. Ha habido grandes progresos en el sistema financiero espa?ol, que est¨¢ en mejores condiciones que la banca de otros pa¨ªses por esa operaci¨®n de limpieza ya realizada. Las fortalezas y debilidades de la banca espa?ola son conocidas, algo que no se puede decir de otros pa¨ªses. Pero no hay nada decidido, aunque creo que la sensaci¨®n es que el rescate va por buen camino: la banca est¨¢ mejor que en otros pa¨ªses.
P. ?De qu¨¦ variables depender¨¢ el cierre del rescate?
R. Lo primero es que lo pida el Gobierno; Europa no fuerza a los pa¨ªses a pedir programas. Es fundamental el informe de la ¨²ltima misi¨®n de la troika, y el examen del Banco de Espa?a. Pero hay tambi¨¦n otros datos, como la evaluaci¨®n de los presupuestos enviados a Bruselas o el d¨¦ficit. Cuando se viene de una recesi¨®n tan prolongada y se tiene ese paro es dif¨ªcil ser optimista, aun cuando hay indicios para empezar a serlo. A Espa?a le va a ir bien.
P. ?Extiende ese optimismo al examen a la banca del BCE?
R. No voy a especular sobre c¨®mo est¨¢n los bancos europeos; no sabemos c¨®mo est¨¢n. En toda Europa hay sospechas sobre morosidad oculta o problemas de capital: llega la hora de lidiar con eso. Pero no hay razones para pensar que en Espa?a esos problemas son mayores que en otros pa¨ªses.
P. Hay una frase que los ministros europeos repiten sin cesar: ¡°Es fundamental que los ex¨¢menes del BCE sean cre¨ªbles, pero mi banca est¨¢ perfecta¡±. ?Le preocupa la complacencia? ?No hay problemas de credibilidad sin un cortafuegos europeo cre¨ªble?
R. Ya hay un cortafuegos europeo cre¨ªble: el mecanismo de rescate (Mede).
P. Pero se pensaba en un aut¨¦ntico fondo europeo para resolver los problemas que surjan.
R. Las reglas del juego est¨¢n claras: la banca debe recapitalizarse por sus propios medios, y en caso contrario est¨¢n los fondos nacionales y en ¨²ltimo t¨¦rmino el Mede. El Mede es el cortafuegos final del que se ha dotado Europa. Tradicionalmente, si en la eurozona se descubr¨ªa un agujero en un banco, el Gobierno de turno inyectaba dinero sin pesta?ear. Ahora las cosas han cambiado: lo primero es que el propio banco, sus propietarios y acreedores, pongan dinero sobre la mesa. Solo despu¨¦s puede haber dinero p¨²blico, nacional y europeo. Hay quien cree que el Mede no tiene suficiente capacidad; est¨¢n equivocados.
P. ?Hay presiones para suavizar los ex¨¢menes a la banca?
R. La clave en esas pruebas va a ser la transparencia. El BCE debe esclarecer todo el proceso: la metodolog¨ªa, los responsables, los tiempos, la publicaci¨®n de resultados¡ Los medios, los dirigentes pol¨ªticos y los mercados deben poder evaluar entonces si todo el proceso es cre¨ªble o no. En otras palabras: la mejor protecci¨®n contra esas presiones es un proceso transparente. El BCE sabe que no puede fallar.
P. ?Hay debate sobre las ayudas de Estado en el Eurogrupo? Cuando Espa?a tuvo que aplicarlas, pagaron los preferentistas. ?Italia presiona para suavizarlas?
R. Ese debate est¨¢ ah¨ª. He o¨ªdo los argumentos de los italianos, pero ese es un asunto de la Comisi¨®n y el BCE. La ¨²nica raz¨®n para introducir flexibilidad es velar por la estabilidad financiera. Pero la decisi¨®n est¨¢ en manos del comisario Joaqu¨ªn Almunia, que puede decidir el grado de dureza con independencia; de otra forma, si alguien considera que esas normas no le son aplicables, Europa perder¨ªa credibilidad.
P. ?Va a cumplirse el calendario de la uni¨®n bancaria? ?No se ha rebajado su ambici¨®n?
R. El calendario va seg¨²n lo previsto. Hay quien tiene dudas respecto a que vayamos a ir hasta el final: mi mensaje es que vamos a hacerlo. Respecto al grado de ambici¨®n, desde el principio el objetivo fue romper el c¨ªrculo vicioso entre la banca y la deuda soberana con ayuda de mecanismos europeos, como ha ocurrido en Espa?a. Tras el episodio de Chipre qued¨® claro que algo hab¨ªa cambiado: el sector financiero tiene que pagar por los riesgos que asume, y cuando surge un problema la pregunta ya no puede ser si va a pagar el Gobierno de un pa¨ªs o la eurozona: el debate es ahora si va a pagar el sector privado o el sector p¨²blico. Eso es muy positivo, porque hasta ahora los contribuyentes alemanes ten¨ªan la sensaci¨®n de que al final tendr¨ªan que rascarse el bolsillo.
P. M¨¢s all¨¢ de la banca, Europa sale de la crisis con muchos m¨¢s apuros que otras ¨¢reas econ¨®micas. ?El retraso es achacable a los excesos previos o tambi¨¦n a la respuesta pol¨ªtica aplicada?
R. Nuestra crisis era diferente, con la econom¨ªa lastrada por un nivel de deuda alt¨ªsimo en familias, empresas, bancos y Gobiernos, y con poblaciones envejecidas. Salvo en Alemania, los Gobiernos gastan m¨¢s de lo que ingresan: el sector p¨²blico a¨²n est¨¢ estimulando la econom¨ªa. Y as¨ª Europa est¨¢ cargando la factura de la crisis a las futuras generaciones, que ser¨¢n menos populosas que la actual o las pasadas.
P. La socialdemocracia plante¨® en su d¨ªa un discurso distinto. ?Hay que compensar los ajustes de la periferia con un est¨ªmulo en el centro, desde Bruselas, Alemania o el BCE?
R. Alemania ya estimula a Europa: en primer lugar, crece; en segundo lugar, sus salarios suben y permiten un ajuste en la competitividad. Europa no es un club cerrado; es un ¨¢rea econ¨®mica abierta en un mundo globalizado. Espa?a no puede esperar que su recuperaci¨®n proceda de que los alemanes gasten m¨¢s; tiene que ser competitiva por s¨ª misma. Y eso vale para toda Europa. Como socialdem¨®crata, pienso que lo que hace que Europa sea diferente es el Estado del bienestar: somos econom¨ªas con fuertes componentes sociales, con un papel del sector p¨²blico importante en sanidad y educaci¨®n. Pero Europa en su conjunto tiene que ser m¨¢s competitiva si quiere conservar todo eso, que es muy costoso.
P. Pero no se ve un equilibrio entre responsabilidad y solidaridad: el ejemplo son los pa¨ªses rescatados. ?Habr¨¢ segundo rescate en Portugal y tercero en Grecia con quitas, como pide el FMI?
R. Es pronto para decirlo. Grecia ha mejorado desde el punto de vista fiscal, pero le queda mucho por hacer, como a Portugal: b¨¢sicamente, reformas estructurales para volver a ser pa¨ªses competitivos. Soy ahora m¨¢s optimista de lo que era, en especial si conseguimos que haya cierta estabilidad pol¨ªtica en toda Europa.
P. ?El gran riesgo es pol¨ªtico?
R. S¨ª. Lo vimos en Italia, lo hemos visto en Holanda con los recortes del presupuesto, que pusieron presi¨®n sobre la coalici¨®n de Gobierno. En periodos de inestabilidad pol¨ªtica, las empresas y los inversores se preguntan siempre qu¨¦ demonios va a ocurrir: nadie invierte en un pa¨ªs cuya estabilidad est¨¢ en entredicho.
P. Espa?a vive su propio episodio al respecto con los planes de Catalu?a. ?Lo ve el Eurogrupo como un riesgo?
R. Ni conozco bien el caso ni tengo mucho que decir al respecto, pero la complejidad de la situaci¨®n europea recomienda generar estabilidad en el plano pol¨ªtico, especialmente en pa¨ªses cuyos Gobiernos tienen que tomar medidas impopulares. La respuesta a todos estos desaf¨ªos es una recuperaci¨®n econ¨®mica: necesitamos resultados tras los esfuerzos realizados.
P. Pues esos resultados no terminan de llegar. ?Se plantea un viraje radical de pol¨ªtica econ¨®mica si esto no cambia?
R. Ya introdujimos flexibilidad en los objetivos de d¨¦ficit. Un buen n¨²mero de pa¨ªses, entre ellos Espa?a, se benefician de ello. Pero ser¨ªa contraproducente un viraje radical, un cambio de estrategia del tipo ¡®olvid¨¦monos del presupuesto, de la deuda p¨²blica y buena suerte¡¯. ?Se imagina que hacemos eso y en un par de a?os vuelve a haber pa¨ªses incapaces de financiarse en el mercado?
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