Vargas Llosa defiende la literatura como el alimento del sentido cr¨ªtico

El Nobel de Literatura hispano-peruano, Mario Vargas Llosa, defendi¨® hoy la ficci¨®n como la base del sentido cr¨ªtico, convencido de que "el mundo inventado es mejor que el real", durante un magistral discurso de apertura de la Feria Internacional del Libro de Bogot¨¢ (FILBO).

Vargas Llosa, la estrella de esta 27 edici¨®n de la FILBO, dedicada a Per¨², comparti¨® un homenaje con el tambi¨¦n Nobel de Literatura, el reci¨¦n fallecido Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, ante un auditorio de casi mil personas en Corferias, el centro de eventos de la capital colombiana.

Tras dejar claro que la ficci¨®n es el origen del "sentido cr¨ªtico en los seres humanos" y confesar que se sent¨ªa "conmovido y avergonzado" por el tributo que poco antes le hab¨ªan rendido los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Per¨², Ollanta Humala, el autor de "La ciudad y los perros" confes¨® que ante todo ¨¦l es un "contador de historias".

Por eso comenz¨® contando una historia que le ocurri¨® en los ¨²ltimos d¨ªas en Caracas, donde dijo haberse encontrado con un individuo que le lanz¨® dos profec¨ªas, "la inteligencia artificial ya alcanz¨® a la inteligencia humana" y "dentro de 10 a?os el Nobel de Literatura no lo recibir¨¢ un ser humano sino una computadora".

"Me lo dijo con exaltaci¨®n y me puso los pelos de punta", reconoci¨®, para acto seguido afirmar que desde entonces no ha dejado de pensar en lo que significar¨ªa que "ese quehacer, uno de los m¨¢s antiguos oficios de la humanidad y origen de todas las culturas", fuera arrebatado al ser humano por "unos objetos met¨¢licos construidos por nosotros mismos".

Vargas Llosa, que recibi¨® el Nobel en 2010, record¨® que "esa necesidad de contar historias" naci¨® "en las cavernas en torno a una fogata", en un mundo en el que el ser humano, que "casi se confund¨ªa con el animal", buscaba una forma de esparcimiento en medio de una vida amenazada por las fieras, los terremotos o los aguaceros.

De esa manera se construy¨® "ese mundo al que solo se pod¨ªa llegar con la imaginaci¨®n y que representaba la oscuridad, el misterio y la preocupaci¨®n".

"El libro -prosigui¨®- vino a fijar eso que era una operaci¨®n verbal y le dio permanencia y continuidad, enriqueci¨® extraordinariamente las historias que los seres humanos inventaban, no solo para pasar un rato placentero sino para escapar de sus angustias".

Para Vargas Llosa, la literatura "ha ido sacando al hombre de ese estado primitivo casi animal, fue llev¨¢ndolo a cambiar, a mejorar, a crecer", en definitiva, fue "una salida espor¨¢dica de la vida cotidiana" y "una comprobaci¨®n inevitable de que el mundo que inventamos es mejor, m¨¢s coherente y m¨¢s comprensible que el mundo en que vivimos".

"Por eso cuando regresamos al mundo real de una buena lectura, de una buena historia, sentimos a veces, sin saberlo, un malestar y una decepci¨®n; sentimos que el mundo real est¨¢ mal hecho, que es imperfecto, que el mundo real no es capaz de satisfacer todo lo que hay en nosotros de apetitos, anhelos y ambiciones", argument¨®.

"Ese regreso al mundo real es el que despert¨® el esp¨ªritu cr¨ªtico en nosotros, as¨ª naci¨® la necesidad de cambiar el mundo; y por eso inventar historias es fundamental en el progreso humano", matiz¨® el Nobel.

Seg¨²n el autor de "Conversaciones en la catedral" y "La fiesta del Chivo", la ficci¨®n ha llevado a "la libertad, el bien m¨¢s precioso, ha introducido valores fundamentales para nuestra supervivencia y para afrontar injusticias, los grandes ideales que han hecho avanzar a la democracia, los derechos humanos, el sentir que la paz es preferible a la guerra, y que lo humano debe estar en la convivencia pac¨ªfica".

Por ello advirti¨® que "si las m¨¢quinas pudieran reemplazar a los seres humanos en este quehacer, una de las consecuencias, que es el esp¨ªritu cr¨ªtico, ir¨ªa empa?¨¢ndose y tal vez se acabar¨ªa".

Y tambi¨¦n que "la ficci¨®n hecha por un robot podr¨ªa ser un instrumento de manipulaci¨®n, una manera de invocar la sensibilidad, de distraernos sin cambiarnos, una manera de hacernos m¨¢s resignados, m¨¢s conformes con el mundo, una fatalidad de la naturaleza".

Para concluir, Vargas Llosa hizo un llamado a las nuevas generaciones para que eviten que los cerebros artificiales "arrebaten el quehacer fundamental de contar historias, de crear mundos distintos y de hacer vivir esa irrealidad como si fuera una realidad".

De llegar a ese punto, alert¨® el Nobel y ¨²nico representante del "boom" latinoamericano que sigue vivo, "volver¨ªamos a las cavernas".