Un espa?ol radicado en Brasil calza a bailarinas y payasos de circo de Europa
Rodeado de cientos de hormas de madera, recortes de cuero y vetustas m¨¢quinas de coser, el espa?ol Ernesto Nieto, emigrado a Brasil en 1959, regenta un peque?o taller de calzado artesanal que, desde R¨ªo de Janeiro, calza a actrices de telenovela, bailarinas de samba y payasos de circo de media Europa.
El taller de Nieto, ubicado en un edificio de estilo colonial en el c¨¦ntrico barrio carioca de Pra?a da Bandeira, parece haberse detenido en el tiempo desde la ¨¦poca en que lo inaugur¨® este gallego hace 57 a?os.
La forma artesanal de trabajar el cuero, de vaca, caballo y cerdo, es lo que distingue a este zapatero, que se enorgullece de hacer "algo que nadie m¨¢s hace" en este siglo XXI.
Cerca de 270 pares de zapatos -de bailarina de samba, de flamenco, de claqu¨¦ y de payaso- cuelgan de las paredes de pintura desconchada y se amontonan en las viejas estanter¨ªas, mientras que las hormas se arremolinan por el suelo junto al cuero descartado y las latas de cola, con su olor poderoso y penetrante.
Ernesto explic¨® a Efe que, gracias al boca a boca, comenz¨® a trabajar para gigantes de la televisi¨®n brasile?a como Globo y Record, en especial para telenovelas y series de ¨¦poca, lo que le abri¨® las puertas de teatros, circos y salas de espect¨¢culos de pa¨ªses como Espa?a, Italia, Francia y Alemania.
"Los zapatos de ¨¦poca son lo que m¨¢s me gusta trabajar. Es un arte y lo estoy trayendo de vuelta. Es diferente de todo. Me emociono cuando los veo en pantalla y eso me anima a¨²n m¨¢s a hacerlos", afirm¨®.
Los zapatos del siglo XVIII o inicios del XIX son los preferidos para este espa?ol, nacido en Santiago de Compostela, que tambi¨¦n recuerda con cari?o haber elaborado botas de soldados romanos para adaptaciones de dramas b¨ªblicos como "Mois¨¦s" y "David".
Los pedidos de las televisiones son siempre de diez pares como m¨ªnimo y a veces llegan a treinta, lo que le lleva dos semanas de trabajo a ¨¦l y a sus cuatro empleados, entre ellos Valdo, que est¨¢ con ¨¦l desde la apertura del taller, y Jos¨¦, que trabaja con Nieto hace dos d¨¦cadas.
En su mostrador, Nieto exhibe varios pares de zapatos con un tac¨®n de v¨¦rtigo, plateados y detalles dorados, que ha fabricado para las bailarinas de samba del Plataforma, un famoso cabar¨¦ carioca.
Siempre guarda alg¨²n ejemplar de zapatos de payaso, unos de los productos por los que m¨¢s reconocimiento ha ganado, y que tambi¨¦n le exigen m¨¢s dedicaci¨®n, porque siempre son ¨²nicos, personalizados al gusto del cliente.
"Es un trabajo pesado. Es todo manual. Son dos d¨ªas de trabajo por cada par. Se pone espuma dura en la punta, se reviste de cuero, se pega la suela y luego se cose a mano", relat¨®.
Nieto hace de diez a doce pares de zapatos de payaso por mes, que vende a 400 reales (cerca de 170 d¨®lares), aunque pueden llegar a tener de cuatro a cinco a?os de duraci¨®n, "mucho m¨¢s que los de pl¨¢stico, que no aguantan nada".
El zapatero tambi¨¦n vende a los Doctores de la Alegr¨ªa, unos payasos que van a los hospitales de R¨ªo a animar a ni?os enfermos. "A esos les cobro m¨¢s barato", asegur¨®.
El calzado de Nieto tambi¨¦n desfila cada a?o en los fastuosos desfiles del Carnaval carioca, en los pies de los "mestres-salas" y portabanderas, que son las figuras m¨¢s importantes de las escuelas de samba y, por ello, por los que puede cobrar m¨¢s caro.
Mientras atiende a Efe, el negocio no se detiene, el tel¨¦fono toca varias veces con pedidos de nuevos clientes, la mayor¨ªa para zapatos de baile.
A un cliente de Sao Paulo que quer¨ªa zapatos de claqu¨¦, Nieto le pidi¨® que env¨ªe por correo la silueta del pie, para hacer el calzado a medida.
"Antes ped¨ªa s¨®lo que me mandasen el n¨²mero por e-mail, pero no sale bien", explic¨®.
Nieto tiene ya 73 a?os pero no piensa en jubilarse, porque ama su trabajo, que le ocupa como m¨ªnimo doce horas al d¨ªa, desde hace 57 a?os, cuando abri¨® el negocio en el mismo lugar que sigue hoy.
Antes de aprender el oficio, Nieto trabaj¨® de estibador en el puerto de R¨ªo, adonde lleg¨® de Espa?a en barco, con 17 ¨® 18 a?os de edad.
Despu¨¦s de tanto tiempo, el zapatero se siente m¨¢s c¨®modo hablando portugu¨¦s que espa?ol, pero no olvida sus or¨ªgenes y firma sus zapatos artesanales con la etiqueta "Nieto Spain".
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