Los negocios prosperan en las favelas cariocas tras la expulsi¨®n de los "narcos"
La econom¨ªa de las favelas de la ciudad brasile?a de R¨ªo de Janeiro ocupadas por la polic¨ªa tras d¨¦cadas de dominio de narcotraficantes disfruta de un dinamismo sin precedentes, seg¨²n propietarios de decenas de nuevos negocios que pululan en estas barriadas.
La "pacificaci¨®n" de las favelas, como es conocida la pol¨ªtica que instal¨® puestos policiales permanentes en las barriadas de las que fueron expulsados los narcos, unida a la bonanza de las cuentas brasile?as ha sacado a la luz a un gran n¨²mero de emprendedores que, con m¨¢s ilusi¨®n que dinero, han abierto todo tipo de negocios.
De su esfuerzo se benefician todos, porque el lucro del inversor supone el empleo del vecino.
En el restaurante de Rosimary Napole?o, la "Biroska da Bica", en la favela de Cantagalo, trabajan sus cuatro hijos m¨¢s otros cuatro empleados de la comunidad.
Fue abierto hace 4 a?os, seg¨²n relata a Efe, ofreciendo sus platos desde la ventana de su microvivienda. Hoy, sobre el propio peque?o bar se levanta el nuevo hogar de tres plantas de los Napole?o.
Comenzar siempre es dif¨ªcil, pero a Rosimary la ayud¨® la patrona de la casa en la que serv¨ªa.
Sin embargo, M¨¢rcia Nunes, una de las tres moto taxistas que trabaja en las laderas de la favela de Rocinha, tuvo que pedir un cr¨¦dito para comprar su moto.
No hab¨ªa terminado de pagarlo, cuando se la robaron y se vio obligada a pagar por partida doble: al banco por el pr¨¦stamo y al amigo que le vendi¨® su nueva moto.
Aun as¨ª, Marcia est¨¢ feliz. Asegura a Efe que con lo que obtiene hace frente a los gastos de la casa y de su hija. Y lo m¨¢s importante: todo lo que gana es para ella.
Todo ello, gracias a que en Rocinha se acabaron los peajes a los "narcos", aseguran varias personas que a¨²n piden no ser identificadas.
Para Daniel Pla, profesor de Marketing de la Fundaci¨®n Getulio Vargas, la ocupaci¨®n de las favelas por las Unidades de Polic¨ªa Pacificadora (UPP), como son conocidas los peque?os puestos policiales instalados en las barriadas, ha generado oportunidades de negocio para personas antes excluidas.
"Muchos de los que antes bajaban a la ciudad para trabajar ahora encuentran empleo en las calles de su comunidad", explica.
Pero una duda permanece. "?Continuar¨¢ la pol¨ªtica de pacificaci¨®n despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos de R¨ªo de Janeiro en 2016?", es la pregunta que deja en el aire el profesor Pla.
Jefferson Cardoso da Silva, habitante de Cantagalo, ha hecho una importante apuesta de vida. Ha abandonado sus estudios de inform¨¢tica para ense?ar surf en la playa de Arpoador.
Est¨¢ inquieto, afirma, porque comienza la temporada alta y con ella llegan m¨¢s turistas, o, en su lenguaje, m¨¢s clientes potenciales.
Jefferson se ha preparado. En su caso, la inversi¨®n ha sido intelectual y ha aprendido a manejarse con soltura en ingl¨¦s.
A pesar del despegue econ¨®mico, la situaci¨®n en las favelas sigue siendo compleja.
A la carencia de infraestructuras b¨¢sicas se suman recientes datos estad¨ªsticos demoledores. Por ejemplo, menos del 2 % de los que viven en las comunidades llega a la ense?anza superior. Mejorar esa cifra ser¨¢ el gran desaf¨ªo del futuro, seg¨²n los especialistas.
Entretanto, en las calles, la actividad no se detiene y el dinero comienza a llegar de fuera. Ya no es dif¨ªcil encontrar franquicias de importantes compa?¨ªas o a inversores que ven en la favela una plataforma perfecta para ampliar sus negocios.
La cadena de gimnasios "X-ports" va a abrir en los pr¨®ximos d¨ªas su primer local en Rocinha. Tony Campos, uno de sus due?os, est¨¢ convencido del ¨¦xito.
La f¨®rmula, dice, es equipamiento de ¨²ltima generaci¨®n y precios ajustados para atraer tanto a los vecinos de Rocinha como de los pr¨®speros barrios que la rodean, que los habitantes de las favelas llaman de "asfalto" por contar con calles pavimentadas.
Favela y asfalto. Asfalto y favela. Unos y otros se necesitan para que la locomotora brasile?a, una de las grandes econom¨ªas emergentes del mundo, no se detenga.
Javier Garc¨ªa
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