La piedra de Arpoador de R¨ªo de Janeiro y su magia cuando el sol se va
![Un grupo de personas observa la puesta del sol en la piedra de Arpoador en R¨ªo de Janeiro (Brasil). La piedra de Arpoador, que divide las playas de Copacabana e Ipanema en R¨ªo de Janeiro, es el lugar m¨¢s concurrido de esta ciudad brasile?a para divisar la puesta de sol.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RLUTXZO2FS3BELZKHOBY35ZMSY.jpg?auth=f691632feeab0c41838c108efacdf61bfb86145031e9d8fc9415d7f2925aa424&width=414)
La piedra de Arpoador, que divide las playas de Copacabana e Ipanema en R¨ªo de Janeiro, es el lugar m¨¢s concurrido de esta ciudad brasile?a para divisar la puesta de sol y, ahora en especial en verano, re¨²ne cada atardecer a miles de personas y sus c¨¢maras de fotos.
La belleza del paisaje y la tregua del fuerte calor animan a turistas y cariocas a acudir en masa a ver c¨®mo el d¨ªa se acaba y empieza la noche en R¨ªo de Janeiro.
Muchos eligen ese momento para darse un ba?o y conseguir, por fin, refrescarse de verdad.
Y es que el fuerte calor del verano carioca hace que hasta ir a la playa sea un suplicio. El sol parece fuego cuando el term¨®metro se sit¨²a por encima de los 40 grados cent¨ªgrados, algo habitual en enero y febrero.
Alrededor de las siete de la tarde una masa de personas se empieza a dirigir a la piedra de Arpoador, famosa por ser el punto de encuentro de los surfistas de R¨ªo, que aprovechan cada d¨ªa - y cada noche, porque hay iluminaci¨®n artificial - las olas que all¨ª se forman.
Todo el mundo se empieza a sentar sobre la piedra, en peque?os grupos o en parejas de enamorados. Algunos llevan sus propias sillas, como si quisieran establecer su tribuna particular. Enfrente tienen la playa de Ipanema, el imponente cerro de Dois Irm?os, con la favela de Vidigal en su falda, y el sol, que empieza su descenso final.
Para hacer m¨¢s amena y animada la espera, varios vendedores ambulantes equipados con neveras port¨¢tiles ofrecen cerveza, refrescos y caipirinhas, la bebida alcoh¨®lica por excelencia en Brasil.
Eso no es exclusivo de Arpoador, sino que ocurre en todos los rincones de R¨ªo de Janeiro: en cualquier calle siempre habr¨¢ alguien ofreciendo algo fr¨ªo para beber.
![Un grupo de personas observa la puesta del sol en la piedra de Arpoador en R¨ªo de Janeiro (Brasil). La piedra de Arpoador, que divide las playas de Copacabana e Ipanema en R¨ªo de Janeiro, es el lugar m¨¢s concurrido de esta ciudad brasile?a para divisar la puesta de sol.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GDXXDM7LCHY5VAUZOWEPAZ3IVE.jpg?auth=ded91f7e8d00476e1566592c17283136dbe4340dbcc607aea30d34f966e567ab&width=414)
Cuando el mar se empieza a comer el sol, el espect¨¢culo es incre¨ªble. Pasan unos segundos hasta que el astro desaparece por completo y es entonces cuando llega el momento cumbre: todo el mundo se une en un gran aplauso, para homenajear la belleza que la naturaleza les acaba de regalar.
![Un hombre hace malabares en la piedra de Arpoador en R¨ªo de Janeiro (Brasil). La piedra de Arpoador, que divide las playas de Copacabana e Ipanema en R¨ªo de Janeiro, es el lugar m¨¢s concurrido de esta ciudad brasile?a para divisar la puesta de sol.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XBY6OYUBYKMZQ64QWPUD66UR3E.jpg?auth=cf3eb4e550e8f2eda0266fb5b0f1e96838938df28675631641736038f7123d20&width=414)
Es un aplauso largo, un aplauso de satisfacci¨®n, de satisfacci¨®n por estar en R¨ªo, por estar aqu¨ª y ahora, uno de los destinos tur¨ªsticos favoritos en 2014, por ser la sede de la final del Mundial de f¨²tbol.
Justo despu¨¦s de la puesta de sol, cuando cae la noche, muchos deciden quedarse en la playa para disfrutar de una temperatura un poco m¨¢s agradable, lo que quiere decir 30 grados a las nueve de la noche.
El mar sigue caliente y hay menos gente en la arena. Grupos de amigos, familias y parejas bes¨¢ndose disfrutan de la calma. Por fin pueden estar en una de las dos playas m¨¢s famosas del mundo, Copacabana o Ipanema, sin los agobios habituales de cualquier d¨ªa de verano.
Carlos Maldonado, un turista paraguayo que est¨¢ pasando las vacaciones en R¨ªo de Janeiro junto a su familia, aprovecha las horas frescas del atardecer justo despu¨¦s de disfrutar de la puesta de Sol.
"Hemos tra¨ªdo m¨²sica, neveras con bebida, sillas y hasta luces, porque hay que aprovechar que la playa est¨¢ m¨¢s tranquila para disfrutar de un buen rato de relajaci¨®n", dice Carlos sin levantarse de su trono particular, a un metro del agua.
Los brasile?os tambi¨¦n frecuentan la playa en horas nocturnas. Caroline y Marcio, una joven pareja sentada en la arena despu¨¦s de una sesi¨®n de correr, aseguran que siempre llegan cuando el sol se est¨¢ marchando, porque "se est¨¢ m¨¢s tranquilo y m¨¢s fresquito".
La noche es su refugio, su refresco de enero y febrero, el momento que se regalan para ellos mismos y para compartirlo con los dem¨¢s. El atardecer y la noche siempre fueron momentos m¨¢gicos. Imaginarlos en R¨ªo de Janeiro es a¨²n m¨¢s bonito.
Aitor ?lvarez Garc¨ªa
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