Sch?uble, no nos amenaces
El gran Wolfgang Sch?uble mete el remo. Amenaza al Parlamento Europeo que si toca una coma del ralo acuerdo sobre el fondo de resoluci¨®n/liquidaci¨®n bancaria (el FROB europeo) aprobado en la cumbre de diciembre, ¡°no habr¨¢ mecanismo¡±.
Buena noticia, porque indica, a contrario, que la C¨¢mara va en serio pugnando por mejorar aquel pacto de m¨ªnimos. Porque era demasiado intergubernamental: la Comisi¨®n intervendr¨ªa muy poco en el cierre de bancos, mandar¨ªan los Estados m¨¢s fuertes, mediante otro tratadillo ex-profeso (para asegurarse de que el mando lo tiene Berl¨ªn, con Par¨ªs, y no Bruselas). Porque la funcionalidad y rapidez en la toma de decisiones es discutible, aunque se prometi¨® que resolver¨ªa crisis en 24 horas. Y tambi¨¦n ¡ªno es lo peor¡ª, porque tardar¨¢ diez a?os en alcanzar su velocidad, y su sensible, pero limitada cuant¨ªa, 56.000 millones de euros aportados por los bancos.
La C¨¢mara tiene m¨¢s que buenas razones para echar el pulso a los Gobiernos. El argumento es muy sencillo: ¡°un sistema en el que la supervisi¨®n est¨¢ centralizada [en el BCE] y la resoluci¨®n no lo est¨¢ puede perjudicar la eficacia y credibilidad del supervisor¡±, aleg¨® ya en marzo (PE 492.473).
La C¨¢mara tiene raz¨®n en mejorar la uni¨®n bancaria. Y los socios no se chupan el dedo en cuota solidaria
Traducido: evitemos que el BCE, como nuevo supervisor, desnude un d¨ªa las verg¨¹enzas de un banco, vea que deber¨ªa activar su rescate o su cierre, y no se atreva a proponerlo porque dude de que el fondo de resoluci¨®n/liquidaci¨®n sea igual de r¨¢pido y tenga bastante dinero. Ser¨ªa el derrumbe del prestigio... del BCE. Mario Draghi piensa lo mismo, pero prefiere que sea la C¨¢mara quien asuma el desgaste de pelear con Berl¨ªn.
Pero si esto es as¨ª, a Alemania no le interesa m¨¢s all¨¢ de lo t¨¢ctico poner zancadillas a la mejora del mecanismo, que es condici¨®n actual para avanzar en el proyecto de uni¨®n bancaria, y asegurar la moneda ¨²nica, de la que es primera beneficiaria. Esta uni¨®n no solo debe suturar la fragmentaci¨®n de la zona euro a favor del Sur (pues una empresa espa?ola paga cr¨¦ditos m¨¢s caros que una alemana) sino tambi¨¦n del Norte (interesado en el buen funcionamiento del mercado interno financiero). Y, muy mucho, de Alemania, en cuyos miles de bancos hay de todo, tambi¨¦n cr¨¦ditos dudosos y basura: la uni¨®n bancaria los limpiar¨¢, fijar¨¢ y les dar¨¢ esplendor.
Sch?uble debiera ponderar tambi¨¦n lo que le han bendecido sus socios hasta ahora, y amenazar menos. Han reformado el Tratado (art. 136) para crear el fondo de rescate permanente, como ¨¦l quer¨ªa. Han firmado un Tratado de Estabilidad fuera de la UE. Han endurecido el Pacto de Estabilidad (que Schr?der viol¨® en 2003) con distintas normas de austeridad, incluidas las sanciones semiautom¨¢ticas a los incumplidores. Han aguantado los desaf¨ªos del Bundesbank al BCE: cuando en mayo de 2010 compr¨® bonos en el mercado secundario; cuando dio la barra de liquidez (LTRO) de un bill¨®n en diciembre de 2011/febrero de 2012; cuando Draghi prometi¨® en julio de 2012 compras directas de deuda (OMT): o sea, siempre que hizo cuanto conven¨ªa para salvar al euro, remando, tambi¨¦n, para Alemania. Y han tolerado un paquete presupuestario 2014-2020 bastante indigno (?inferior al previo!), hecho a su medida.
Es verdad que en contrapartida Alemania ha aportado mucha solidaridad: un 27% de la ayudas de los fondos de rescate, y un 18,9% de los apoyos del BCE. Pero menos que Italia y Espa?a juntas (un 29,8% y un 20,7%). Los dem¨¢s tampoco nos chupamos el dedo.
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