La crisis en la Agencia Tributaria
El a?o que viene ser¨¢ el a?o de mayor presi¨®n fiscal de la democracia para la gran mayor¨ªa de ciudadanos
Los ceses en la c¨²pula de la Delegaci¨®n Central de Grandes Contribuyentes de la Agencia Tributaria (AEAT), el ¨®rgano encargado de inspeccionar e investigar a las grandes empresas, es un hecho muy grave. En primer lugar, porque es un ejemplo m¨¢s de que la pol¨ªtica econ¨®mica, y m¨¢s concretamente la pol¨ªtica de consolidaci¨®n fiscal del Gobierno, est¨¢ siendo tremendamente injusta.
As¨ª, 2014 ser¨¢ el a?o de mayor presi¨®n fiscal de la democracia para la gran mayor¨ªa de ciudadanos. Cuando alrededor de 50 impuestos se han subido o creado con el Gobierno del PP y llevado a cabo los mayores recortes sociales de la historia reciente, la direcci¨®n pol¨ªtica de la Agencia Tributaria quer¨ªa perdonar, a trav¨¦s de oscuras influencias, a una gran empresa multinacional en torno a 450 millones de euros, producto de la ingenier¨ªa fiscal que suelen efectuar las multinacionales para terminar pr¨¢cticamente no pagando impuestos.
Las constantes injerencias pol¨ªticas y pol¨¦micas en la direcci¨®n de la Agencia Tributaria hacen un da?o irreparable a la conciencia fiscal y a la lucha contra el fraude en Espa?a. Pero a estas alturas de la legislatura lo que ya est¨¢ claro es que la lucha contra el fraude y la elusi¨®n fiscal no es una prioridad para el Gobierno. Basta recordar la obscena amnist¨ªa fiscal que ha posibilitado que se pueda regularizar, por un m¨®dico tipo del 3%, capitales con origen en el delito y la corrupci¨®n, incluso que el extesorero del PP Luis B¨¢rcenas se acogiera a la indecente amnist¨ªa fiscal, as¨ª como las reducciones continuadas de medios humanos y materiales en la lucha contra el fraude, que llevan camino del desmantelamiento presupuestario en unos a?os de la Agencia Tributaria.
No menos grave que lo anterior es la captaci¨®n partidista del aparato del Estado que viene practicando este Gobierno y que nos aleja del objetivo de tener un sector p¨²blico eficiente, independiente, motor e impulsor del crecimiento econ¨®mico y de la cohesi¨®n social. Es precisamente esa invasi¨®n de las instituciones desde el poder pol¨ªtico una de las caracter¨ªsticas que distingue a un pa¨ªs desarrollado de un pa¨ªs atrasado, lo que distingue la modernidad del despotismo. Esa intrusi¨®n en las instituciones por parte del Gobierno genera desigualdad, privilegios, inseguridad jur¨ªdica, corrupci¨®n y desincentivos a invertir en proyectos a largo plazo, que son los rentables social y econ¨®micamente hablando.
La lista de casos va creciendo con el paso de los meses: la destituci¨®n de la c¨²pula de la Oficina Nacional de Investigaci¨®n del Fraude sustituyendo a un grupo de profesionales cualificados e independientes por personas afines y familiares del Partido Popular. Esta Oficina, hay que recordar, investiga asuntos como el caso G¨¹rtel. Los m¨¢s de 300 ceses en la Agencia Tributaria desde enero de 2012, seg¨²n denuncia la Organizaci¨®n Profesional de Inspectores de Hacienda. No menos llamativo es el informe de la Agencia Tributaria por el que se avala que el PP pueda desgravar donativos ilegales.
Todo ello se suma a una larga lista de asaltos a las instituciones por el Gobierno, como lo sucedido en RTVE, en la Comisi¨®n Nacional del Mercado de la Competencia, en la CNMV, o la aprobaci¨®n de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal que hasta Bruselas ha dicho que no es independiente.
Pedro Saura Garc¨ªa es portavoz de Hacienda del Grupo Socialista y profesor de An¨¢lisis Econ¨®mico en la Universidad de Murcia.
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