El Google chino busca p¨²blico
Baidu prepara su expansi¨®n hacia Tailandia, Indonesia, Brasil y los pa¨ªses ¨¢rabes
Son poco m¨¢s de las nueve de la ma?ana de un mi¨¦rcoles cualquiera en Pek¨ªn. La inmensa mayor¨ªa de los empleados no han llegado a¨²n. Es lo habitual. Aqu¨ª nadie ficha. Todos se dirigen a casi todos por los nombres de pila. Y nada de esos cargos de seis palabras rimbombantes a los que tan aficionados son tambi¨¦n en este pa¨ªs. Solo una minor¨ªa, un centenar de los 26.500 empleados, tienen despacho. Un inmenso panel electr¨®nico que muestra sobre un mapa de China lo que en ese instante millones de personas est¨¢n buscando en Internet desde sus ordenadores, m¨®viles o tabletas da la bienvenida a la sede de Baidu, conocido en Occidente como el Google chino.
El panel es lo ¨²nico que los visitantes no pueden fotografiar en las instalaciones del buscador dominante en el mayor mercado de Internet del mundo (591 millones de internautas, incluidos los 400 millones que tienen un m¨®vil con acceso a la Red). Esta informalidad, se?a de identidad tanto de Baidu como de cualquier otra empresa tecnol¨®gica del mundo, es in¨¦dita en China, donde tan esenciales son las formas y el protocolo.
El dominio de Baidu en el inmenso mercado chino es abrumador: el 80% de las b¨²squedas de contenido en lengua china y el 30% del gasto derivado de compras en la Red pasan por el buscador, creado por el chino Robin Li en 2000 con capital de un inversor estadounidense.
Un lustro despu¨¦s, la empresa debutaba en el Nasdaq con un punto de partida de 27 d¨®lares por acci¨®n. Cerr¨® la jornada de estreno a 122. Hoy, cada t¨ªtulo cotiza a 171 d¨®lares.
El 80% de las b¨²squedas y el 30% de las compras onlinepasan por Baidu
Baidu ha basado su estrategia en analizar milim¨¦tricamente los deseos de sus usuarios y darles lo que quieren o lo que se intuye que querr¨¢n, explica el director de informaci¨®n internacional de la empresa. Kaiser Kuo se llama este neoyorquino, de padres chinos e ingl¨¦s impecable, que viste chaqueta de cuello Mao y luce una melena hasta la cintura. ?Que el internauta busca m¨²sica de tal cantante? Kuo teclea en letras latinas el nombre de un artista que el buscador convierte en caracteres chinos. Un mero clic y aparece la respuesta en m¨²ltiples formas y soportes: las canciones ¡ªy la posibilidad de escucharlas o de baj¨¢rselas (legalmente)¡ª, los v¨ªdeos, las fotos, una biograf¨ªa en la Wikipedia de Baidu (¡°con m¨¢s t¨¦rminos que la estadounidense¡±, recalca) y lo publicado sobre ¨¦l o ella en diversos medios (incluida la Wikipedia original). Todo con un solo clic.
Los internautas se descargan la m¨²sica legalmente en este pa¨ªs, que es a¨²n para¨ªso de falsificaciones desde que en 2011 Baidu lleg¨® a un acuerdo con las discogr¨¢ficas Sony, Universal y Warner para pagarles cada vez que un cliente escucha o se descarga una canci¨®n. La empresa estaba en la lista negra por pirata.
El poder¨ªo de Baidu es fruto de sus propios m¨¦ritos, pero tambi¨¦n se vio beneficiado por la salida de China del gigante Google en 2010, al negarse a censurar los resultados de las b¨²squedas. Kuo subraya que nadie dir¨¢ en Baidu nunca nada malo de Google. ¡°Era un gran competidor. Nos obligaba a estar a la ¨²ltima¡±, asegura durante un encuentro con periodistas y acad¨¦micos europeos organizado por el Departamento Internacional del Partido Comunista Chino y la Fundaci¨®n Madariaga.
Su fundador, Robin Li, es hoy el tercer chino m¨¢s rico, seg¨²n Forbes
A Kuo, autor anta?o de un blog titulado Ich bin ein Beijiner (en un gui?o al discurso de Kennedy en el Berl¨ªn de la guerra fr¨ªa), no le sorprende que le pregunten c¨®mo responde el buscador de Baidu a las preguntas que el r¨¦gimen de Pek¨ªn considera intolerables. ¡°Los periodistas occidentales est¨¢is obsesionados¡±, deja caer medio en serio, medio en broma. Se le pide que teclee Dalai Lama. Aparece una ristra de art¨ªculos. Todos de medios oficiales, explica Kuo. (Si usted est¨¢ en China y hace esa misma b¨²squeda en Google ser¨¢ derivado a los servidores de Hong Kong, pero la p¨¢gina no responder¨¢, dar¨¢ la impresi¨®n de que se ha ca¨ªdo).
Segundo ejemplo: 1989, Tiananmen. Sobre la ristra de resultados, una frase de advertencia: ¡°Seg¨²n leyes, pol¨ªticas y normas relevantes, algunos resultados no se muestran¡±. As¨ª informan al usuario de que est¨¢ sometido a censura. Asegura que el usuario es una combinaci¨®n del consumidor de entretenimiento, el internauta nacionalista y el ciudadano que quiere un Internet libre.
El ingl¨¦s no es prioridad. Son perfectamente conscientes del poder¨ªo de Google, dominante en todo el planeta salvo en China, Rusia y Corea del Sur. Baidu prepara su expansi¨®n internacional, pero tiene las miras puestas en otra direcci¨®n. Sondea las posibilidades de expandirse en ¨¢rabe (casi 300 millones de hablantes), tailand¨¦s (60 millones), bahasa indonesio (163 millones) o portugu¨¦s brasile?o (200 millones).
La empresa fundada por Robin Li ¡ªun ingeniero inform¨¢tico y emprendedor que complet¨® su formaci¨®n en Estados Unidos y hoy es el tercer chino m¨¢s rico, seg¨²n la revista Forbes¡ª es conocida por el buscador, pero ofrece un abanico de servicios. Las b¨²squedas de aplicaciones son uno de los terrenos donde m¨¢s esfuerzo est¨¢n poniendo.
Asegura Kuo que sus compatriotas ¡°est¨¢n muy contentos de dar informaci¨®n sobre lo que consumen¡±. Baidu se esfuerza por traducir esas b¨²squedas en ¡°aplicaciones a la medida¡± del cliente. Prueba de ese inter¨¦s es que la compa?¨ªa china pag¨® 1.450 millones de euros por una empresa de aplicaciones este verano.
Baidu, cuya sede est¨¢ a las afueras de Pek¨ªn, en el distrito de Haidian, el Silicon Valley chino, manda en un mercado que comparte con otras 12 empresas, incluidas dos compa?¨ªas de propiedad estatal. Kuo recalca que Baidu es una empresa privada, sin v¨ªnculos con el Estado. Cumple las normas que este le impone, pero las normas internas para sus empleados (buena parte de ellos, formados en el extranjero, tres o cuatro for¨¢neos) son escasas. Li solo puso dos cuando cre¨® Baidu a partir de un buscador experimental que ordenaba las b¨²squedas por relevancia y que patent¨®, as¨ª lo recalca la firma, antes que los creadores de Google: nadie lleva mascotas al trabajo y prohibid¨ªsimo fumar.
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