¡®Aplis¡¯ hasta en la sopa
El usuario se enfrenta al hartazgo de convivir con millones de aplicaciones in¨²tiles en una industria en la que muy pocos ganan mucho dinero
?Habr¨¢ un cielo para las cosas in¨²tiles? ?Ad¨®nde ir¨¢n los millones de aplicaciones que nadie descarga y que a nadie le interesan? Si existe un mercado tecnol¨®gico que vive en medio de un ruido atronador es el de las apps para m¨®viles. ¡°La saturaci¨®n resulta absoluta y la oferta, desmesurada¡±. Los adjetivos de la frase proceden de Luis Mart¨ªn Cabiedes, uno de los business angelsde mayor peso de Espa?a. Un emprendedor que invierte su dinero en esta clase de proyectos. Aunque con reticencias. Aquello de la aguja y el pajar aqu¨ª se queda corto.
Apple (AppStore), Google (Google Play) y Microsoft (Windows Store), las tres empresas que dominan esta industria, ofrecen en sus tiendas virtuales 2.210.000 aplis. ?Y cu¨¢ntas funcionan? Seg¨²n la consultora Gartner, menos del 0,01% de las aplicaciones para m¨®viles tendr¨¢n ¨¦xito en 2018. O sea, el 99,99% de todas las que se desarrollen fracasar¨¢n. Al menos, desde la mirada econ¨®mica. Otras llegar¨¢n al mercado para crear reconocimiento de marca o como simple juego. Ruido sobre ruido.
Es indiferente, la industria resulta obstinada. Ha creado un modelo de negocio que, al igual que algunas editoriales, ¡°se basa en lanzar continuamente t¨ªtulos y novedades al mercado¡±, describe Marc Cort¨¦s, profesor de Esade. Buenos, malos y regulares. Da lo mismo. Alguno acertar¨¢ y se convertir¨¢ en el pr¨®ximo Candy Crash o Puzzle and Dragons, las aplis que m¨¢s dinero ganan. Esa, al menos, es la esperanza. Persiguiendo esta marmita de oro al final del arco iris hay m¨¢s de doscientas plataformas de venta, infinidad de desarrolladores y cientos de millones de euros en ganancias.
Recientemente Apple ha revelado que factura al a?o 10.000 millones de d¨®lares (7.300 millones de euros) por las descargas. Un gran negocio. ?Pero solo para la compa?¨ªa de Cupertino (California)? ?Y para quienes crean las aplis? La revista Forbes ¡ªsiempre tan atenta a los dineros¡ª ha establecido sus c¨¢lculos. Los ingresos medios de un desarrollador de Apple son de 21.276 d¨®lares (15.640 euros), una cifra que se desploma en el caso de Microsoft (2.222 d¨®lares?/ 1.631 euros) y Google (6.000 d¨®lares?/ 4.404 euros). Unos dos c¨¦ntimos de d¨®lar por descarga. No parece que sean n¨²meros que hagan enloquecer a los 150.000 desarrolladores de Google o los 45.000 de Microsoft.
Facebook y BBVA sacan la chequera
Facebook compra la mensajer¨ªa instant¨¢nea de WhatsApp por 19.000 millones de d¨®lares (11.700 millones de euros). Una cantidad que al tecn¨®logo Enrique Dans le parece ¡°una barbaridad¡±. Los compara con los 900 millones de d¨®lares (unos 656 millones de euros) que el gigante japon¨¦s del mundo digital Rakuten acaba de pagar por Viber, uno de los principales competidores de WhatsApp. Y recuerda lo parejo que andan en usuarios. Viber tiene 300 millones, y WhatsApp, 430. Muchos en el mercado no se explican esta diferencia de precio, a tenor de los usuarios. Da igual.
BBVA adquiere la plataforma bancaria estadounidense Simple y paga 117 millones de d¨®lares (85 millones de euros). El coste parece indiferente. Lo valioso es hacerse con el potencial de negocio que tienen y, sobre todo, controlar el tel¨¦fono m¨®vil. La consultora Forrester dice que este a?o ya habr¨¢ m¨¢s de 2.000 millones de smartphones en el mundo. Eso es lo que esconden estas operaciones. Manejar el dispositivo en el que las empresas har¨¢n caja ahora y ma?ana. Y un instrumento m¨¢s para lograrlo es parapet¨¢ndolo de aplicaciones. Simple, por ejemplo, dispone de aplis avanzadas para iPhone y Android que incorporan herramientas de ahorro. Es un servicio a?adido para fidelizar a sus 100.000 clientes y atraer nuevos. La vida ser¨¢ m¨®vil o no ser¨¢, parecen decirnos.
Esas cifras son consecuencia de la avalancha de aplis en una industria donde solo parece que puedan ganar dinero los grandes de la inform¨¢tica. Mart¨ªn Nadal es joven, ingeniero y lleva a?os desarrollando aplicaciones, sobre todo juegos, para empresas. Y relata que hemos llegado al final. ¡°Se acab¨® que un peque?o equipo lance una app sin promoci¨®n y se convierta en un ¨¦xito rotundo. Solo hay que entrar en la AppStore o en Google Play para darse cuenta de la saturaci¨®n que existe¡±.
Una vez m¨¢s es lo mismo. La industria conf¨ªa en sus propias fuerzas. ¡°No hay saturaci¨®n ni la habr¨¢ nunca¡±, afirma Nicol¨¢s Moya, director de Innovaci¨®n de Bankinter. ¡°Lo que tendr¨¢ que haber son buenos sistemas para organizar todo este universo de aplis y que los usuarios puedan encontrarlas r¨¢pidamente¡±. ?Pero es solo eso, una cuesti¨®n de orden?
El sector, parad¨®jicamente, a pesar de crear cada vez m¨¢s aplicaciones, est¨¢ mermando. Los datos de la consultora Gartner evidencian que el consumidor se siente sobrepasado por esta mir¨ªada de aplicaciones. Por eso, nos bajaremos menos apps. La media mensual de descargas en el sistema operativo iOS (Apple) pasar¨¢ de 4,9 en 2013 a 3,9 en 2017. Y su archirrival, Android (Google), descender¨¢, durante la misma horquilla de tiempo, de 6,2 a 5,8. El usuario cambia. Solo quiere en su m¨®vil aquello que de verdad le sirve. Nada de interferencias, las borra. ¡°Algunas marcas tienen m¨¢s de cien aplis y es probable que veamos una racionalizaci¨®n de su cartera, as¨ª que la clave ser¨¢ eliminar las irrelevantes¡±, reflexiona Thomas Husson, analista de la consultora Forrester.
Porque la desconfianza aumenta en una industria que tambi¨¦n genera otras dudas. ¡°Las estad¨ªsticas de venta de las aplis y las de uso no concuerdan¡±, admite Pancho Erlich, un profesional que se dedica a entender su relaci¨®n con los consumidores.
Esa es otra batalla abierta, la de las cifras. ¡°El n¨²mero de descargas resulta irrelevante porque depende de lo que te hayas gastado en marketing. Lo trascendente es el uso que se hace. La clave reside en la repetici¨®n. Hay pocas apps que lo consigan¡±, admite Luis Mart¨ªn Cabiedes.
Pero como si esa voz no les alcanzara, las aplicaciones siguen movi¨¦ndose bajo sus propias banderas. Gartner calcula que en 2013 el 91% de las descargas fueron gratis. Hablamos de 83.000 millones al a?o. Adem¨¢s el panorama se oscurece. En 2017 ese porcentaje crecer¨¢ hasta el 94,5%. ¡°Hay demasiadas aplicaciones que son gratuitas y que nunca generar¨¢n ingresos directamente¡±, observa en una nota Ken Dulaney, vicepresidente de Gartner. Y avanza: ¡°Entre las de pago, el 90% son descargadas menos de 500 veces al d¨ªa y consiguen una facturaci¨®n inferior a 1.250 d¨®lares (919 euros) diarios. Y la situaci¨®n va a empeorar, ya que habr¨¢ m¨¢s competidores¡±.
Ante la evidencia, la industria busca formas que la aparten del ruido, la ordenen y la hagan viable. Por eso crecen, narra el tecn¨®logo Enrique Dans, los servicios freemium. Aplicaciones que tienen una parte gratuita y otra de pago. Eso s¨ª, hay que buscar el equilibrio. ¡°Si pones demasiado valor en la zona gratis (free) puede ser suficiente para muchos usuarios. Por lo tanto, nunca suscribir¨¢n la de pago (premium)¡±.
Al final, las aplis son conscientes de que como toda tecnolog¨ªa tienen que evolucionar. La suma de aplicaciones desarrolladas por empresas, marcas y particulares ha generado un volumen inasumible de ellas, y la industria debe dar un paso adelante para evitar el hartazgo del consumidor. Esto explica que Thomas Husson, de Forrester, proclame que ¡°estamos entrando en la era de las smart apps [aplicaciones inteligentes]¡±. Un tiempo en el que las empresas ofrecer¨¢n a sus clientes experiencias personalizadas, ya sea de compra, ocio o vitales. Propuestas que trasciendan. Entonces, ?habr¨¢ una apli desde la que uno pueda descargarse la felicidad? El verdadero Candy Crash.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.