Depresi¨®n y mercado laboral
La historia y la teor¨ªa econ¨®mica nos ense?an que las depresiones tienen efectos devastadores sobre la actividad econ¨®mica y que la variable de ajuste es el desempleo. Espa?a no es una excepci¨®n. Desde 2007 han desaparecido el 15% de empresas y el 20% del empleo. Pero donde Espa?a si es una excepci¨®n, al igual que el resto de Europa, es en la segunda recesi¨®n de 2012 que ha prolongado la destrucci¨®n de empleo durante cinco a?os.
Cuando el presidente Rajoy lleg¨® a La Moncloa ya ten¨ªamos un grave problema de empleo. Pero desde entonces se han destruido m¨¢s de un mill¨®n de empleos. Sus pol¨ªticas, las mismas que defend¨ªa Merkel, de ajuste fiscal combinado con una reforma laboral que acababa con la negociaci¨®n colectiva y romp¨ªa el contrato social que hab¨ªa permitido a la sociedad espa?ola salir del subdesarrollo de los a?os cincuenta han tenido efectos desastrosos. En primer lugar, la reforma laboral no ha permitido taponar la hemorragia de la destrucci¨®n de empleo, sino que la ha amplificado. El PIB cay¨® en 2013 1,2% y la destrucci¨®n de empleo estuvo pr¨®xima al 3%. Tenemos la elasticidad de la Ley de Okun m¨¢s elevada del planeta.
Como me ense?¨® mi maestro Luis Toharia ¡°los efectos de una reforma laboral siempre son inesperados¡±. La reforma de 2012 ha cumplido fielmente la regla. En 2008 la hemorragia del empleo se concentr¨® en el sector de la construcci¨®n que gracias a los contratos de obra y servicio destruy¨® empleo como una trituradora de carne picada. Es falso que nuestro mercado de trabajo no fuera flexible. El problema es que la excesiva flexibilidad en la contrataci¨®n y a la vez la excesiva rigidez en el despido provocaban elevada inestabilidad en las recesiones y favorec¨ªa un modelo de crecimiento orientado a empleos de baja productividad que favoreci¨® la burbuja inmobiliaria.
Era evidente que nuestro mercado de trabajo necesitaba reformas. Pero liquidar la negociaci¨®n colectiva ha aumentado la flexibilidad a costa de generar m¨¢s inestabilidad y fortalecer el modelo de crecimiento castizo espa?ol basado en empleos precarios, temporales y de baja cualificaci¨®n. Esto complica la soluci¨®n de la crisis de deuda y tendr¨¢ efectos muy negativos sobre nuestro potencial de crecimiento y nuestra renta por habitante de la pr¨®xima d¨¦cada.
En el cuarto trimestre, las empresas espa?olas han destruido 218.100 empleos a tiempo completo y en buena medida han sido sustituidos a tiempo parcial. De ellos 54.100 ten¨ªan contrato indefinido. La destrucci¨®n de empleo se concentr¨® en los menores de 35 a?os. Por tanto, espa?oles entre 35 y 65 a?os est¨¢n aceptando cualquier tipo de contrato y salario con tal de volver al mercado laboral.
La causa principal es la desesperaci¨®n: 1.832.100 hogares, unos 6 millones de espa?oles, tienen a todos sus miembros en paro y est¨¢n en pobreza severa y ha vuelto aumentar en el cuarto trimestre. Y medio de mill¨®n de personas que perdieron su empleo en 2012 van a perder su prestaci¨®n en 2013. Eliminando el empleo agr¨ªcola se destruyeron 150.000 empleos el pasado trimestre. Un total de 10 comunidades aut¨®nomas finalizaron 2013 con una destrucci¨®n de empleo superior al 1,5% y siguen en depresi¨®n. Hay una dispersi¨®n regional brutal. Hemos tenido un excepcional a?o tur¨ªstico y las islas y las regiones del Mediterr¨¢neo han tenido un mejor comportamiento en el empleo. Pero el resto de regiones siguen en depresi¨®n. Arag¨®n acab¨® 2013 con una ca¨ªda del empleo del 6% con respecto a finales de 2012. Galicia, -3,8%; Castilla y Le¨®n, -3,4%; Madrid, -3,3%; etc¨¦tera.
Lo peor no es que estemos mal, lo m¨¢s preocupante es comprobar el optimismo exuberante del presidente Rajoy. El comisario Rehn, brazo ejecutor de Merkel en Bruselas, nos ha dicho en EL PA?S que tenemos que profundizar en los ajustes y las reformas y que nos quedan 10 a?os para cerrar las cicatrices de la depresi¨®n. Las exportaciones espa?olas cayeron en noviembre un 2% anual y en una recuperaci¨®n sin empleo y sin cr¨¦dito apoyar todo el crecimiento en consumo privado no es sostenible.
A¨²n hay margen para actuar, pero el tiempo se va agotando. EE UU y Obama confirman que hay vida despu¨¦s de la crisis. Aprendamos y actuemos con urgencia y determinaci¨®n.
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