El BCE se queda petrificado pese a considerar un riesgo la baja inflaci¨®n
El BCE deja los tipos en el 0,25% y justifica la falta de reacci¨®n a "la complejidad de la situaci¨®n" Draghi sostiene que ¡°necesita examinar informaci¨®n adicional en un periodo de tanta incertidumbre antes de tomar una decisi¨®n¡± sobre nuevas medidas
El Norte espera; el Sur desespera. Ni la crisis de los emergentes, ni la ca¨ªda a plomo del cr¨¦dito en la periferia, ni la p¨¢lida recuperaci¨®n, ni las tasas de paro hinchadas como personajes del pintor colombiano Fernando Botero, ni ninguno de los riesgos que acechan a la son¨¢mbula econom¨ªa europea llevaron este jueves al Banco Central Europeo a anunciar nuevas medidas.
No hubo sorpresas a pesar de que el nivel de precios, la gran obsesi¨®n desde siempre en Fr¨¢ncfort, sigue bajando hacia zona de grave peligro. Su presidente, Mario Draghi, dej¨® intactos los tipos de inter¨¦s oficiales en el 0,25% y se mantuvo en la misma actitud defensiva que en el ¨²ltimo a?o y medio, con el dedo acariciando suavemente el gatillo pero sin terminar de disparar. Esperar y ver: ¡°Estamos alerta¡±, repiti¨® media docena de veces ante la prensa. ¡°Estamos listos para actuar¡±, dijo otra media docena de veces m¨¢s. Tras una reuni¨®n del consejo del banco de transici¨®n, Draghi sugiri¨® que en marzo dispondr¨¢ de nuevos datos acerca de la amenaza de deflaci¨®n y que solo entonces podr¨ªa haber alguna nueva medida.
Asume que si los precios siguen lejos del 2%, peligra la recuperaci¨®n
En fin, patada a seguir. Una vez m¨¢s.
Europa est¨¢ partida en dos: la obsesi¨®n en Alemania es proteger los dep¨®sitos de los ahorradores; la de todos los dem¨¢s es que el BCE cumpla escrupulosamente con su mandato, la estabilidad de precios, y de paso que apoye en lo posible la recuperaci¨®n, la lucha contra el paro y la estabilidad financiera. El Eurobanco sigue petrificado pese a que la inflaci¨®n baj¨® en enero al 0,7%, 1,3 puntos por debajo del objetivo. ¡°Las expectativas a medio plazo est¨¢n firmemente ancladas¡±, apunta Draghi puntualmente cada primer jueves de cada mes. Los datos del propio BCE cuentan otra historia: tanto para el conjunto de este a?o como para el pr¨®ximo se prev¨¦ una inflaci¨®n en torno al 1%, lejos del ¡°por debajo pero cerca del 2%¡± que figura en los tratados para el siempre difuso medio plazo.
?Si la inflaci¨®n estuviera en el 3% el BCE se habr¨ªa quedado igualmente de piedra? Draghi suele contestar las preguntas directas con par¨¢bolas: ¡°La situaci¨®n es compleja; el BCE necesita examinar informaci¨®n adicional en un periodo de tanta incertidumbre antes de tomar una decisi¨®n¡±.
La tarea de un banco central es resolver, no solo relatar. Pero Draghi lleva ya 18 meses limit¨¢ndose a forjar un s¨®lido discurso plagado de buenas palabras para contrarrestar el escaso activismo de una pol¨ªtica monetaria que ha dejado de tener tracci¨®n, y que va a remolque de la de otros bancos centrales. Los tipos de inter¨¦s est¨¢n ya demasiado cerca del 0% para ser efectivos en una econom¨ªa lastrada por un empacho de deuda, un crecimiento ¡°fr¨¢gil¡±, ¡°modesto¡±, ¡°lento¡± e ¡°incierto¡±, seg¨²n la adjetivaci¨®n que us¨® el propio Draghi, y una preocupante riesgo de deflaci¨®n.
Subida del euro
La inacci¨®n del BCE este jueves ha reforzado la cotizaci¨®n del euro en los mercados de divisas, donde la divisa ha pasado a intercambiarse por 1,34 d¨®lares a hacerlo sobre las 1,36 unidades del billete verde.
Mientras, en las Bolsas, la falta de nuevas noticias solo ha alterado transitoriamente las subidas de los principales parqu¨¦s. Los avances, de hecho, se han consolidado tras la rueda de prensa posterior al consejo del BCE que ha dejado los tipos en el 0,25%. El Ibex 35 se ha apuntado una subida del 1,94% este jueves y el CAC de Par¨ªs m¨¢s del 1,7%, sobre todo gracias a la buena apertura de por Wall Street, que ha iniciado su jornada con con un alza del 1%, que ha sostenido casi toda la sesi¨®n.
El jefe del BCE neg¨® esa posibilidad: la deflaci¨®n no est¨¢ en sus radares. Apunt¨® que el bajo nivel de precios es consecuencia de la d¨¦bil demanda, el desempleo, la evoluci¨®n de los precios de los alimentos y la energ¨ªa y el ajuste en los pa¨ªses rescatados: Espa?a, Portugal, Irlanda y Grecia. Y concedi¨® que esa baja inflaci¨®n, si persiste, ¡°es claramente un riesgo para la recuperaci¨®n y para la din¨¢mica de la deuda¡±, que a algunos pa¨ªses se les est¨¢ yendo de las manos. Los vientos del Oriente insin¨²an m¨¢s problemas: la crisis de los emergentes apunta a una revalorizaci¨®n del euro, que alimenta las tendencias deflacionistas.
Pero esos problemas son hasta ahora m¨¢s una amenaza que una realidad: de ah¨ª que el BCE se guarde munici¨®n para m¨¢s adelante, por si de veras vuelve la temporada de huracanes. A pesar de que sus cr¨ªticos no dejan de crecer: ¡°La situaci¨®n es lo suficientemente comprometida como para pensar en medidas adicionales: el BCE debe actuar ya. Puede comprar activos, relajar algunas normas para que los bancos presten, acordar una nueva barra libre de liquidez o volver a bajar tipos. Pero no puede seguir de brazos cruzados por las presiones alemanas¡±, avis¨® Guntram Wolff, de Bruegel.
¡°La Bolsa pide a gritos una ca¨ªda superior al 20% por el cambio de sesgo de la Reserva Federal y por la constataci¨®n de que esta crisis occidental est¨¢ llegando a orillas de los emergentes; el BCE no tardar¨¢ en moverse, pero deber¨¢ lidiar con Alemania¡±, abund¨® el analista Juan Ignacio Crespo. Pese a lucir siempre que puede su sacrosanta independencia, hasta con el BCE se cumple esa m¨¢xima de la pol¨ªtica europea de los ¨²ltimos tiempos: todos los caminos llevan a Berl¨ªn.
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