Vega Sicilia, la ilusi¨®n de la escasez
La bodega espa?ola alimenta su fama de exclusividad con la producci¨®n limitada de sus vinos cl¨¢sicos mientras crece con sus otras marcas
Sobre la mesa del restaurante de Los ?ngeles donde se celebra la cata hay muchos miles de euros en vino. Las botellas, alineadas, esperan el visto bueno del en¨®logo de Vega Sicilia, Xavier Aus¨¤s. Todo el vino sali¨® un d¨ªa de la bodega donde trabaja, aunque buena parte, muchos a?os antes de que ¨¦l naciera. De las 23 botellas de Vega Sicilia ?nico que se descorchan en esa comida, la m¨¢s antigua es de 1941. La ha aportado uno de los coleccionistas que acuden al evento, reservado a un selecto grupo de aficionados al vino convocados por Bipin Desai, un f¨ªsico de origen indio, coleccionista y considerado uno de los mayores entendidos de EE UU. Los asistentes, de paladar fino y cuenta corriente m¨¢s que abultada, probar¨¢n en tres d¨ªas m¨¢s de 80 caldos. El evento, celebrado a mediados de noviembre, es privado. Bipin Desai lo ha dispuesto todo y ha decidido qui¨¦n asiste. La bodega (que invit¨® a EL PA?S a asistir a la cata) acude a la cita para explicar c¨®mo producen sus caldos. Los asistentes escuchan al en¨®logo, mientras paladean tintos de hace m¨¢s de 30 a?os. Piensan, quiz¨¢, si se har¨¢n con algunas botellas para engordar su colecci¨®n.
Vega Sicilia est¨¢ c¨®moda en este c¨ªrculo de exclusividad. La m¨ªtica bodega de Ribera del Duero, fundada en 1864, ha sabido preservar para sus marcas cl¨¢sicas (Reserva Especial, ?nico y Valbuena) ese aire de vino de colecci¨®n, de capricho, de objeto dif¨ªcil de conseguir. La tentaci¨®n de aumentar la producci¨®n, y as¨ª la facturaci¨®n, parece comprensible. Pero entonces, quiz¨¢, morir¨ªan de ¨¦xito, porque si inundan el mercado, matar¨ªan esa ilusi¨®n de la escasez que rodea a estas botellas. ?C¨®mo combinar eso con la necesidad de hacer caja?
La empresa, seg¨²n el a?o, puede sacar al mercado hasta 1,3 millones de botellas
En el sector muchos siguen pensando que Vega Sicilia es una empresa peque?a. No es cierto. La producci¨®n depende de la calidad de la cosecha. Ninguna de sus bodegas produce en masa. Pero entre las cinco que controlan tienen capacidad para sacar al mercado m¨¢s de 1,3 millones de botellas. Pero la empresa, para alimentar su leyenda de exclusividad, mantiene para sus vinos espa?oles un sistema de distribuci¨®n ¨²nico: su venta directa se limita a los clientes que conforman una lista cerrada. Cada uno de ellos tiene un cupo asignado. Los hay con derecho a adquirir tres botellas al a?o. Otros (tiendas, restaurantes o exportadores) podr¨¢n comprar varios cientos de botellas. Ellos ser¨¢n luego los encargados de que el com¨²n de los mortales pueda hacerse con una botella de ?nico o Valbuena sin estar en la lista, eso s¨ª, si puede pagar el sobreprecio que impondr¨¢ este intermediario.
Una botella del ?nico de las que la bodega sac¨® al mercado este a?o, elaborada en 2003, pasa a manos de uno de los miembros de la lista de clientes por 120 euros m¨¢s IVA. Si ese cliente es una tienda especializada, lo vender¨¢ probablemente por unos 180 euros. Ahora. Dentro de diez a?os, cuando se hayan descorchado buena parte de las 100.000 botellas que se produjeron, la factura subir¨¢. En un restaurante se disparar¨¢. Y si el vino data de 1941, el precio ni se dice.
Sin embargo, la empresa no ver¨¢ esos beneficios futuros, que se embolsar¨¢ el coleccionista o la tienda que guard¨® el vino siete d¨¦cadas. La bodega, sin embargo, encontr¨® hace a?os el modo de cuadrar sus cuentas, cada vez m¨¢s abultadas. Con otras marcas. Esa ha sido la estrategia de Pablo ?lvarez, responsable de Vega Sicilia desde que su padre, David ?lvarez, due?o de la empresa de seguridad y limpieza Eulen, compr¨® la bodega en 1981 y la puso en sus manos. Actualmente una guerra familiar ha dividido a esta familia, que batalla duramente en los tribunales por la gesti¨®n de la empresa, en manos de un grupo formado por cinco hijos de los siete que tiene el patriarca, David ?lvarez. La guerra familiar, sin embargo, no ha impedido que Vega Sicilia d¨¦ cada vez m¨¢s frutos.
El Enebro, la sociedad patrimonial de los ?lvarez que posee las Bodegas de Vega Sicilia, factur¨® en 2012 m¨¢s de 39 millones de euros. Logr¨® un beneficio de 6,9 millones. Las bodegas, dice ?lvarez, suponen cerca del 80% de la facturaci¨®n de esta sociedad.
Cuando los actuales due?os se hicieron cargo de las bodegas, en 1981, la facturaci¨®n era de 200 millones de pesetas, algo m¨¢s de un mill¨®n de euros. Porque cuando llegaron a Vega Sicilia solo sal¨ªa de su tierra ?nico y Valbuena. Ahora producen Ali¨®n, tambi¨¦n en Ribera del Duero; Pintia, en Toro; Mac¨¢n, en Rioja, y Oremus, vino blanco seco y dulce, en Tokaj, Hungr¨ªa. El endeudamiento, aseguran sus responsables, es pr¨¢cticamente nulo.
Exporta a cerca de 100 pa¨ªses y asegura que su deuda es casi nula
Con todas las etiquetas espa?olas los ?lvarez mantienen la distribuci¨®n por cupos. Para los vinos m¨¢s exclusivos, logran una demanda que muchos a?os multiplica por 10 la oferta. Pero si un ?nico est¨¢ dise?ado para lograr su mejor momento 30 a?os despu¨¦s de salir de la bodega, las botellas de Pintia de 2001, que ellos distribuyen a 18 euros m¨¢s IVA, pueden descorcharse esta Navidad sin temor a estar desperdiciando una pieza de colecci¨®n. Esas botellas m¨¢s modestas requieren todav¨ªa un esfuerzo de promoci¨®n, que lleva a sus responsables a viajar por medio mundo para darlas a conocer. Pablo ?lvarez reconoce que no es lo mismo colocar Vega Sicilia ?nico que Pintia. Por eso han tenido que trabajar en las marcas nuevas y salir a promocionarlas al exterior, que hoy supone el 40% de su negocio de media. Para ampliar la clientela extranjera asisten a eventos con entendidos, se re¨²nen con exportadores y, si hace falta, acuden a comentar las catas de coleccionistas millonarios en EE UU o Asia.
Uno de sus caballos de batalla es rentabilizar las bodegas Oremus, en Hungr¨ªa, que compraron en 1993. ¡°Todav¨ªa no va todo lo bien que deber¨ªa funcionar. Estamos en equilibrio desde hace unos a?os. Ni ganamos ni perdemos. Pero necesita empuje¡±, reconoce ?lvarez. La estrella de esa zona es el de Tokaj, vino dulce. ¡°Es una zona que ha estado muchos a?os dominada por el comunismo y desapareci¨® del mercado mundial del vino. La gente no sabe que existe el vino de Tokaj. Pero quienes lo prueban, se dan cuenta de que es incre¨ªble. Tienen una acidez que les da una frescura especial. Entre los siglos XVII y XIX eran los vinos m¨¢s conocidos del mundo. Pero hay que levantarlo todo desde cero. Ha habido que rehacer hasta las vi?as¡±, comenta el responsable de Vega Sicilia.
Han aparcado el proyecto de producir un vino blanco en Espa?a
La compa?¨ªa no tiene pensado frenar su expansi¨®n. Sigue estudiando nuevos proyectos. A ?lvarez le gustar¨ªa tener m¨¢s bodegas en el extranjero. Sobre todo en Francia o Estados Unidos. Y en Espa?a, los ¨²ltimos a?os estuvieron coqueteando con la posibilidad de producir vino blanco. ¡°No entiendo por qu¨¦ en Espa?a no hay un gran vino blanco. No tiene sentido. Ahora se est¨¢n poniendo algo de moda. Pero todav¨ªa hay quien dice eso de que el mejor vino blanco es un tinto. Y yo creo que no es verdad¡±, comenta ?lvarez. Vega Sicilia produjo vino blanco hasta 1948. ¡°Yo una vez prob¨¦ uno de 1938, y estaba vivo. Eso significa que algo habr¨ªa¡±, comenta. Ese fue uno de los motivos por los que hace diez a?os plantaron algunas variedades para experimentar. ¡°Hicimos unas pruebas... En la vi?a hay que tener paciencia. Pero no nos ha parecido que lo que nos ha salido est¨¦ a la altura de nuestra marca. Y decidimos abandonar el proyecto de momento¡±, confiesa.
Mientras tantean nuevos experimentos, el apellido ?lvarez se convierte cada m¨¢s en un habitual de los medios de comunicaci¨®n. No por sus vinos, sino por la guerra familiar. El patriarca, David ?lvarez, exige ante el Tribunal Supremo hacer uso del 51% de los derechos pol¨ªticos sobre la sociedad de las bodegas, que cinco de sus hijos le niegan, tras haber sido a su vez apartados de Eulen, la otra compa?¨ªa familiar. ¡°Nosotros [los cinco hermanos] tenemos el 70% de las acciones. Proviene de la herencia de nuestra madre¡±, insiste Pablo ?lvarez. Dice que de momento los problemas de casa no llegan a las bodegas. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ si al final su padre retoma el control? ¡°Es complejo. Yo creo que, diga lo que diga el Supremo, no pasar¨¢ nada. Porque una cosa es lo que diga una sentencia y otra, que sea aplicable¡±, se?ala. Mientras los jueces deciden, ?lvarez tiene una agenda apretada. Ha fijado varias citas en Hong Kong, Shangh¨¢i, Pek¨ªn y Tokio en solo una semana. Ver¨¢ a coleccionistas e importadores que quieren conocer los secretos de Vega Sicilia. ?lvarez tratar¨¢ de convencerles de que su vino es ¨²nico.
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