La UE alcanza un acuerdo sobre el mecanismo de cierre de bancos
Alemania impone sus condiciones y rebaja la ambici¨®n de la uni¨®n bancaria
Segundo paso hacia la uni¨®n bancaria. Con Alemania como clara ganadora, a trancas y barrancas y despu¨¦s de 13 horas de intensas negociaciones. Pero acuerdo al fin y al cabo: los ministros de Econom¨ªa de la UE alcanzaron a medianoche un pacto de m¨ªnimos sobre el mecanismo de resoluci¨®n bancaria (en plata: de cierre de bancos) y sobre los fondos para sufragar las liquidaciones de entidades cuando se produzcan, que pagar¨¢ el propio sector financiero. Finalmente, ser¨¢n los Estados miembros quienes aprieten ese bot¨®n nuclear ¡ªcon la Comisi¨®n en un papel secundario¡ª, tal como quer¨ªa Berl¨ªn; los ministros, adem¨¢s, consiguieron simplificar el proceso de toma de decisiones para asegurarse de que un banco se pueda cerrar en un fin de semana: en un m¨¢ximo de 24 horas. Habr¨¢ tambi¨¦n un fondo de resoluci¨®n com¨²n, si bien compartimentado durante un periodo de 10 a?os, de 55.000 millones de euros y con una mutualizaci¨®n muy limitada. De nuevo, tal como quer¨ªa Alemania. Durante ese periodo se forjar¨¢ el fondo com¨²n definitivo, que a¨²n no est¨¢ esbozado:
Berl¨ªn deja claro, una vez m¨¢s, que el contribuyente alem¨¢n no pagar¨¢ ¡ªen principio¡ª por los desmanes que provocaron esta crisis. Alemania forceje¨® hasta el ¨²ltimo minuto para imponer su punto de vista, aunque finalmente ha cedido en algunos flecos menores. Si un pa¨ªs tiene que cerrar un banco y necesita acudir al fondo de resoluci¨®n, primero tirar¨¢ del fondo nacional (8.500 millones, en el caso de Espa?a). Ese fondo podr¨¢ pedir prestado en los mercados, y podr¨¢ tambi¨¦n pedir prestado al resto de fondos nacionales. Y finalmente, si no hay m¨¢s remedio, podr¨¢ acudir al mecanismo de rescate europeo (Mede), con las condiciones de rigor. Una vez transcurran esos 10 a?os, a¨²n hay que definir c¨®mo ser¨¢ el fondo de resoluci¨®n com¨²n, pero la intenci¨®n de los Veintiocho es que adem¨¢s de su potencia total de fuego (los 55.000 millones) pueda pedir prestado en los mercados con aval p¨²blico. Se trata de una mutualizaci¨®n muy limitada, y de un cortafuegos con un acceso muy restringido al dinero p¨²blico. El objetivo, en teor¨ªa, es que sea el propio sistema financiero quien pague por sus errores.
Alemania y sus sat¨¦lites a un lado; el BCE, la Comisi¨®n, la Euroc¨¢mara, Francia e Italia al otro. La uni¨®n bancaria, la reforma m¨¢s ambiciosa de la UE desde la creaci¨®n del euro, venci¨® finalmente esas diferencias, si bien termin¨® con una versi¨®n descafeinada ¡ªmuy del gusto de Berl¨ªn¡ª respecto al proyecto inicial, mucho m¨¢s ambicioso. El pacto tiene que pasar a¨²n por el examen de los mercados, y a partir de enero por el del Parlamento Europeo, que en las ¨²ltimas horas se ha manifestado con claridad ¡ªal igual que el BCE¡ª en favor de un acuerdo menos germ¨¢nico. Los ministros prefirieron un acuerdo de m¨ªnimos ante la constataci¨®n de que el tiempo se acaba: ese pacto debe ser ratificado por la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que empieza hoy, para que la Euroc¨¢mara d¨¦ su visto bueno antes de las elecciones europeas de mayo. El pacto permite seguir avanzando y deja los asuntos pol¨¦micos para m¨¢s adelante, en el m¨¢s puro estilo de los compromisos europeos.
El mecanismo de resoluci¨®n ¨²nico empezar¨¢ a funcionar en 2016, y viene a completar el mecanismo de supervisi¨®n bancaria, reservado al BCE. Los pa¨ªses participantes (en un principio, los miembros de la zona del euro y aquellos que se unan voluntariamente) se comprometen a firmar un tratado internacional sobre el que se asentar¨¢ el fondo de resoluci¨®n, similar al que fue necesario para crear el fondo de rescate permanente de la zona del euro (Mede). El fondo de liquidaci¨®n se nutrir¨¢ de aportaciones anuales de 5.500 millones de euros procedentes de la banca durante 10 a?os, y estar¨¢ dividido en compartimentos estancos nacionales, hasta que en 2026 se haya alcanzado el total de 55.000 millones de euros.
Pese al acuerdo final, varios ministros acusaron a Alemania de torpedear con ese pacto la cumbre de junio de 2012, en la que se acord¨® poner en marcha la uni¨®n bancaria para eliminar el bucle diab¨®lico entre los problemas financieros y los de deuda soberana y para acabar con la fragmentaci¨®n bancaria. Los mercados hablar¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas, y la Euroc¨¢mara tomar¨¢ la palabra en enero. Pero ni el BCE ni la Comisi¨®n se mostraban en las horas previas al Ecofin muy conforme con el acuerdo que se iba forjando. Los expertos tambi¨¦n son cr¨ªticos al respecto: ¡°No hay una verdadera uni¨®n bancaria con los elementos que est¨¢n sobre la mesa¡±, resumi¨® Paul de Grauwe, de la London School of Economics. ¡°La toma de decisiones es un desastre, y la falta de un fondo com¨²n revela una vez m¨¢s la desconfianza de Alemania respecto a los pa¨ªses del Sur. Nada termina de funcionar. Si esta uni¨®n bancaria hubiera existido antes de la erupci¨®n de la crisis, nadie hubiera notado la diferencia: los problemas ser¨ªan los mismos¡±, cerr¨®.
Luis de Guindos, ministro de Econom¨ªa
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