¡°La gente rechaza el capitalismo porque cree que funciona a base de chanchullos¡±
El economista ve crucial reformas profundas en el Estado, en la educaci¨®n y en los partidos que hagan m¨¢s justos los mercados
Dice Luis Garicano (Valladolid, 1967) que algunas de las lacras espa?olas, como la corrupci¨®n, el poder de los contactos y las amistades frente a la meritocracia y la baja productividad tienen muy poco de culturales y mucho que ver con el entorno legal y social que crean las instituciones. En El dilema de Espa?a (Pen¨ªnsula), que el lunes presenta en la Fundaci¨®n Rafael del Pino, el catedr¨¢tico de la London School of Economics ve crucial reformas profundas en el Estado, en la educaci¨®n y en los partidos que hagan m¨¢s transparentes y justos los mercados y m¨¢s exigentes a los ciudadanos respecto a los poderes. Algo m¨¢s que cosm¨¦tica: ¡°No sirve de nada tener una comisi¨®n de la competencia o un tribunal constitucional si luego se nombra a los m¨¢s serviles¡±, escribe.
Pregunta. Alerta contra el capitalismo castizo, de amigos, del palco del Bernab¨¦u. ?Qu¨¦ denuncia?
Respuesta. El capitalismo que funciona es el que sirve a las necesidades de los dem¨¢s. Si inventas un tel¨¦fono que mucha gente quiere, te ir¨¢ bien, y si inventas uno que nadie quiere, te ir¨¢ mal. Steve Jobs y Bill Gates no pasaban el tiempo llamando al pol¨ªtico de turno para conseguir permisos, estaban en su oficina de Seattle pensando programas, productos... En Espa?a el peligro de deriva es hacia una situaci¨®n en la que los que salen adelante no son los que mejores ideas tienen, sino los mejor conectados. Preocupa que un chico de 20 a?os vea que el camino no es formarse y tener ideas, sino conocer al concejal del pueblo y lograr buenos permisos para forrarse. Si el sistema le dice que lo importante son los contactos, toda la energ¨ªa se ir¨¢ ah¨ª y no a generar ideas. Espa?a tiene el menor grado de aceptaci¨®n del capitalismo entre los pa¨ªses de nuestro entorno porque la gente tiene la percepci¨®n de que las cosas funcionan a base de chanchullos.
P. ?Y no hay un palco del Yankee Stadium o del Emirates?
¡°Hacen falta reguladores fuertes, a prueba de influencias¡±
R. Los enchufes y cosas por el estilo ocurrir¨¢n en todas partes, pero hay m¨¢s peligro cuando eso llega a dominar segmentos amplios de la econom¨ªa y las reglas de juego no lo corrigen. Por ejemplo, en el problema que tenemos en el sector el¨¦ctrico parece que todo funciona a golpe de telefonazo y decretazo. Cuando el sistema no funciona, dejas resquicios para el politiqueo en la oscuridad. Las cosas funcionan si se hacen de forma transparente, con reguladores independientes, a prueba de influencias.
P. Ha sido muy cr¨ªtico con los miembros escogidos para la Comisi¨®n Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC).
R. En un partido de f¨²tbol necesitas que el ¨¢rbitro sea independiente y la gente crea en ¨¦l, si no, la gente no querr¨¢ ver f¨²tbol. Y en una econom¨ªa de mercado necesitas legitimidad para que, cuando haya una subida de la luz, haya un organismo en el que la gente crea y entienda. Como los que toman las decisiones no creen esto, se buscan organismos que obedezcan al poder pol¨ªtico. Tendr¨ªan que ser expertos de reconocido prestigio en el campo preciso. Y en el caso de la CNMC y otros, como en la autoridad fiscal independiente, sucede con demasiada frecuencia que, en lugar de buscar la legitimidad con figuras claras, buscan a personas a las que puedan llamar a las dos de la ma?ana para que a las cuatro tengan listo un informe que diga lo que t¨² quieras.
¡°Vamos a un escenario en el que Venezuela no es imposible¡±
P. ?La aristocracia de los contactos convierte el capitalismo en algo poco democr¨¢tico?
R. Y en algo que la gente no est¨¢ dispuesta a aceptar. En el caso de Burgos, por ejemplo: si uno piensa que ha habido una decisi¨®n transparente y, al final, ha perdido, acepta. Pero si nota que le han robado el partido, los vecinos se rebelan. En el sector financiero la gobernanza ha mejorado claramente, pero me preocupa mucho la deriva. No estamos en Venezuela, pero vamos a un escenario en el que Venezuela no es imposible. Eso debe asustar.
P. Critica la preparaci¨®n de los l¨ªderes pol¨ªticos espa?oles.
R. Estamos en una econom¨ªa globalizada y muchas decisiones requieren relaciones personales con otros l¨ªderes en el d¨ªa a d¨ªa, conviene hablar ingl¨¦s y formarse fuera¡ Las consecuencias de un sistema tan endog¨¢mico y cerrado al mundo son importantes en una econom¨ªa globalizada.
P. Aunque si seleccion¨¢ramos a los l¨ªderes entre los graduados en Harvard u Oxford el estrato social que podr¨ªa acceder al poder ser¨ªa m¨¢s bien reducido.
R. Cierto, tampoco hay que convertir la pol¨ªtica en la tierra de las ¨¦lites. Aunque si los sistemas universitarios funcionan, formarse en el extranjero deber¨ªa ser posible para cualquiera¡ Hace falta un equilibrio y ahora estamos en un extremo. El Gobierno de Kennedy era el otro polo, todo el mundo tecn¨®crata, y es necesario algo intermedio.
P. En su libro reconoce los errores que cometieron los tecn¨®cratas de Kennedy¡
¡°A los sindicatos y a las empresas les va bien la temporalidad¡±
R. Los tecn¨®cratas tienen un exceso de confianza en las soluciones t¨¦cnicas: si Vietnam no se gana con cinco bombas se ganar¨¢n con 5.000, o con cinco millones¡ Las soluciones t¨¦cnicas no siempre son soluciones, hay que entender lo que la gente quiere y ser capaz de explicar las cosas. Pero piense en Miguel Boyer, Carlos Solchaga, Solana, Maravall, Almunia¡ Era un Gobierno con formaci¨®n amplia y de izquierdas.
P. Dice en su libro algo duro: ¡°?Es alguien dispuesto a cambiar Espa?a, quien, con 22 a?os, decide pasar una parte considerable de su juventud encerrada en su cuarto preparando unos temas para cantarlos mejor que nadie delante de un tribunal?¡±.
R. Necesitas gente con creatividad, din¨¢mica, que piense en cambiar el mundo y te encuentras con gente que quiere un trabajo de absoluta seguridad sin ver mundo. Es, sin duda, gente inteligente, con esp¨ªritu de sacrificio¡ El otro d¨ªa estuve en un debate con Jaime P¨¦rez de Renovales, abogado del Estado, y me pareci¨® brillante, a Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa claramente le sobra capacidad intelectual... No significa que no deba haber altos funcionarios en el Gobierno, pero sorprende que en el Congreso, entre docentes y opositores tienes quiz¨¢ al 95% de los parlamentarios. Si, por ejemplo, todos procedieran de consultoras, tambi¨¦n ser¨ªa raro.
P. Nadie ha solucionado el problema del mercado laboral en Espa?a, pero ustedes desde la Fundaci¨®n Fedea lograron una haza?a: una propuesta que no quieren ni Gobierno, ni sindicatos ni patronal: el contrato ¨²nico (elimina todos los temporales salvo el interino y establece indemnizaciones por despido progresivas por antig¨¹edad). ?Qu¨¦ pasa?
¡°Es necesario un equilibrio entre tecn¨®cratas y pol¨ªticos de carrera¡±
R. Lo primero que dijo la ministra es que no es constitucional. Pero hay motivos de econom¨ªa pol¨ªtica: el mercado de trabajo dual tiene para los fijos la ventaja de que, cuando en Espa?a se cae la actividad y la reacci¨®n es el despido (en lugar de reducir salario y horas), los temporales suponen un parachoques a los que se despide primero. Al n¨²cleo duro del sindicato la temporalidad no le va mal y a los empresarios les da miedo que les dejes solo con los fijos, as¨ª que hay una alianza entre ambos para que los j¨®venes sean el parachoques.
P. ?Cree que tambi¨¦n hace falta otra cultura empresarial?
R. Los empresarios van al beneficio en todas partes y, si ven que la forma de salir adelante es hacerse con un contacto y con una subvenci¨®n, lo har¨¢n, y si ven un sistema m¨¢s transparencia, con reglas m¨¢s claras y que prime hacer lo correcto, lo har¨¢n. No es una cuesti¨®n de cultural, sino de instituciones. Si cambiaran las reglas, los empresarios ir¨ªan por otro camino. De hecho, las empresas m¨¢s internacionalizadas ya van por otro camino.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.