Los seguros agrarios constituyen uno de los ejes de la pol¨ªtica agraria. Nacidos a finales de los a?os setenta con la Administraci¨®n de UCD, recibieron el mayor impulso con el primer Gobierno socialista. En estas m¨¢s de tres d¨¦cadas de funcionamiento, el seguro agrario ha sido una de las pol¨ªticas mimadas por populares y socialistas, tanto desde la Administraci¨®n central como desde las comunidades aut¨®nomas. En este tiempo ha pasado de ser una medida cuestionada en su d¨ªa por Bruselas por recibir ayudas nacionales a un modelo a extender a otros pa¨ªses. Hoy, tras un periodo de expansi¨®n, el seguro agrario atraviesa un estancamiento, tanto en el n¨²mero de p¨®lizas como, sobre todo, en el valor de las producciones aseguradas. Se trata de una situaci¨®n a la que intentan dar salidas las organizaciones agrarias y la propia Administraci¨®n para que siga siendo un elemento clave para el sostenimiento de las rentas agrarias.
Por unas u otras razones, nos acordamos de Santa B¨¢rbara cuando truena. Cuando una helada excepcional diezm¨® olivares en Ja¨¦n, cuando las inundaciones en las veras de los r¨ªos se llevaron todo por delante, cuando la sequ¨ªa agosta los pastos hasta en la cornisa, cuando arde una superficie arbolada o una enfermedad acaba con la muerte masiva de una especie animal.
En la actualidad, a trav¨¦s del casi medio centenar de l¨ªneas de seguros, es posible el aseguramiento de todas las producciones agr¨ªcolas y las m¨¢s importantes caba?as ganaderas. A pesar de ello, los niveles de suscripci¨®n de p¨®lizas se han mantenido pr¨¢cticamente estabilizadas entre 485.000 y casi 500.000, en un sector con unos 300.000 agricultores profesionales, pero donde reciben ayudas 900.000 personas y en el que la Administraci¨®n considera hoy un ¨¦xito que se mantenga el n¨²mero de p¨®lizas.
Las p¨®lizas se han estabilizado por la reducci¨®n de las subvenciones
Este estancamiento en la contrataci¨®n (e incluso un ligero descenso en las ¨²ltimas campa?as) se ha reflejado en la evoluci¨®n del capital asegurado. Frente a una producci¨®n final agraria en la ¨²ltima d¨¦cada que ha oscilado entre los 40.000 y los 43.000 millones de euros, el valor de las producciones aseguradas se ha sostenido en el entorno de los 11.000 millones.
Si nos atenemos a los niveles de aseguramiento, el seguro agrario tiene un largo camino por recorrer. Mientras en unos casos, como en el pl¨¢tano, el aseguramiento de las producciones agr¨ªcolas es del 100%, en otros cultivos importantes, como el olivar, no pasa del 10%. El seguro de pastos sigue creciendo, pero solo llega al 7% de las superficies posibles, y en lo forestal no se pasa del 1%. Por el contrario, los cultivos herb¨¢ceos extensivos, los cereales, se llevan el grueso, con un ¨ªndice de aseguramiento medio del 65%, y los frutales no c¨ªtricos tienen una cobertura superior al 60%.
La CNMV pidi¨® explicaciones a Agroseguro
El funcionamiento de la pol¨ªtica de los seguros agrarios no ha escapado del punto de mira de la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Tras analizar en 2013 el funcionamiento de Agroseguro, no formul¨® ninguna denuncia, pero elev¨® tres recomendaciones.
La primera pon¨ªa sus reservas sobre la conveniencia de que la pol¨ªtica de seguros agrarios funcionara con un sistema de coaseguro, donde solamente operasen en el sector las empresas integradas en el mismo. Desde Agroseguro se aleg¨® que una sola empresa tendr¨ªa dificultades para asegurar las coberturas. La CNMC suger¨ªa la necesidad de no fijar un techo del 25% a una empresa en el cuadro del coaseguro. Agroseguro elimin¨® ese tope. Finalmente, la Comisi¨®n planteaba sus dudas sobre el c¨¢lculo de las primas para los seguros agrarios y el peso en las mismas de los gastos de gesti¨®n. Agroseguro indic¨® que los gastos de gesti¨®n son de los m¨¢s bajos en todo el sector asegurador.
A esta situaci¨®n de estancamiento en la pol¨ªtica del seguro agrario se a?ade ahora el ajuste en el montante de las subvenciones a las primas pagadas por el sector, que en los ¨²ltimos a?os han supuesto una media superior al 50%. El Ministerio de Agricultura ha rebajado sus aportaciones desde m¨¢s de 300 millones de euros a los 200 millones de los ¨²ltimos dos a?os, a pesar de los ajustes. En el caso de las comunidades aut¨®nomas, la rebaja ha ido de unos 120 a 50 millones de euros, aunque los apoyos son diferentes en cada Gobierno.
Agricultura, a trav¨¦s de la Entidad Estatal de los Seguros Agrarios (Enesa), y las organizaciones agrarias coinciden en la necesidad de buscar salidas a esta situaci¨®n para relanzar el seguro.
Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa, director de Enesa, insiste en la posici¨®n permanente de analizar con el sector la situaci¨®n de cada una de las l¨ªneas de cobertura para tratar de presentar la oferta que m¨¢s interese o implantar otras en funci¨®n de la demanda. En esta l¨ªnea se hallan los cambios introducidos en el ¨²ltimo a?o para el seguro de retirada de cad¨¢veres de animales, rebajando las primas, o las modificaciones hechas en el Plan de 2014, con un incremento del 3% al 5% por la renovaci¨®n de p¨®lizas, o elevar hasta el 65% las subvenciones para las modalidades m¨¢s contratadas.
Desde Agroseguro, entidad donde se agrupan las empresas aseguradoras, se apuesta en esta direcci¨®n. Propone el pago fraccionado, ofrecer un seguro base barato y una gran flexibilidad para incorporar otras opciones, seguros renovables y plurianuales, ofertas m¨¢s personalizadas en funci¨®n del solicitante, ajuste de primas o rebaja de las mismas en zonas de baja siniestralidad.
Con el mismo objetivo, las organizaciones agrarias Asaja, UPA y COAG han puesto en marcha un estudio para analizar las razones por las que sectores como olivar u ovino tienen tan bajos niveles de aseguramiento. Para el responsable de los servicios t¨¦cnicos de UPA, Javier Alejandre, adem¨¢s del coste de las primas o la oferta de opciones, la contrataci¨®n de un seguro guarda relaci¨®n fundamentalmente con la percepci¨®n de riesgo que tiene cada agricultor o ganadero respecto a su explotaci¨®n. En el caso del olivar, esa baja contrataci¨®n se explica principalmente por ser una producci¨®n cada d¨ªa con m¨¢s regad¨ªo, menos sujeta a la sequ¨ªa y donde no hay riesgo de pedrisco o de heladas generalizadas. Por el contrario, el aseguramiento masivo en los frutales ser¨ªa consecuencia de los grandes riesgos climatol¨®gicos a que est¨¢n sujetos estos cultivos.
Adem¨¢s de esa percepci¨®n de riesgo, para el t¨¦cnico de la organizaci¨®n agraria es fundamental que se ofrezca al agricultor o ganadero un modelo b¨¢sico y a la vez flexible de seguro donde a partir de una oferta barata pueda elegir otras en funci¨®n de sus intereses. Alejandre estima que la consolidaci¨®n y viabilidad del seguro pasa por la universalizaci¨®n de la contrataci¨®n para equilibrar sus resultados.
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