Los rescoldos del 'caso Madoff' todav¨ªa queman cinco a?os despu¨¦s
Encarcelado el cerebro del timo, la lucha se centra ahora en resarcir a los clientes
El abogado Irving Picard ten¨ªa una cifra en mente, que le habr¨ªa ayudado a recuperar de un golpe todo el dinero que necesitaba para compensar a los estafados por Bernard Madoff: 19.000 millones de d¨®lares (unos 13.970 millones de euros). Es la cantidad que reclamaba a JPMorgan Chase. La entidad que dirige Jamie Dimon fue durante dos d¨¦cadas el banco del financiero. Pero el responsable de recuperar el dinero del fraude tuvo que conformarse el martes con un pago de 540 millones.
Madoff era un mentiroso compulsivo. La primera cifra que dio de la trama piramidal fueron 50.000 millones, una verdadera exageraci¨®n. Despu¨¦s, al acceder a los libros contables, se rebaj¨® a 36.000 millones. De ese total solo se pudieron probar como p¨¦rdidas reales 17.500 millones. El resto fueron ganancias ficticias. Cinco a?os despu¨¦s de que el propio Madoff confesara a sus dos hijos el gran enga?o, Picard recuper¨® 9.800 millones.
Picard podr¨ªa haber asestado un rev¨¦s mucho mayor a JPMorgan si no fuera porque un tribunal en Manhattan decidi¨® que no pod¨ªa demandar al grupo financiero por fraude. Se le cerr¨® as¨ª la puerta para conseguir una compensaci¨®n multimillonaria de UBS, HSBC y UniCredit Bank Austria. Picard acudi¨® sin ¨¦xito al Tribunal Supremo con el argumento de que la trama no podr¨ªa haber durado tanto sin una red de instituciones financieras participando.
El poder de Picard es limitado, pero no el del fiscal Prett Bharara. El nuevo polic¨ªa de Wall Street pact¨® tambi¨¦n esta semana con JPMorgan un pago de 1.700 millones. A esta cantidad se suman otros 2.300 millones del magnate Jeffry Picower, bajo la acusaci¨®n de que deb¨ªa haber sabido que su amigo Bernard Madoff orquestaba el mayor fraude piramidal de la historia. Invirti¨® 620 millones y logr¨® retirar 7.800 millones antes de aflorar la estafa.
Los afectados ya han recuperado ocho de cada diez d¨®lares invertidos
Bharara, como Picard, considera que los grandes bancos que trabajaron con Madoff no cumplieron con su obligaci¨®n de avisar a los reguladores de las sospechas sobre la legitimidad del negocio. El problema es que los funcionarios del supervisor tambi¨¦n pasaron por alto las alertas. Un caso generalizado de ineptitud, pero JPMorgan s¨ª supo unir los puntos y adopt¨® las medidas a tiempo para protegerse ante el eventual derrumbe de la trama.
La legislaci¨®n deja clara una cosa: el banco debe conocer a su cliente. Hay correos internos que revelan c¨®mo los empleados cuestionan la estructura puesta en pie por Madoff, por el tipo de transacciones que realizaba, por la liquidez de sus cuentas y porque era imposible que pudiera tener un rendimiento tan constante durante tanto tiempo. Pero eran los a?os en los que en Wall Street se exageraba el valor de la relaci¨®n con los clientes, porque eso iba a elevar el premio que se recoger¨ªa en la paga a fin de a?o.
Juntando los dos procesos, hasta el d¨ªa de hoy se recuperaron 8 de cada 10 d¨®lares perdidos por los inversores. Madoff se llev¨® todos sus secretos a la c¨¢rcel, donde cumple 150 a?os de condena. Su hermano Peter estar¨¢ 10 a?os entre rejas. Los hijos del financiero nunca fueron imputados, pero uno de ellos se suicid¨® en el segundo aniversario del fraude. Lo que sigue siendo un misterio es el papel de Picower en la trama, un tipo extra?o y sin amigos.
La viuda y heredera de su fortuna acept¨® al final compensar con 7.200 millones a los estafados. Pero quiso dejar claro que su marido no fue c¨®mplice de Madoff. Lo que est¨¢ claro al ver los retornos que tuvo es que nunca le dej¨® en la estacada. En su caso, como sin embargo no est¨¢ sucediendo con los miles de inversores que le confiaron los ahorros, las ganancias fueron contantes y sonantes. Madoff le necesitaba para mantener viva la trama.
El caso es de gran complejidad. Picard argumenta que est¨¢ autorizado a utilizar todos los medios legales para recuperar el dinero que se transfiri¨® a los fondos gestionados por Madoff y del que se beneficiaron terceros como Picower. Entre tanto, la minuta del su bufete, Baker & Hostetler, asciende a 800 millones. Es una cantidad que queda a medio cambio de la comisi¨®n de los abogados que buscaron entre los escombros de Lehman Brothers.
En paralelo, cinco antiguos empleados de Bernard Madoff se enfrentan a un juicio en Manhattan acusados de haber participado activamente en el fraude. Pero como viene siendo una t¨®nica habitual, JP Morgan y sus banqueros evitan con este pacto cualquier tipo de persecuci¨®n por la v¨ªa criminal. Y eso pese a que, como indic¨® Preet Bharara, ¡°fracas¨® miserablemente¡± y ¡°no fue diligente¡± al responder a su obligaci¨®n legal de denunciar el fraude.
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