Valls saca adelante los recortes en Francia pese a la discrepancia en su partido
El programa de recortes del primer ministro franc¨¦s, Manuel Valls, recibi¨® hoy el respaldo mayoritario de los diputados, pese a que se registraron algunas discrepancias en el seno del mayoritario Partido Socialista (PS).
Los 50.000 millones de euros de ahorro para los pr¨®ximos tres a?os, con una congelaci¨®n de pensiones, de salarios de funcionarios y de algunos servicios p¨²blicos, recibi¨® el voto favorable de 265 legisladores, frente a los 232 que se manifestaron en contra.
Unos 40 diputados socialistas no apoyaron el proyecto de Valls y prefirieron abstenerse, lo que marca la divisi¨®n interna que hay en el partido que apoya al Gobierno.
El primer ministro hab¨ªa puesto toda la carne en el asador en un voto que era consultivo, pero que representaba un enorme riesgo para el Ejecutivo.
Una derrota hubiera evidenciado la falta de apoyo del gabinete. El propio Valls lo hab¨ªa advertido, el sufragio de los diputados "condiciona a la vez la legitimidad del Gobierno, su capacidad de controlar a su mayor¨ªa parlamentaria y, sobre todo, la credibilidad de Francia".
En los ¨²ltimos d¨ªas, el primer ministro hab¨ªa hecho concesiones para garantizarse el voto de los sectores m¨¢s moderados de su partido, pero las 41 abstenciones socialistas registradas muestran que hay una fractura dentro de la formaci¨®n.
Valls hab¨ªa dejado al margen de la congelaci¨®n a las pensiones por debajo de los 1.200 euros y a los funcionarios con los salarios m¨¢s bajos, pero no fue suficiente para convencer al sector m¨¢s izquierdista de su partido, que ped¨ªa un giro pol¨ªtico m¨¢s profundo.
Consideran esos diputados que el recorte va demasiado lejos y demasiado r¨¢pido y ped¨ªan rebajarlo a 35.000 millones y solicitar un plazo suplementario a Bruselas para cumplir con los compromisos de d¨¦ficit.
"Millones de franceses esperan de la izquierda otro tipo de pol¨ªtica", explic¨® el diputado socialista Christian Paul, uno de los que se abstuvo.
Dos a?os despu¨¦s de que la victoria del socialista Fran?ois Hollande en las elecciones presidenciales acabara con el poder de la derecha con un discurso muy progresista, el programa de Valls aparece como un giro hacia el centro.
Su plan reposa en una bajada de impuestos para las empresas, valorada en 30.000 millones de euros, con el compromiso de que usen ese dinero para mejorar su competitividad, con nuevas inversiones y, sobre todo, con contrataciones.
En ning¨²n caso, dijo Valls, como sospechan los sindicatos y los neocomunistas, para "aumentar los dividendos de los accionistas o las remuneraciones de los directivos".
El objetivo es relanzar la econom¨ªa, pero, sobre todo, estimular el mercado laboral, que hasta ahora ha logrado frenar el crecimiento del paro solo con contratos subvencionados.
Para financiarlo sin erosionar el poder adquisitivo de los franceses con una nueva subida de impuestos, el plan Valls prev¨¦ recortar 50.000 millones de euros del gasto p¨²blico, esencialmente congelando las pensiones, los salarios p¨²blicos y algunos servicios.
La administraci¨®n central ahorrar¨¢ 18.000 millones, los entes locales 11.000 millones, la seguridad social 10.000 millones y los servicios p¨²blicos otros 11.000 millones.
Valls defendi¨® que esos recortes son "justos" y est¨¢n "bien repartidos" y neg¨® que se trate de un plan de austeridad porque, afirm¨®, mantienen los servicios p¨²blicos en su nivel actual y se proponen avances en algunos, como la educaci¨®n, donde se contratar¨¢n 60.000 docentes en cinco a?os, la seguridad y la justicia.
Frente a su programa, el primer ministro escuch¨® las cr¨ªticas de la oposici¨®n, en particular de los conservadores de la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), cuyo presidente, Jean-Fran?ois Cop¨¦, poco dado a tomar la palabra en el Parlamento, sentenci¨® que el plan Valls "no tendr¨¢ ning¨²n efecto positivo".
En contraposici¨®n, anim¨® al Gobierno a fijarse en los ejemplos de otros pa¨ªses, como Reino Unido, que ha estabilizado el paro; Alemania, que aumenta sus exportaciones, o Espa?a, "que hace un esfuerzo considerable en la reducci¨®n del d¨¦ficit".
Su colega conservador Herv¨¦ Mariton, que no se cree las cifras presentadas por el Gobierno, pidi¨® a Valls el compromiso de dimitir en el caso de que Francia no reduzca hasta el 3 % su d¨¦ficit en 2015.
La derecha considera que el plan es poco ambicioso y pide unos recortes de 130.000 millones de euros, aunque, como critic¨® Valls, "no explican de d¨®nde sacar¨¢n ese dinero".
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