En tiempos de luz menguante
La respuesta a la crisis ha disparado la desigualdad
Rajoy dijo en Dubl¨ªn que de lo que se habla ahora es de si la recuperaci¨®n es m¨¢s o menos profunda. Si fuese as¨ª (lo que significa situarse en su terreno de juego), para hacer pol¨ªtica lo que se ha de analizar son las secuelas de la crisis pasada en nuestras sociedades. De la Gran Depresi¨®n se sali¨® con una teor¨ªa econ¨®mica, el keynesianismo, que se aplic¨® con mucho ¨¦xito durante casi tres d¨¦cadas; fue el tiempo en que las econom¨ªas crecieron m¨¢s y con menos desigualdades sociales. Para superar la fase m¨¢s dura de la actual crisis se ha aplicado una pr¨¢ctica econ¨®mica, el capitalismo de Estado, consistente en aportar paladas de dinero p¨²blico para superar los problemas de los sistemas financieros.
Se estima que en EE UU se inyectaron directamente en los bancos privados 3,3 billones de d¨®lares, con el objeto de sanearlos. Seg¨²n el Manifiesto hacia un Nueva Europa, con el que los socialistas del continente se presentan a las elecciones europeas, el rescate a los bancos de la zona ha costado 1,6 billones a los contribuyentes. En el otro extremo, la salida de la crisis deja un crecimiento exponencial del paro y una devaluaci¨®n de los salarios.
Un texto elaborado por cinco economistas (?Act¨²en ya!, de Heiner Flassbeck, Paul Davidson, James K. Galbraith, Richard Koo, Javati Ghosh, editorial Deusto), indica que con esta crisis el paro ha alcanzado su m¨¢ximo en m¨¢s de 50 a?os, a pesar de que la participaci¨®n de los salarios es la m¨¢s baja de la historia. Los intentos de flexibilizar los mercados laborales y de mejorar la competitividad de los pa¨ªses a trav¨¦s de reducciones salariales han llevado a una carrera internacional de m¨ªnimos. ¡°Por consiguiente¡±, dicen estos economistas, ¡°se ha disparado la desigualdad y se han ensombrecido las expectativas de toda una generaci¨®n. El elevado paro juvenil y la p¨¦rdida de confianza en las oportunidades de progresar socialmente crean un terreno abonado para los extremistas que amenazan la democracia¡±. Lo que quiere hacer el protagonista de El lobo de Wall Street: robar a los pobres para d¨¢rselo a los ricos.
Las consecuencias de la crisis desde el punto de vista de las oportunidades vitales ser¨¢n muy grandes. Veamos lo sucedido en Espa?a: desde 2008 hasta la actualidad se han perdido en la Uni¨®n Europea alrededor de 5,6 millones de puestos de trabajo, de los cuales dos de cada tres pertenecen al mercado de trabajo espa?ol. Al tiempo, la renta media de los hogares, en vez de aumentar, se ha reducido un promedio del 8,5%. Espa?a es el pa¨ªs en el que m¨¢s aument¨® el paro desde el inicio de la crisis y donde la distribuci¨®n de la renta mostr¨® una evoluci¨®n m¨¢s negativa desde el punto de vista de la igualdad.
El incremento del paro, por s¨ª mismo, no tiene un efecto autom¨¢tico sobre la desigualdad de la renta de los hogares, pero si se le suma la reducci¨®n de la cobertura y de la generosidad de las prestaciones del desempleo, se explican las razones (por la parte baja de la sociedad) por las cuales Espa?a ha pasado, desde el inicio de la crisis, de ocupar la quinta posici¨®n en la clasificaci¨®n de la desigualdad de la UE (tras Grecia, Italia, Portugal y el Reino Unido) a situarse en cabeza, seguida de Grecia (Encuesta de condiciones de vida, de Eurostat).
Seg¨²n los trabajos de la soci¨®loga Olga Salido, para el Informe sobre la Democracia en Espa?a de la Fundaci¨®n Alternativas, la crisis ha tenido una incidencia y virulencia sin precedentes en dos colectivos: los j¨®venes y los varones. En otro trabajo de la misma fundaci¨®n (?C¨®mo afecta la crisis a las clases sociales?, Jos¨¦ Saturnino Mart¨ªnez Garc¨ªa), se dice que Espa?a es el pa¨ªs en el que los m¨¢s pobres m¨¢s se han empobrecido con la crisis, mientras que los m¨¢s ricos casi no la han notado. Seg¨²n este soci¨®logo, la movilidad se distribuye del siguiente modo: sube un poco la clase alta, aumentan los extremadamente pobres, los pobres y la clase media-baja, y se reduce la clase media-media y la clase media-alta.
?Para cu¨¢ndo se hablar¨¢ de ello en la agenda p¨²blica?
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