El modelo econ¨®mico de los militares sobrevive en Brasil
La intervenci¨®n del Estado en la econom¨ªa y el proteccionismo son herencia de la dictadura, seg¨²n expertos
Ahora que el golpe militar de Brasil cumple 50 a?os, las reflexiones sobre el pasado y el presente se hacen inevitables. Comparar un periodo en el que fueron violadas las libertades individuales y los derechos humanos con el de la actual Administraci¨®n es inadecuado seg¨²n todos los par¨¢metros. Excepto en uno: la gesti¨®n econ¨®mica. Con la presidenta Dilma Rousseff, Brasil est¨¢ retomando peligrosamente un camino que recorri¨® despu¨¦s de la crisis del petr¨®leo de 1978, cuando la guerra en Oriente Medio aument¨® el precio de la gasolina y alter¨® las econom¨ªas del mundo entero.
En aquella ¨¦poca, con el general Ernesto Geisel en la presidencia (1974-1979) y despu¨¦s de los a?os de fuerte crecimiento del llamado milagro econ¨®mico del ministro de Hacienda (1967-1974) Ant?nio Delfim Neto -uno de los consejeros actuales a los que m¨¢s escucha Rousseff- Brasil opt¨® por un control r¨ªgido de precios por parte del Estado, que desencaden¨® en una ola de hiperinflaci¨®n.
Hubo varias tentativas de corregir ese drag¨®n inflacionario con diversos planes econ¨®micos, que cambiaban monedas o cortaban ceros. Todas resultaron fallidas. El cambio solo se produjo, de hecho, con el Plan Real de 1994. En el art¨ªculo Ciclo que se repite, el profesor de econom¨ªa del Instituto Brasile?o de Econom¨ªa de la Fundaci¨®n Get¨²lio Vargas Samuel Pess?a recuerda que un ciclo inflaccionario comienza, normalmente, por factores externos. Seg¨²n ¨¦l, las crisis externas sirven de pretexto para abandonar el penoso proceso de estabilidad. ¡°La ¨¦lite dirigente vuelve, entonces, al remedio de siempre: el Estado¡±, comenta Pess?a.
El economista Edmar Bacha, uno de los arquitectos del equipo econ¨®mico que elabor¨® el Plan Real y cr¨ªtico habitual de la pol¨ªtica del PT, afirma que, desde el punto de vista de pol¨ªtica econ¨®mica, Brasil est¨¢ reproduciendo el mismo ciclo de aquel periodo de la dictadura en que hubo un gran intervencionismo del Estado y un bajo crecimiento.
De acuerdo con Bacha, despu¨¦s de la crisis financiera global de 2008 el expresidente Lula da Silva llev¨® al Estado a un mayor protagonismo econ¨®mico, lo que result¨® en una p¨¦rdida de eficiencia. ¡°La pol¨ªtica de control de precios de Petrobras, que importa combustible m¨¢s caro de lo que luego se vende en gasolineras, es el ejemplo de que se est¨¢ repitiendo aquello que fue un desastre en el pasado y gener¨® resultados indeseados¡±, dice.
En este sentido, Mansueto Almeida, investigador del Instituto Brasile?o de Planeaci¨®n y Econom¨ªa Aplicada opina que, si se contiene por m¨¢s tiempo el incremento de los llamados precios administrados, como los de energ¨ªa y los de las tarifas de transporte p¨²blico, habr¨¢ un prejuicio para las empresas estatales. ¡°Hoy hay certeza de que eso no funcionada. Con los combustibles, el reflejo fue una suspensi¨®n de pagos de la industria del etanol brasile?o.¡± La falta de reajustes ha afectado tambi¨¦n al desempe?o de Petrobras, que necesita recursos para implementar un plan de negocio que prev¨¦ la expansi¨®n de la producci¨®n.
Bacha considera ¡°totalmente contraproducente el aumento de la tarifa de importaci¨®n y la pol¨ªtica de contenido nacional para las plataformas petrol¨ªferas¡±. En la ¨¦poca de los militares, cuando intent¨® implementarse una cultura nacionalista y proteccionista, tambi¨¦n se adopt¨® ese modelo. Pess?a tambi¨¦n critica la iniciativa de forzar a las empresas a producir de forma local. ¡°Tal y como est¨¢ siendo implementado, el contenido nacional significa obligar al sector privado a producir algo que no sabe. Lo hicimos hace 50 a?os y no funcion¨®. Hoy la econom¨ªa brasile?a est¨¢ mucho m¨¢s diversificada, en servicios y en la industria, y se debe apostar por aquello en lo que tenemos vocaci¨®n. No podemos resucitar a ese difunto de triste memoria¡±, dice.
Otro aspecto destacado por el profesor de la?Fundaci¨®n Get¨²lio Vargas es la predilecci¨®n por el Banco Nacional de Desarrollo Nacional y Social (BNDES), una entidad p¨²blica que hace pr¨¦stamos con intereses m¨¢s bajos que la tasa b¨¢sica nacional debido a la financiaci¨®n de grandes conglomerados. ¡°Asistimos a diario a ejemplos de grandes grupos que simplemente podr¨ªan recurrir al mercado de capitales para atraer recursos. Al final, el Gobierno acaba obstaculizando el desarrollo de la industria de pr¨¦stamos nacional y hasta el mercado financiero¡±, dice ¨¦l. En la ¨¦poca de los militares, el entonces BNDE (no ten¨ªa Social en el nombre) tambi¨¦n ten¨ªa sus empresas ¡°escogidas¡±.
A seis meses de las elecciones presidenciales, los mercados revelan que rechazan el actual modelo, adem¨¢s de mostrarse contrarios a la reelecci¨®n de Dilma. En dos ocasiones, la Bolsa brasile?a subi¨® en d¨ªas de rumores de ca¨ªda de la evaluaci¨®n de Rousseff o en jornadas en las que se confirm¨® la ca¨ªda de su popularidad.
Ante este escenario, dice Almeida, hay dos l¨ªneas de an¨¢lisis: la optimista, en la cual se incluye, y la pesimista. ¡°El ejemplo de las privatizaciones en infraestructura, que el PT ni siquiera consideraba a?os atr¨¢s, indica que est¨¢n aprendiendo¡±, afirma.
Bacha considera que la raz¨®n de la mala gesti¨®n estatal econ¨®mica se debe a la ¡°composici¨®n muy peculiar de fuerzas partidarias que sostiene el Gobierno¡±, otra tradici¨®n del periodo en que el pa¨ªs fue gobernado por la Junta Militar. ¡°Hicieron falta 39 ministerios y la creaci¨®n de cargos en las empresas estatales para acomodar a toda esa gente. Si cree que algo va a cambiar con la reelecci¨®n, est¨¢ siendo muy optimista.¡±
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