¡°Los negocios no entienden de color pol¨ªtico, sino de sentido com¨²n¡±
El socio mayoritario de la naviera analiza el presente y el futuro de la compa?¨ªa
Adolfo Utor (Alhucemas, 1961) lleva toda la vida trabajando con barcos. Nunca le ha tentado otro sector. Empez¨® en el mundo naval cuando estudiaba el bachillerato en Denia. En 1981 aterriz¨® en una compa?¨ªa que se llamaba Ignasa. De ah¨ª sali¨® Flebasa. Empez¨® en la primera, durante los veranos, vendiendo billetes y amarrando barcos. Lleg¨® a director general de la segunda. Y en 1998, cuando esa empresa entr¨® en concurso de acreedores, acab¨® convirti¨¦ndola en el germen de Bale¨¤ria, no sin pol¨¦mica, ya que el asunto acab¨® en los tribunales. Hoy Utor es presidente y due?o del 57,5% de las acciones de Bale¨¤ria. Sus ¨²nicos pasos fuera del mundo naval los dio como concejal en Denia, de la mano del partido socialista, del que lleg¨® a ser secretario comarcal. El dato llama la atenci¨®n teniendo en cuenta que Abel Matutes, empresario y exministro del Partido Popular, es desde 2003 su socio y controla el otro 42,5% de Bale¨¤ria. La naviera, con sede en Denia, tiene ahora l¨ªneas de conexi¨®n entre las islas Baleares, con la Pen¨ªnsula, en el estrecho de Gibraltar y desde Miami (EE UU) a Bahamas.
Pregunta. El verano de 2013 se registr¨® un r¨¦cord de turistas extranjeros. ?Lo notaron?
¡°Competencia nos dio un buen palo. Creo que actuaron con demasiado rigor, excesivo¡±
Respuesta. Para nosotros ha sido un verano bueno. Hemos cumplido nuestro presupuesto. El norte de Baleares funcion¨® mejor que el sur. Hubo un buen comportamiento del precio del combustible, y eso es b¨¢sico en nuestro negocio; en general, supone entre un 30% y un 35% de los costes. En este sector, la competencia es feroz. Y aumentamos el n¨²mero de pasajeros, gracias a una pol¨ªtica agresiva de precios y tambi¨¦n por proyectos nuevos como Bale¨¤ria Fan and Music [espect¨¢culos de m¨²sica a bordo]. Es cierto que el menor n¨²mero de vuelos a Baleares tambi¨¦n nos ha beneficiado. Aun as¨ª, hay que recordar que nuestro principal cliente es el residente en Baleares, y sobre todo, el turista nacional. Y ese es un mercado que todav¨ªa est¨¢ deprimido.
P. En 1998 empezaron facturando ocho millones de euros. ?D¨®nde est¨¢n ahora?
R. Incluyendo el negocio de Estados Unidos, en 2012 facturamos cerca de 250 millones de euros, algo m¨¢s que en 2011. El beneficio bruto de explotaci¨®n se acerc¨® a los 50 millones, entre dos y tres veces menos que el a?o anterior. La suerte es que tambi¨¦n transportamos carga, y ahora los ingresos de mercanc¨ªa y pasajeros est¨¢n casi nivelados. Adem¨¢s, la carga es menos estacional.
P. ?Su empresa es rentable?
R. S¨ª. Bale¨¤ria lleg¨® a la crisis con un fuerte endeudamiento, como casi todas las empresas de este pa¨ªs. En este periodo hemos hecho un gran esfuerzo de ajuste y de reducci¨®n de deuda. En 2007 ten¨ªamos cuatro barcos en grada, encargados. Era una inversi¨®n de 350 millones de euros. Podr¨ªa haber puesto a cualquier gerente en situaci¨®n de p¨¢nico. Pero result¨® que era una ventaja: las nuevas unidades son herramientas, y son mucho m¨¢s eficientes y competitivas. Ha resultado una inversi¨®n sana y productiva. Y en estos a?os nos hemos podido dedicar a ir reduciendo deuda. Estamos en torno a los 200 millones de deuda. Hemos ido pagando a un ritmo de unos 25 millones al a?o. Y tuvimos un segundo acierto: no diversificar en el sector inmobiliario, como recomendaban muchos industriales. Dec¨ªan que era un refugio y resulta que era mejor ignorarlo. Nos libramos de ese lastre.
P. ?No se les atragantar¨¢n esos 200 millones en plena crisis?
¡°Nos recomendaron diversificar y entrar en el ladrillo. Y por suerte que no lo hicimos¡±
R. No. En 2009 reestructuramos, y desde entonces hemos cumplido todos nuestros compromisos. Hemos tenido alguna propuesta de refinanciaci¨®n, pero nos hemos resistido, porque toda refinanciaci¨®n supone aumentar los costes. Y las empresas, solo por ser espa?olas, tienen siempre un sobrecoste: la financiaci¨®n es m¨¢s cara. Si mi empresa, en lugar de estar domiciliada en Denia, tuviera su sede en Berl¨ªn, pagar¨ªa menos de la mitad por los intereses del dinero prestado. ?C¨®mo hemos hecho las cosas tan mal en Espa?a para que ahora tengamos un saco de cemento en la espalda? La brecha con Alemania tambi¨¦n habla de las pol¨ªticas de cohesi¨®n de la Uni¨®n Europea...
P. Mantiene su sede en Espa?a, pero durante un tiempo abander¨® algunos de sus barcos en Malta. ?Cuesti¨®n de dinero?
R. Estamos en un ¨¢mbito europeo donde uno libremente puede elegir la bandera m¨¢s competitiva. En 2004, el registro espa?ol perdi¨® competitividad, al dejar de aplicar una directiva europea que s¨ª estaba en Francia o Italia, que permit¨ªa tener el 50% de la tripulaci¨®n extranjera y con un segundo convenio adaptado a sus pa¨ªses de origen. Con el comit¨¦ de empresa tratamos de negociar un sistema flexible retributivo, vinculado a la productividad, tener ese 50% de trabajadores extranjeros... Pero no pudimos llegar a un acuerdo. As¨ª que para los barcos nuevos usamos la bandera m¨¢s competitiva, la de Malta. Sirvi¨® de palanca para hacer entrar en raz¨®n al comit¨¦. Aceptaron un sistema m¨¢s flexible. El conflicto se alarg¨®, pero, al final, hoy tenemos bandera espa?ola en pr¨¢cticamente todos los barcos que trabajan en Espa?a y para los que faltan est¨¢ ya fijado el calendario para que la tengan. Incluso en Miami trabajamos con bandera espa?ola. No era cuesti¨®n de dinero. Quer¨ªamos productividad.
P. Competencia ha impuesto en los ¨²ltimos a?os varias y cuantiosas multas a Bale¨¤ria y otras navieras.
¡°Si tuviera la sede en Berl¨ªn, me costar¨ªa la mitad financiarme. No me parece justo¡±
R. S¨ª. Recibimos un varapalo. El transporte mar¨ªtimo es un servicio p¨²blico, que siempre estuvo regulado p¨²blicamente. La competencia es feroz. Pero hubo algunas ¨¦pocas en las que llevamos a cabo algunas pr¨¢cticas que son habituales en otros sectores como el a¨¦reo donde s¨ª se pueden usar c¨®digos compartidos... El caso es que Competencia decidi¨® que no hab¨ªamos hecho bien. Actuaron con mucho rigor. Creo que, en ocasiones, excesivo. Tuvieron poca sensibilidad, teniendo en cuenta el momento tan complicado para sector. Pero, bueno, qu¨¦ le vamos a hacer. Nos dieron un buen palo, y ahora, por si acaso, entre las compa?¨ªas ya no hablamos ni por tel¨¦fono.
P. ?Hasta cu¨¢ndo seguir¨¢n aparcadas las inversiones?
R. Tenemos algunos proyectos. Por ejemplo, el de remotorizaci¨®n de los barcos. El futuro es el gas licuado, por el ahorro con respecto al petr¨®leo y porque no hay azufre y se emite menos CO2.
P. Est¨¢n en Miami. ?Un experimento o un primer paso?
R. Es solo un primer paso. Hemos conseguido adaptarnos. Y estudiamos concursos en Puerto Rico, hay expectativas de nuevas oportunidades en el Caribe y quiz¨¢ Cuba, en el futuro, tenga mucho que ofrecer. M¨¦xico es un mercado enorme... El tiempo dir¨¢ si somos capaces de aprovechar todas las oportunidades que hay.
P. Su socio Abel Matutes tiene negocios en Am¨¦rica Latina. ?Influye eso en Bale¨¤ria?
R. Son dos empresas que funcionan completamente por separado. ?l es el socio financiero. Su bagaje y experiencia son de gran ayuda, y quiz¨¢ alguna vez se puedan aprovechar sinergias. Pero de momento hemos empezado entre Miami y Bahamas, una zona donde Matutes no est¨¢.
P. Matutes y usted han ejercido cargos en partidos contrarios. ?No es un problema?
R. Yo creo que no. Los negocios no entienden de color pol¨ªtico. Incluso ni la misma pol¨ªtica entiende a veces de color pol¨ªtico. Creo que lo que cuenta en la empresa es el sentido com¨²n. Desde el punto de vista de Bale¨¤ria, la alianza con Matutes fue una oportunidad.
P. ?Echa de menos la pol¨ªtica?
R. No. Fue una experiencia. Y luego surgi¨® una aventura empresarial.
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