Argentina se sume en la incertidumbre cambiaria
La flexibilizaci¨®n de la compra de d¨®lares oficiales no transmite a¨²n confianza Cristina Fern¨¢ndez acusa a los bancos de ¡°hacer todas las maniobras especulativas¡±
El Gobierno argentino, con todas sus idas y venidas, anuncios y desmentidos, tropiezos, silencios y reca¨ªdas, intenta manejar las riendas de la inflaci¨®n real (en torno al 25%, 15 puntos m¨¢s que la inflaci¨®n oficial) y del d¨®lar paralelo (12,25 pesos, cuatro m¨¢s que el oficial). Puede que sea demasiado poco y demasiado tarde lo que hace. Y a buen seguro esta no es la forma m¨¢s ordenada de afrontar un cambio en la pol¨ªtica cambiaria. Pero el Gobierno ha comenzado a desandar el camino que inici¨® el 28 de octubre de 2011, cuando inici¨® las restricciones en el acceso a la compra de divisas, conocido popularmente como cepo al d¨®lar. El primer intento serio de domar el d¨®lar paralelo -que lleg¨® a alcanzar un valor de 13 pesos el jueves pasado- se acometi¨® el lunes, cuando el Gobierno abri¨® en la direcci¨®n de Internet de la Administraci¨®n Federal de Ingresos P¨²blicos (Afip) el formulario para comprar d¨®lares al cambio oficial (en la actualidad, ocho pesos por d¨®lar), mucho m¨¢s barato que el paralelo, tambi¨¦n llamado d¨®lar blue.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, anunci¨® junto al director de la Afip, Ricardo Echegaray, que solo se podr¨¢ comprar un m¨¢ximo de 2.000 d¨®lares por persona f¨ªsica. Y deber¨¢ hacerse a trav¨¦s de una cuenta bancaria, nada de efectivo. La operaci¨®n tendr¨¢ un recargo del 20% del dinero que se haya comprado. Ahora bien: a quienes depositen esos d¨®lares durante un m¨ªnimo de un a?o en una caja de ahorro o en un dep¨®sito fijo bancario, no se les aplicar¨¢ ese 20% de recargo. Y si se retiran los d¨®lares antes de cumplirse el a?o, el ahorrador deber¨¢ abonar ese 20%.
El consultor y profesor de Econom¨ªa de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Eduardo Levy Yeyati indic¨® ayer a este diario que medida coloca ¡°el cepo al d¨®lar¡± donde se encontraba en junio de 2012, cuando el Banco Central prohibi¨® la compra de d¨®lares para atesoramiento. ¡°El Gobierno est¨¢ reculando en su pol¨ªtica. Intenta controlar el d¨®lar blue. Pero a¨²n es pronto para ver si consigue controlarlo¡±.
Podr¨¢n comprar divisas los trabajadores y peque?os empresarios que ganen el equivalente a dos salarios m¨ªnimos por mes, o sea, 7.200 pesos (unos 900 d¨®lares en el cambio oficial). Los contribuyentes s¨®lo podr¨¢n destinar a la compra de divisas hasta un 20% de sus ingresos habituales. Por tanto, s¨®lo podr¨¢n acceder a los 2.000 d¨®lares mensuales quienes tengan un salario de 80.000 pesos mensuales (10.000 d¨®lares en el cambio oficial).
De momento, el efecto de la medida fue acogido con escepticismo. El d¨®lar blue subi¨® unos 20 c¨¦ntimos respecto al viernes anterior. Y la mayor parte de las sucursales bancarias situadas en el centro de Buenos Aires se negaron a vender d¨®lares a los clientes que llegaban con sus formularios debidamente cumplimentados. Las entidades alegaban que a¨²n no hab¨ªan podido adaptar sus sistemas inform¨¢ticos o argumentaban que a¨²n no hab¨ªan recibido indicaciones claras del Banco Central.
Podr¨¢n comprar divisas los trabajadores y peque?os empresarios que ganen el equivalente a dos salarios m¨ªnimos por mes
Desde que Fern¨¢ndez sufri¨® en las elecciones legislativas del 27 de octubre su peor derrota electoral -la que daba al traste con cualquier intenci¨®n de presentarse a un tercer mandato en 2015- la presidenta no ha hecho m¨¢s que ir entregando torres y caballos a los reclamos que ven¨ªa haci¨¦ndole la oposici¨®n: prescindi¨® del secretario de Estado de Comercio, Guillermo Moreno, brazo ejecutor de la pol¨ªtica de manipulaci¨®n de los datos del crecimiento y la inflaci¨®n; alcanz¨® un principio de acuerdo con Repsol para indemnizarla por la expropiaci¨®n de YPF, nombr¨® un nuevo jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y lo autoriz¨® a ofrecer una conferencia de prensa cada d¨ªa. Y la semana pasada, permiti¨® que el peso se depreciara como no se recordaba desde 2002, a pesar de que Fern¨¢ndez siempre hab¨ªa dicho que nunca permitir¨ªa una devaluaci¨®n.
Un economista europeo afincado en Buenos Aires indic¨® bajo la condici¨®n del anonimato que tanto la ¡°flexibilizaci¨®n del cepo¡± como la devaluaci¨®n de la semana pasada sirven para acercar los indicadores econ¨®micos del pa¨ªs a la realidad. ¡°Pero s¨®lo son medidas coyunturales¡±, a?adi¨®. ¡°Si se pretende que la inflaci¨®n no se coma ahora los efectos de la devaluaci¨®n se necesitan otras medidas estructurales. Y, sobre todo, se necesita un gran pacto de Estado entre el Gobierno, los empresarios, que deber¨ªan comprometerse a no subir los precios, y los sindicatos, que deber¨ªan sacrificarse un poco tambi¨¦n a la hora de firmar en los pr¨®ximos meses los convenios salariales¡±. Levy Yeyati se muestra esc¨¦ptico ante un posible pacto. ¡°No me queda muy claro si hay inter¨¦s en la oposici¨®n. Y tampoco creo que el Gobierno tenga disposici¨®n de hacerlo¡±.
La presidenta Cristina Fern¨¢ndez, que se encontraba en La Habana durante un viaje oficial, arremeti¨® en su cuenta de Twitter contra los bancos. ¡°Parece que algunos quieren hacernos comer otra vez sopa, pero adem¨¢s con tenedor. ?Qui¨¦nes? Los mismos de siempre¡±, se?al¨®. Para despu¨¦s a?adir: ¡°Los que se quedaron con tus ahorros en el 2001 y te lo tuvimos que pagar nosotros¡±. (¡) ¡°Los bancos: S¨®lo a trav¨¦s de ellos se pueden hacer todas las maniobras especulativas de los mercados. Con la complicidad, claro, de grupos econ¨®micos, exportadores e importadores, entre otros¡±.
De momento, el clima no invita al di¨¢logo.
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