Impuestos: la sociedad que queremos ser
El nuevo sistema deber¨¢ atender al principio de progresividad por la gran desigualdad
Suspendamos el juicio definitivo sobre la reforma fiscal hasta conocer qu¨¦ parte de las propuestas de la comisi¨®n de expertos (con un perfil ideol¨®gico muy definido) compra el Gobierno, y cu¨¢l es la letra peque?a de las mismas. Mientras tanto analicemos si lo ya conocido sirve para arreglar los dos problemas principales del sistema fiscal espa?ol: que no recauda y que no sirve para que en nuestro pa¨ªs paguen m¨¢s impuestos quienes m¨¢s ganan y quienes m¨¢s tienen. Recaudaci¨®n y redistribuci¨®n.
El frenazo de la actividad econ¨®mica, el paro masivo, la reducci¨®n del consumo, la disminuci¨®n de los beneficios empresariales..., la crisis en general ha diezmado la capacidad de los impuestos para financiar el d¨¦ficit, la deuda p¨²blica (seg¨²n los ¨²ltimos datos el 94% del PIB, por encima de la media de la eurozona), tender a la convergencia real con los pa¨ªses m¨¢s ricos de nuestro entorno y pagar el Estado de Bienestar, que es la se?a de identidad del modelo social europeo. Seg¨²n Eurostat, mientras el peso de la recaudaci¨®n fiscal en la UE era del 35,7%,, en Espa?a no alcanzaba al 31,4%, en 2011. Seg¨²n el Informe sobre la Democracia en Espa?a 2014, de la Fundaci¨®n Alternativas, la ca¨ªda de la recaudaci¨®n fiscal entre 2007 y2011 ha sido de 5,4 puntos porcentuales en Espa?a, y de s¨®lo 0,5 puntos en la UE (27).
El nuevo sistema fiscal deber¨¢ atender tambi¨¦n al principio de progresividad (entre ciudadanos ¡ªcontribuyentes iguales pagan impuestos muy diferentes¡ª, entre fuentes de ingresos,¡), dados los insoportables niveles de desigualdad que se han alcanzado en nuestro pa¨ªs. A pesar de que la parte m¨¢s notable de la distribuci¨®n en un pa¨ªs se hace a trav¨¦s del gasto p¨²blico, el mismo se ha ido reduciendo hasta el punto de que en estos momentos Espa?a ocupa el puesto 21 entre los 28 pa¨ªses del club en nivel de gasto.
Que quien m¨¢s tiene y m¨¢s gana no es quien m¨¢s paga no se debe s¨®lo al fraude fiscal. Est¨¢ causado tambi¨¦n por los intersticios del sistema en forma de bonificaciones, deducciones, v¨ªas de elusi¨®n legales, etc¨¦tera, existentes despu¨¦s de un parcheo continuo e incoherente de los grav¨¢menes, en una vor¨¢gine normativa en la que han entrado las tres administraciones que tienen competencias impositivas: la central, la auton¨®mica y la municipal. Seg¨²n el informe citado, en los Presupuestos de 2014 las exenciones al Impuesto sobre la Renta de las Personas F¨ªsicas (IRPF), Valor a?adido (IVA) y Sociedades superan los 35.000 millones de euros.
Caso aparte es el del fraude, que algunos estiman en unos 90.000 millones de euros (casi el 9% del PIB). Un c¨¢lculo elaborado por el C¨ªrculo de Empresarios lo cifraba en 70.000 millones, desarrollados del siguiente modo: si entre el 20% y el 25% del PIB es econom¨ªa sumergida, el PIB ha superado el bill¨®n de euros y la presi¨®n fiscal media se sit¨²a entre el 30% y el 36%, el importe de las cuotas no ingresadas cada a?o puede superar los 70.000 millones. Para que la reforma fiscal funcione, adem¨¢s de tener una normativa clara y justa, se precisa una administraci¨®n tributaria eficaz, que detecte y sancione. Seg¨²n datos de la OCDE, Espa?a tiene un empleado de esa administraci¨®n por cada 1.928 ciudadanos, frente a los 860 de Francia, 729 de Alemania, 862 del Reino Unido, o 697 de los Pa¨ªses Bajos. Nuestro pa¨ªs dedica alrededor del 0,1% de su PIB a la gesti¨®n fiscal frente al 0,5% de otros pa¨ªses importantes europeos. No se trata s¨®lo de m¨¢s recursos sino de garantizar la independencia de la administraci¨®n tributaria puesta en tela de juicio en los ¨²ltimos meses. Quiz¨¢ ser¨ªa interesante estudia la posibilidad de convertir la Agencia Tributaria en una agencia independiente de los gobiernos de turno.
La reforma fiscal era una prioridad. Tanto como la financiera y mucho m¨¢s que, por ejemplo, la laboral. Sin embargo, el Gobierno la ha dejado para la segunda parte de la legislatura para hacerla coincidir con las elecciones generales. El pa¨ªs se juega mucho en la misma, por los dos agujeros citados: la anemia recaudadora y su falta de progresividad. Como explica el catedr¨¢tico de Hacienda Ignacio Zubiri, en la revista Alternativas Econ¨®micas, los impuestos son determinantes para definir qu¨¦ tipo de sociedad queremos.
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