Mucho brindis (y poco apoyo) a la exportaci¨®n
De momento, realidad es que la falta de cr¨¦dito, privado y p¨²blico sigue asfixiando a la empresa (exportadora o no)
Hablemos m¨¢s de la econom¨ªa real. Propugnamos reindustrializarnos, como Alemania y no como Reino Unido, y dejamos que la manufactura se tambalee (el s¨ªntoma Fagor): en 35 a?os el peso de la industria en el PIB ha bajado del 30% al 15%.
Nos jactamos del motor que suponen las exportaciones (y otros engranajes de la internacionalizaci¨®n), como en Alemania. Celebramos que han crecido el 6,6% hasta agosto (aunque a menor ritmo que antes; en 2011 lo hicieron al 15,4%), y corresponden a empresas que son un 77% m¨¢s productivas que el resto. El stock de inversi¨®n espa?ola en el exterior era del 3,6% del PIB en 1996 y ahora supera el 50% del PIB. Y el sector exterior contribuye al conjunto de la econom¨ªa con un 0,4% positivo del PIB. Bravo.
Pero hacemos muy poco por apoyarlas. Una reciente ley de retales fiscales (16/2013, de 29 de octubre) ha acabado con los pen¨²ltimos beneficios fiscales a las empresas espa?olas que invierten en el exterior (por deterioro de su valor o para compensar p¨¦rdidas). Otros ya fueron antes cancelados o reducidos: por gastos financieros, por fondo de comercio, por financiaci¨®n de inversiones.
Es cierto que el impuesto de sociedades conllevaba, y arrastra a¨²n, una execrable mara?a de deducciones y exenciones que lo hacen un coladero apto para listillos (rentas de posici¨®n) y lo debilita como arma recaudatoria. Pero ?acaso no se pueden establecer otros mecanismos que compensen la desaparici¨®n de esos est¨ªmulos a la internacionalizaci¨®n de las empresas?
Claro que s¨ª. La prueba est¨¢ en que la Ley de Apoyo a los Emprendedores (14/2013, de 27 de septiembre) dedica atenci¨®n a ese prop¨®sito. Pero de modo gen¨¦rico o para reordenar burocracias y normas anteriores. Apenas crea un ¡°Fondo para Inversiones en el exterior¡± (art¨ªculo 56) mediante el que el sector p¨²blico pueda tomar participaciones ¡°temporales minoritarias y directas¡± en compa?¨ªas exportadoras o con implantaciones exteriores. Y refuerza el ¡°Fondo para la Internacionalizaci¨®n de la empresa¡± (art¨ªculo 57) para que preste asistencia t¨¦cnica y consultor¨ªa sobre todo a las pymes que quieran salir fuera.
Veremos lo que dan de s¨ª. De momento, la cruda y dura realidad es que la falta de cr¨¦dito, privado (cae nueve puntos) y p¨²blico (el del ICO cae 21 puntos de enero a agosto), sigue asfixiando a la empresa (exportadora o no). Y que el gran ca?¨®n Berta en la batalla de la exportaci¨®n, el ICEX, sigue en pa?os menores. Su presupuesto para 2014 es de 84 millones (un mill¨®n cosm¨¦tico m¨¢s que en 2013), un tercio de los 264 millones de 2008 y poco m¨¢s de la mitad de los 135 millones de 2011.
Hace poco m¨¢s de un a?o, el Instituto de la Empresa Familiar formul¨® en un denso estudio 40 propuestas para afianzar el sector exterior espa?ol, ese que es el ¨²nico en darnos alegr¨ªas (El modelo de apoyo a la internacionalizaci¨®n de la empresa espa?ola, www.iefamiliar.com).
Hab¨ªa desde propuestas institucionales (coordinaci¨®n p¨²blico-privada y entre las distintas Administraciones, mayor especializaci¨®n de las distintas agencias, mayor imbricaci¨®n servicio exterior/C¨¢maras); hasta medidas fiscales (deducciones por asistencia t¨¦cnica, titularidad de activos exteriores para calificar la solvencia en casos de aplazamiento de deudas...), pasando por otras para fomentar la innovaci¨®n (programas espec¨ªficos para apoyar la salida, como en Reino Unido).
De todo aquel caudal de ideas, el Gobierno asumi¨®, con parsimonia, algunas. La mayor¨ªa no han sido recogidas. O replicadas. O sustituidas por otras mejores.
Parece claro que de todo ello se deduce una conclusi¨®n. El m¨¦rito de la perseverancia en la exportaci¨®n, y los buenos resultados cosechados, corresponden casi exclusivamente a las 40.000 empresas que se vuelcan en ella regularmente. A sus empresarios y a sus trabajadores. Que nadie m¨¢s se ponga medallas.
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