El FMI divide opiniones entre Argentina y sus acreedores
Los pa¨ªses ricos del Club de Par¨ªs exigen que el Fondo supervise un acuerdo de reestructuraci¨®n de deuda, pero el Gobierno de Fern¨¢ndez lo rechaza
El ministro de Econom¨ªa argentino, Axel Kicillof, viaj¨® el pasado fin de semana, con una mochila de pensamiento neokeynesiano y algunas medidas ortodoxas en su gesti¨®n, a la reuni¨®n de primavera boreal del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Washington. Tambi¨¦n particip¨® all¨ª de la cita ministerial del G20. Parte de la prensa argentina escribi¨® que Kicillof, antiguo militante de la izquierda universitaria, hab¨ªa ido a pedir ayuda al FMI, pero ¨¦l mismo se encarg¨® de descartar esa versi¨®n. En el Gobierno de N¨¦stor Kirchner (2003-2007), Argentina cancel¨® toda su deuda con el Fondo para dejar de estar sometida a las pol¨ªticas neoliberales que le impon¨ªa el organismo a cambio de las refinanciaciones.
¡°No fuimos a buscar nada. As¨ª que por eso no hay que esperar resultados extraordinarios (del viaje)¡±, explic¨® Kicillof en una rueda de prensa que organiz¨® el lunes al llegar a Buenos Aires. Tambi¨¦n descart¨® que Argentina quiera volver a someterse a la revisi¨®n anual que el Fondo hace de las econom¨ªas de todos sus miembros, sean o no deudores, desde EE UU hasta cualquiera de los pa¨ªses europeos rescatados por el Fondo en los ¨²ltimos a?os o algunos bolivarianos como Nicaragua y Bolivia. Ese examen impuesto por el Art¨ªculo IV de constituci¨®n del FMI ha sido rechazado por Argentina desde 2006. En Latinoam¨¦rica tampoco Venezuela ni Ecuador lo aceptan. Cuba es el ¨²nico pa¨ªs de la regi¨®n que no pertenece al Fondo.
El problema radica en que Buenos Aires iniciar¨¢ en mayo negociaciones formales con los pa¨ªses acreedores del Club de Par¨ªs, incluidos Espa?a, EE UU, Alemania, Jap¨®n y Holanda, a los que dej¨® de pagar en la crisis local de 2001. Se trata de un pasivo de alrededor de 9.000 millones de d¨®lares. Las reglas del Club de Par¨ªs establecen que solo se pueden reestructurar obligaciones si el pa¨ªs deudor se encuentra bajo un programa econ¨®mico del FMI. Los Gobiernos de Kirchner y su sucesora y viuda, Cristina Fern¨¢ndez, siempre han rechazado esta condici¨®n, pero antecesores de Kicillof ped¨ªan que la exigencia del plan econ¨®mico fuese sustituida por la reanudaci¨®n del examen del Art¨ªculo IV.
Kicillof dijo que no hab¨ªa viajado a la reuni¨®n del Fondo para pedir el Art¨ªculo IV. En contraposici¨®n a la opini¨®n del organismo, el ministro dijo que a ese informe solo deben someterse los pa¨ªses que le deben dinero. ¡°Ese art¨ªculo tiene un peso central para pa¨ªses con deuda con el FMI, algo que pas¨® en los 90 en Argentina, y con ese art¨ªculo condicionan los planes de financiamiento. No tenemos en este momento ning¨²n acuerdo con el Fondo Monetario, al que no le debemos ni un centavo y entonces no es nuestro acreedor. El FMI prefiere que exista (el informe), pero como no tenemos un compromiso con el organismo no lo vemos necesario. Y si se hiciera esa revisi¨®n, no tendr¨ªa ninguna relevancia porque no le debemos ni un centavo¡±, dej¨® Kicillof abierta la posibilidad segundos antes descartada. Al organismo que dirige la francesa Christine Lagarde tambi¨¦n le interesa reducir el n¨²mero de pa¨ªses que se resisten al Art¨ªculo IV.
Quiz¨¢ la postura del ministro de Econom¨ªa argentino, de endurecerse respecto de la revisi¨®n anual, obedezca a una estrategia de negociaci¨®n con el Club de Par¨ªs. Porque en ese grupo hay pa¨ªses como Espa?a que no solo reclaman el Art¨ªculo IV sino una ¡°supervisi¨®n¡± del Fondo en el pacto de reestructuraci¨®n de la deuda que negociar¨¢n a partir de mayo. Como Argentina no le debe al Fondo, carece de un programa econ¨®mico elaborado por el organismo. Por eso algunos pa¨ªses acreedores quieren sustituir ese plan por una supervisi¨®n. Una exigencia semejante seguramente sea intolerable para el Gobierno de Fern¨¢ndez. Los pa¨ªses que reclaman esa condici¨®n advierten de que no pueden sentar un precedente para futuros deudores que tambi¨¦n busquen desentenderse del organismo dominado por el voto de EE UU.
En el Art¨ªculo IV seguramente aparecer¨ªan cr¨ªticas del FMI contra la pol¨ªtica econ¨®mica de Argentina, como las que dispar¨® en su reciente informe mundial de perspectivas anterior a la reuni¨®n del fin de semana. Pero el director del Fondo para Am¨¦rica Latina, Alejandro Werner, aprovech¨® esa cita tambi¨¦n para elogiar la devaluaci¨®n del peso de enero pasado y el recorte de subvenciones anunciado en abril. De someterse a la revisi¨®n anual, Argentina tiene el derecho de mantenerla en secreto. Pero lo que le importa al Gobierno de Fern¨¢ndez es que en los pr¨®ximos meses el FMI d¨¦ su aprobaci¨®n a sus nuevas mediciones de inflaci¨®n y PIB, de modo que el organismo desista de sancionar a Argentina por manipular las estad¨ªsticas con castigos que van desde el cierre del grifo de futuros pr¨¦stamos hasta la expulsi¨®n como miembro. A Buenos Aires no le interesa tanto su relaci¨®n con el Fondo como el impacto que una sanci¨®n pudiese tener en momentos en que busca seducir otra vez a los inversores.
Despu¨¦s de la devaluaci¨®n, el Gobierno argentino viene adoptando algunas medidas para evitar un colapso econ¨®mico y recuperar el crecimiento vigoroso perdido en los ¨²ltimos dos a?os. Busca atraer el ingreso de divisas al pa¨ªs y para eso es importante un acuerdo con el Club de Par¨ªs. Desde que Argentina dej¨® de pagarles la deuda, los Gobiernos acreedores han abandonado los pr¨¦stamos a sus empresas que operan en este pa¨ªs sudamericano.
Fern¨¢ndez viaj¨® el mes pasado a Par¨ªs y recibi¨® el apoyo del presidente de Francia, Francois Hollande, en la negociaci¨®n con el club. Tambi¨¦n hay inter¨¦s porque el presidente espa?ol, Mariano Rajoy, visite Argentina en junio, como escala de su viaje al Mundial de Brasil. Ser¨ªa una prueba de amor de la luna de miel que atraviesan las relaciones entre Buenos Aires y Madrid despu¨¦s de que el Estado argentino pactara la indemnizaci¨®n a Repsol por la nacionalizaci¨®n de YPF.
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