La hist¨®rica subida del IVA en Jap¨®n, una prueba de fuego para el "Abenomics"
Jap¨®n asume hoy la primera subida del impuesto sobre el consumo en 17 a?os, toda una prueba de fuego para el llamado "Abenomics", el programa de reformas del primer ministro con el que la tercera econom¨ªa del mundo pretende salir de casi dos d¨¦cadas de deflaci¨®n.
A partir de hoy analistas e inversores estar¨¢n muy pendientes del frenazo que previsiblemente experimentar¨¢ el consumo en Jap¨®n -un componente econ¨®mico vital que supone el 60 por ciento de su producto interior bruto (PIB)- en las pr¨®ximas semanas debido al incremento del gravamen, que pas¨® hoy del 5 al 8 por ciento.
La mayor¨ªa de ellos, e incluso el propio Banco de Jap¨®n (BOJ), est¨¢n convencidos de que el pa¨ªs asi¨¢tico sufrir¨¢ en el trimestre abril-junio su primera contracci¨®n en m¨¢s de un a?o debido al control del gasto por el que van a apostar los hogares nipones.
El frenes¨ª consumista que han escenificado durante las ¨²ltimas semanas muchos japoneses hasta la ultima hora del 31 de marzo para evitar abonar a toda costa este incremento, incluso aunque el coste de los bienes adquirido no fuera especialmente alto, parece constituir un buen anticipo de dicho par¨®n.
Pese a que la diferencia sea solamente del 3 por ciento, Jap¨®n ha vivido ¨²nicamente tres subidas del IVA en toda su historia y sigue siendo un pa¨ªs muy sensible a la hora de aplicar cualquier alza en este terreno.
A d¨ªa de hoy la subida del impuesto sobre el consumo se sigue castigando con dureza en las urnas y es a¨²n un concepto emocionalmente ligado a la pesadumbre econ¨®mica.
Por un lado, el estallido de la burbuja de activos nipona despunt¨® poco despu¨¦s de que el primer ministro Noboru Takeshita lograra introducir el IVA por primera vez en abril de 1989, mientras que la subida implementada en 1997 (del 3 por ciento original al 5) le cost¨® directamente el puesto a Ryutaro Hashimoto.
A su vez, Yoshihiko Noda luch¨® hasta el final para lograr que se aprobara este ¨²ltimo incremento a sabiendas de que con ello terminaba de cavar su propia tumba como primer ministro, cargo que le arrebat¨® Shinzo Abe tras una apabullante victoria en las legislativas de diciembre de 2012.
Ahora, la medida, que busca costear la pesada carga que supone la seguridad social para un pa¨ªs con una poblaci¨®n muy envejecida sin tener que recurrir a emitir nueva deuda y mejorar as¨ª su salud fiscal (la peor del mundo desarrollado), puede suponer una herencia envenenada para los planes de Abe.
Por un lado, muchos economistas consideran que el Gobierno y el BOJ, decididos a terminar con la deflaci¨®n que afecta a Jap¨®n abanderando el famoso "Abenomics", impulsar¨¢n medidas de flexibilizaci¨®n monetaria adicionales este verano si el rebote del consumo no es lo suficientemente fuerte.
Los m¨¢s optimistas creen que el par¨®n no ser¨¢ especialmente agresivo gracias al paquete de est¨ªmulo de 5,5 billones de yenes (38.689 millones de euros) aprobado para acolchar el impacto de la subida y a los incrementos salariales que han autorizado muchas empresas japonesas por primera vez en m¨¢s de un lustro.
Otros, en cambio, temen que una ralentizaci¨®n excesiva del consumo lleve a Abe a aplazar la subida adicional del IVA que acord¨® el Parlamento para el a?o que viene (pasar¨¢ del 8 al 10 por ciento).
Esto podr¨ªa erosionar seriamente la confianza sobre el compromiso del Gobierno para sanear la deuda p¨²blica (que es de m¨¢s del doble del PIB), hundir el precio de los bonos soberanos y disparar tambi¨¦n los tipos a largo plazo con nefastas consecuencias.
Andr¨¦s S¨¢nchez Braun
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