Una nueva moneda llamada clic
Con el aumento de la seguridad llega el aumento de las operaciones ¡®online¡¯ Las compras por dispositivos m¨®viles en Espa?a alcanzan ya los 2.500 millones de euros
Las visitas al banco parecen haber ca¨ªdo en picado y apenas una minor¨ªa de sus clientes con menos de 37 a?os conoce al director de la sucursal donde cobra su n¨®mina o domicilia los recibos. Los clientes, los consumidores, han sustituido la mayor¨ªa de los desplazamientos al banco, a la tienda, a la librer¨ªa y a la agencia de viajes. Sensaci¨®n de que los desertores urbanos se han trasladado en bloque a la Red, al menos para hacer las compras.
Las cifras que dan cuenta de este sector no dibujan precisamente un escenario de crisis, bajo consumo ni restricci¨®n de la demanda. En el comercio electr¨®nico todo parece avanzar a doble d¨ªgito: al 20%, al 30% o al 40%. Por tanto, se puede afirmar tanto que goza de tan buena salud como que los m¨¢s de 13 millones de compradores online espa?oles aumentaron el valor de sus compras en casi un 20% hasta superar los 11.000 millones de euros en el ¨²ltimo ejercicio, seg¨²n recoge el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones en su estudio sobre el comercio electr¨®nico en Espa?a.
Y las previsiones van a m¨¢s, apuntan a un mercado que crecer¨¢ en los pr¨®ximos a?os a un ritmo del 20% anual. Hay otras causas que justifican tan espectaculares avances o cambios, como es que la situaci¨®n econ¨®mica ha influido decisivamente en las prioridades y preferencias de los consumidores online. Seg¨²n los expertos de Trusted Shops en Espa?a, los consumidores valoran cada d¨ªa m¨¢s aspectos como la seguridad, el reembolso del importe, la gratuidad de los gastos de env¨ªo o el derecho al desistimiento, detalles que influyen m¨¢s en una compra que la popularidad de la tienda.
Los usuarios de tabletas duplican en propensi¨®n de comprar a los de tel¨¦fonos inteligentes y gastan un 20% m¨¢s
Pero es, sin duda alguna, la proliferaci¨®n en el uso de los dispositivos m¨®viles ¨Ctabletas y smartphones¨C lo que acaba por provocar una verdadera explosi¨®n en las cifras del comercio electr¨®nico (e-commerce). Las ¨²ltimas encuestas con las que trabajan las entidades financieras estiman que el 45% de los espa?oles que tienen un smartphone ya realizan sus gestiones bancarias a trav¨¦s de su terminal inteligente; asimismo, m¨¢s del 20% reserva hoteles y billetes de viaje por el mismo terminal, m¨¢s del 16% lo utiliza para comprar ropa, y un 15%, para adquirir libros.
La audiencia m¨®vil es un grupo con fuerte potencial de crecimiento. Como recoge Genoveva Purita, profesora de la Online Bussines School, en su informe sobre Mobile commerce 2013, las compras por dispositivos m¨®viles (m-commerce) en todo el mundo se estiman en 71.500 millones de euros, lo que representa el 11% del volumen total de e-commerce. Las cifras para Espa?a, aunque modestas, indican que el ritmo de crecimiento es tambi¨¦n muy elevado, con 2.500 millones de euros de negocio el pasado a?o.
Asegura Purita en su informe que ¡°los usuarios de tabletas duplican en propensi¨®n a comprar (38%) a los usuarios de tel¨¦fonos inteligentes (19%)¡±, as¨ª como que ¡°el gasto promedio por compra con tabletas es un 20% m¨¢s que las realizadas v¨ªa smartphones¡±.
TARJETAS
El mercado electr¨®nico parece contar con todos los elementos a favor, seg¨²n la Comisi¨®n del Mercado de las Telecomunicaciones, donde se apunta que en el primer trimestre de 2013 se alcanzaron 2.823 millones de euros de cifra de negocio, un 15,1% m¨¢s que en el mismo trimestre del a?o anterior. Dan fe de ello las 43,5 millones de operaciones (¨®rdenes de compraventa) realizadas a trav¨¦s de Internet, y que seg¨²n la Comisi¨®n ha tenido en cuenta las realizadas a trav¨¦s de tarjetas bancarias de las entidades espa?olas colaboradoras; esto es: Servired, Sistema 4B, y CECA-Sistema Euro 6000. La actividad del comercio electr¨®nico registrado por estas tarjetas subi¨® en el primer trimestre un 18,6% interanual.
A la hora de pagar, los usuarios utilizan varios sistemas. La mayor¨ªa de las operaciones se realizan mediante tarjetas de cr¨¦dito y d¨¦bito, aunque tambi¨¦n han proliferado las llamadas ¡°tarjetas virtuales¡±, que, seg¨²n las entidades financieras, buscan ser la alternativa a las bancarias tratando de aportar mayor seguridad a la compra por Internet.
Las tarjetas son el medio favorito de los consumidores espa?oles, aunque, como recuerdan desde un intermediario de pagos, ¡°tienen su punto d¨¦bil en la seguridad, algo que tampoco parece que haya sido un gran obst¨¢culo para el comercio en la Red, precisamente uno de los puntos m¨¢s reforzados tras los numerosos casos de fraude online (phishing y troyanos). Con el aumento de la seguridad ha llegado el aumento de las operaciones. Seg¨²n las cifras recogidas por la consultora Euromonitor International, la mayor cuota de transacciones corresponde a Visa, con un 57%, seguida de MasterCard, con un 40%; y por volumen es tambi¨¦n Visa, con un 62%, seguida de MasterCard, con un 32%.
Pero en la Red intervienen muchos actores con sus plataformas como son Apple Store, iTunes, Amazon Payments, Google Wallet o ?PayPal. Son, por lo general, sistemas de pago electr¨®nico con sus particulares, caso de PayPal ¨Cpropiedad de eBay¨C, en cuyo proceso de pago no se difunden los datos que identifican la tarjeta o la cuenta corriente del comprador ni del vendedor, siendo este ¨²ltimo sobre quien recae el coste de la operaci¨®n.
Como buen competidor, Google lanz¨® su propio sistema de pago electr¨®nico ¨CGoogle Wallet¨C, de menor difusi¨®n y donde el usuario s¨ª est¨¢ obligado a dejar un n¨²mero de cuenta y tarjeta de cr¨¦dito. Y Amazon ha seguido la misma l¨ªnea trazada por Google y PayPal con un sistema propio ¨CAmazon Payments¨C cuya operativa se vincula a los n¨²meros de tarjeta de cr¨¦dito aportados por el cliente. Moneybookers y ClickandBuy son otras opciones de pago en la Red, donde se espera la aparici¨®n de nuevos sistemas de pago.
El ¡®bitcoin¡¯, a la sombra del d¨®lar
El guionista de la serie The good wife planteaba, a modo de ficci¨®n, el inter¨¦s del Tesoro norteamericano en conocer la identidad del creador del bitcoin al considerarla como una divisa. Pero el asunto qued¨® en nada al no poder probar la paternidad de la supuesta moneda. Y adem¨¢s porque se trataba de una serie. Pero lo cierto es que el bitcoin se ha convertido en una moneda de curso, no se sabe si legal, en la Red desde su aparici¨®n en 2009. La llaman de todo: desde "moneda virtual" hasta "criptodivisa". Otros le otorgan un marcado car¨¢cter mercantil, como una Internet commodity al uso, o sea, un bien de Internet. Un experto jur¨ªdico se refiere a ellas como P2P (peer to peer, o red entre iguales). Que adem¨¢s pueden ser aceptadas como medio de pago, aunque con todas las reservas, pues no se conoce ni emisor ni supervisor; luego todo parece indicar que funciona al margen de las normas, aspecto en el que trabaja el Tesoro norteamericano.
Hace tiempo que las autoridades muestran su preocupaci¨®n debido a que el uso de los bitcoins parece moverse con agilidad en actividades m¨¢s o menos ilegales. En todo caso, la aceptaci¨®n de esta moneda se aprecia cada d¨ªa en compras tan habituales como es la comida r¨¢pida. As¨ª que mientras las autoridades se aclaran con esta moneda electr¨®nica, el bitcoin tiene un mercado de intercambio con el d¨®lar, muy vol¨¢til por cierto: un bitcoin se cambia por 168 d¨®lares. El Gobierno alem¨¢n la reconoci¨® como unidad monetaria el pasado agosto, como una forma de dinero privado. Un eurodiputado espa?ol espera contestaci¨®n de la Comisi¨®n Europea a la pregunta de si el bitcoin es o no una moneda. En el mercado de divisas estiman que hay m¨¢s de 12 millones de bitcoins en circulaci¨®n. Incluso no se descarta una burbuja.
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