Camino de la Uni¨®n (bancaria) Europea
Alemania rebaja la ambici¨®n del proyecto, que aun as¨ª supone un salto adelante para la integraci¨®n
En medio de la crisis existencial del euro, Berl¨ªn, Fr¨¢ncfort y Bruselas se sacaron de la manga un plan para arreglar las cosas sin que Alemania tuviera que comulgar con los llamados eurobonos. Idearon un esquema sencillo, a la vez contundente y elegante, para evitar la dichosa mutualizaci¨®n de la deuda p¨²blica ¡ªuna suerte de anatema m¨¢s all¨¢ del Rin¡ª y conseguir el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa que parec¨ªa entonces mantener el euro intacto. A corto plazo, contundencia: el BCE dise?¨® un programa de compra de deuda p¨²blica que ha funcionado a modo de bot¨®n nuclear disuasorio, sin gastar un solo euro. A la larga, elegancia: el proyecto estrella era y es la uni¨®n bancaria ¡ª¡°el reto m¨¢s ambicioso de la UE desde el euro¡±, seg¨²n repite hasta el ¨²ltimo funcionario de Bruselas¡ª con el objetivo declarado de romper el bucle diab¨®lico entre los bonos soberanos y la deuda bancaria. Y con la aspiraci¨®n ¨²ltima de crear un genuino sistema financiero europeo, m¨¢s all¨¢ del actual matrimonio en r¨¦gimen de separaci¨®n de bienes, en el que incluso los grandes bancos, que son europeos en vida, se transforman en nacionales tan pronto como enferman y son capaces de llevarse por delante las cuentas p¨²blicas.
El objetivo es romper el bucle entre los bonos y la deuda bancaria
El plan ha funcionado de maravilla por el lado de Fr¨¢ncfort. El BCE ha conseguido domesticar la crisis: Europa malvive con un largo estancamiento en el horizonte, pero a la vez con la confianza que rezuma el mantra de moda: lo peor ya ha pasado. La uni¨®n bancaria tambi¨¦n est¨¢ en marcha, aunque sus consecuencias est¨¢n a¨²n en el aire: apenas ha dado sus primeros pasos. Es un proyecto a 10 a?os vista de sensacionales consecuencias financieras, econ¨®micas, incluso pol¨ªticas. Su arquitectura, que solo ahora empieza a esbozarse, ser¨¢ uno de los grandes debates de los pr¨®ximos d¨ªas, pero la discusi¨®n se extender¨¢ durante meses. ¡°Es obviamente una idea inacabada, como lo es toda la Uni¨®n Monetaria desde sus inicios; le faltan componentes imprescindibles, y aun as¨ª ya generar m¨¢s estabilidad de la que exist¨ªa¡±, resume Nicolas V¨¦ron, del think tank Bruegel.
Los primeros pasos del proyecto permiten extraer un pu?ado de apresuradas conclusiones. Uno: no tendr¨¢ el nivel de ambici¨®n que se le supon¨ªa al principio, porque al cabo Europa solo avanza de veras en plena crisis; dice un exembajador norteamericano que para el resto del tiempo solo cabe esperar una mezcla de indecisi¨®n, dilaci¨®n y medias tintas. Dos: ha demostrado ser falsa la creencia ingenua de que el mero enunciado de las virtudes de la uni¨®n bancaria iba a acabar con la fragmentaci¨®n financiera; la crisis ha provocado una renacionalizaci¨®n de la banca, que lleva asociada un par de virus peligros¨ªsimos (los bancos invierten cada vez m¨¢s en deuda p¨²blica de sus pa¨ªses de origen, y las pymes de Italia y Espa?a pagan m¨¢s o menos el doble de intereses por sus cr¨¦ditos que las alemanas y las austriacas); eso no va a desaparecer por mucho que el proyecto se publicite con la acostumbrada fanfarria. Y tres: a pesar de los pesares, los primeros pasos parecen ir, t¨ªmidamente, en la direcci¨®n correcta. La uni¨®n bancaria no llegar¨¢ para lidiar con esta crisis, pero el proyecto despega con la mirada puesta en que la Gran Recesi¨®n no se repita. Al menos para que El Roto no vuelva a dibujar aquella vi?eta de pesadilla: ¡°Tuvimos que asustar a la poblaci¨®n para tranquilizar a los mercados¡±.
La aspiraci¨®n ¨²ltima es crear un genuino sistema financiero europeo
La banca es el coraz¨®n del capitalismo. Por eso es tan parad¨®jico que el momento m¨¢s grave de la Gran Recesi¨®n siga siendo la quiebra de Lehman: en la ¨²nica circunstancia en que el sistema aplic¨® su regla de oro ¡ªque cada palo aguante su vela¡ª las cosas se pusieron tan feas que nadie m¨¢s se atrevi¨® a hacer nada parecido. A partir de ah¨ª Reino Unido rescat¨® a sus grandes bancos, y B¨¦lgica y Holanda a los suyos. Alemania salv¨® a entidades grandes, medianas y peque?as, y por supuesto tambi¨¦n Irlanda, cuyo agujero bancario se llev¨® al Estado por delante, y Espa?a, que tuvo que acabar pidiendo dinero a Europa por ese flanco. En la Uni¨®n, en fin, apenas se conocen bancarrotas en medio del peor hurac¨¢n financiero en tres generaciones. Los ministros de Finanzas persiguen la pr¨®xima semana dar soluciones a esa cuesti¨®n: quieren dejar que los bancos quiebren sin que los contribuyentes paguen todos los platos rotos.
Para ello, cuando un banco necesite dinero p¨²blico primero pagar¨¢n sus accionistas y acreedores; solo despu¨¦s se le inyectar¨¢ dinero del contribuyente nacional, y en ¨²ltima instancia europeo. El diablo est¨¢ en los detalles y hay mucho que discutir, pero ese es el principio general que parece inamovible, y que ¡ªgrosso modo¡ª ya se aplic¨® en el rescate espa?ol.
Sus defensores apuntan que la uni¨®n bancaria ya aporta un cambio fundamental: otorga la supervisi¨®n financiera al BCE para evitar relaciones incestuosas como la del Banco de Espa?a y las cajas de ahorros. ¡°Ese es un gran avance: el BCE supervisar¨¢ a los 130 mayores bancos y a cualquier entidad peque?a que tenga problemas. De esa manera se evitar¨¢ la tolerancia que han mostrado los bancos centrales nacionales en tantas y tantas crisis bancarias¡±, sostiene Xavier Vives, del IESE.
Se quiere dejar quebrar a los bancos sin coste para los ciudadanos
Y para eso Fr¨¢ncfort ya ha comenzado a examinar con lupa a los bancos. El BCE se la juega: un examen demasiado duro podr¨ªa devolver a Europa a su peor pesadilla, pero una prueba blanda pondr¨ªa en peligro sus galones. Pero el Eurobanco ya no depende de s¨ª mismo. Porque ese pelda?o de la supervisi¨®n, que podr¨ªa no parecer gran cosa a primera vista, implica necesariamente nuevos y decisivos avances: para que el BCE pueda limpiar los bancos de una vez por todas, la UE debe acordar una autoridad de resoluci¨®n y un fondo de liquidaci¨®n. Si Fr¨¢ncfort detecta agujeros, debe haber alguien al mando con capacidad ejecutiva para cerrar un banco en un fin de semana y con dinero fresco para evitar l¨ªos si vienen curvas, que vendr¨¢n. Europa ha decretado que la banca debe pagar parte de la factura, pero el BCE quiere asegurarse de que haya respaldo p¨²blico disponible a muy corto plazo en caso de problemas graves. M¨¢s adelante habr¨¢ que activar un fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos com¨²n. ¡°De la ambici¨®n de todo ese entramado, muy condicionada por el liderazgo de una Alemania muy reticente a mutualizar riesgos, depende la credibilidad del proyecto¡±, a?ade Vives.
En una demostraci¨®n m¨¢s de autoridad, Berl¨ªn ha reunido en los ¨²ltimos d¨ªas hasta en dos ocasiones a los ministros de Francia, Italia, Espa?a y Holanda para asegurarse de que esta semana salga adelante una propuesta. Eso no es seguro, y el tiempo apremia: los jefes de Estado y de Gobierno ¡ªen la cumbre que arranca el jueves¡ª deben aprobar el proyecto de mecanismo de resoluci¨®n de bancos y el fondo asociado para que el Europarlamento pueda abordarlo antes de las pr¨®ximas elecciones.
Se debe acordar una autoridad de resoluci¨®n y un fondo de liquidaci¨®n
Pese a las dudas, uno de los ministros presentes en esas dos reuniones asegura que ¡°el acuerdo es seguro¡±. Y que ¡°tambi¨¦n Berl¨ªn cede¡±. ¡°La instituci¨®n que apruebe el bot¨®n para liquidar un banco no va a ser la Comisi¨®n, porque esa medida tiene consecuencias fiscales; la toma de decisiones ser¨¢ intergubernamental, con mayor¨ªas cualificadas para evitar vetos. La Comisi¨®n podr¨¢ decir qu¨¦ le parece y si hay discrepancias, finalmente ser¨¢ el Consejo quien decida¡±, describe. En cuanto a los fondos, la misma fuente apunta que habr¨¢ ¡°un sistema de fondos de resoluci¨®n nacionales que se nutra con las aportaciones de los bancos; pero a diferencia de lo que quer¨ªa Berl¨ªn, en un plazo de 10 a?os s¨ª habr¨¢ un fondo europeo, utilizable a partir del tercer a?o, al que se pueda acudir una vez se agote el dinero del fondo nacional¡±. El importe de ese fondo ser¨¢ de 55.000 millones en 2025; al menos durante los primeros a?os el Mecanismo de rescate europeo (el Mede) podr¨¢ usarse como financiaci¨®n puente. En suma, se trata de una mutualizaci¨®n muy limitada ¡ªy no con el dinero de los contribuyentes, sino solo con el que aportan los bancos¡ª y seg¨²n los expertos del todo insuficiente si alguna gran entidad corre peligro.
¡°Esto es todo lo que se puede hacer ahora¡±, resumen en un inusual ejercicio de realismo una alta fuente del Eurogrupo. Para los expertos hay nubes y claros: ¡°Al menos al principio ese sistema es m¨¢s propio de una confederaci¨®n que de una uni¨®n bancaria, pero puede funcionar¡±, apunta Daniel Gros, del CEPS. Para Jacob Kirkegaard, del Peterson Institute, ¡°la clave en el corto plazo son los ex¨¢menes del BCE; eso por s¨ª solo tiene potencial para cambiar el paso de la banca. En cuanto al resto del proyecto, va bien encaminado a largo plazo: si se obliga a pagar lo suficiente a accionistas y bonistas no es necesario un bazuca monumental. Y si hay problemas en un gran banco ¡ªdel tama?o de BNP, Deutsche Bank o Santander¡ª hay que ser realistas: eso no puede abordarse con el piloto autom¨¢tico y har¨ªa falta un acuerdo pol¨ªtico para abordar la posible soluci¨®n, como en EE UU en 2008¡±.
M¨¢s adelante habr¨¢ que activar un fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos com¨²n
Tanto Kirkegaard como V¨¦ron y Jordi Gual, economista jefe de La Caixa, coinciden en que es complicado pedir por esa puerta de atr¨¢s la mutualizaci¨®n de riesgos. ¡°El l¨ªo que hay montado es consecuencia de la falta de una uni¨®n fiscal y un Tesoro en Europa. Mientras eso no est¨¦ en marcha y haya en juego dinero de los contribuyentes, es l¨®gico que cada pa¨ªs pague primero por sus bancos. Y en el corto plazo la uni¨®n bancaria puede ser capaz de lidiar con la radioactividad que pueda surgir de las pruebas de estr¨¦s del BCE¡±, resume Kirkegaard. ¡°Tal vez no sea el proyecto de acero querr¨ªamos, pero tampoco es de paja: es una uni¨®n bancaria s¨®lida, de madera¡±, dice Gual.
Hay voces m¨¢s cr¨ªticas. Emilio Ontiveros sostiene que Alemania ¡°gana por tierra, mar y aire¡± con el dise?o actual, y que tres a?os despu¨¦s del inicio de la crisis el proyecto nace extremadamente condicionado por las tesis de Berl¨ªn, ¡°que insiste en esconder sus cajas y en evitar cualquier tipo de mutualizaci¨®n¡±. ¡°Es mejor que nada, pero se trata de un engendro al que Europa est¨¢ destinando todas sus fuerzas en lugar de discutir por los eurobonos¡±, dispara una fuente pr¨®xima al FMI. ¡°?Puede haber uni¨®n bancaria sin dique de contenci¨®n para el cierre de bancos y sin fondo de garant¨ªa? No. ?Y sin un fondo com¨²n de resoluci¨®n? Tampoco. Eso supondr¨ªa alg¨²n tipo de mutualizaci¨®n, pero los pol¨ªticos alemanes no tienen precisamente ese mandato por parte de sus votantes. En esas circunstancias, lo m¨¢ximo que podemos tener es una uni¨®n bancaria light, que funcionar¨¢ en tiempos normales pero no en tiempos de crisis¡±, cierra Tom Mayer, del mism¨ªsimo Deutsche Bank.
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