Un fantasma lastra a Bank of America
El gigante financiero se ve atrapado por el legado de su anterior consejero delegado
Humillante; embarazoso. Ese fue el comentario que se hizo en Wall Street cuando la Reserva Federal pidi¨® a Bank of America que le entregara un nuevo plan de capital. ?Por qu¨¦? Porque hab¨ªa exagerado el colch¨®n de liquidez que comunic¨® en las pruebas de resistencia. Es m¨¢s que un peque?o error contable que llevar¨¢ al accionista a recibir una rentabilidad menor de la prometida en dividendos. El origen del nuevo traspi¨¦ est¨¢ en la compra de Merrill Lynch, que se cerr¨® el mismo fin de semana que quebr¨® Lehman Brothers.
Es el ¨²ltimo rev¨¦s que asestan los reguladores en EE UU a la entidad que dirige Brian Moynihan, que no es capaz de quitarse de encima el fantasma de Kenneth Lewis, su predecesor. La otra fuente de problemas es Countrywide Financial, la hipotecaria que compr¨® cuando tomaba cuerpo la crisis que tapon¨® el mercado de deuda y puso a la econom¨ªa global al borde del precipicio. El grupo tuvo que ser rescatado con una inyecci¨®n p¨²blica de 45.000 millones de d¨®lares (32.467 millones de euros) para ayudarle en la digesti¨®n.
El aprobado que recibi¨® Bank of America hace un mes en las pruebas de estr¨¦s ayud¨® a restaurar la fe en el megabanco. Era la primera alza del dividendo que anunciaba desde la crisis. Pero, como coinciden los analistas en Wall Street, este modesto error de c¨¢lculo es una muestra m¨¢s de que la entidad es demasiado grande para poder ser gestionada. Los reguladores en EE UU, adem¨¢s, no quitan la lupa de encima a los grandes bancos y no perdonan el m¨¢s m¨ªnimo desv¨ªo, para evitar cometer los errores que llevaron a la crisis.
La compra de Merrill Lynch todav¨ªa no est¨¢ digerida
La lista de coletazos es larga. El ¨²ltimo es un problema subsanable y no plantea una vulnerabilidad en su balance. El desliz contable relacionado con la deuda que hered¨® de Merrill Lynch, sin embargo, aviva un debate sobre el tama?o de la banca, un negocio donde los n¨²meros son clave para generar confianza. La reforma puesta en marcha por Moynihan buscaba limpiar su estructura, hasta el punto de que pretend¨ªa que Bank of America se presentara como una entidad completamente nueva y sana.
Este ¨²ltimo episodio va a nublar la pr¨®xima junta general de accionistas, que se celebra el pr¨®ximo mi¨¦rcoles 7 de mayo en Charlotte (Carolina del Norte). Los analistas, entre tanto, tienen visiones enfrentadas sobre el banco. El valor de Bank of America se apreci¨® durante el ¨²ltimo a?o m¨¢s de un 30% antes del atrac¨®n por el anuncio de la Fed, un comportamiento mejor que el resto del mercado y de la banca. Es uno de sus puntos fuertes. Tambi¨¦n est¨¢ ampliando su margen de beneficio gracias a la reducci¨®n de costes.
El plan de retorno a los accionistas, a la espera de que se concrete tras ponerlo en cuesti¨®n la Fed, tambi¨¦n era muy atractivo. Pero ahora se comenta que podr¨ªa llegar a renunciar al programa de recompra, valorado en 5.000 millones, para poder seguir adelante con la concesi¨®n del dividendo. Todo esto sucede mientras los ingresos de Bank of America no terminan de repuntar, un mal que tambi¨¦n sufren los otros grandes bancos, y su beneficio se muestra muy vol¨¢til, lastrado por las continuas cargas.
Countrywide y Merrill Lynch emitieron antes de la crisis bonos hipotecarios por valor de 640 millones, buena parte de ellos de dudosa calidad. Moynihan hered¨® hace cuatro a?os toda esa basura, cuando Lewis decidi¨® apartarse. Si a Bank of America le toca ahora limpiar los restos de aquellas dos desastrosas compras, el legado de su predecesor est¨¢ claramente entorpeciendo la visi¨®n que tiene el banquero para el grupo financiero.
El banco envi¨® a la Fed un plan de capital con fallos en las pruebas de estr¨¦s
Los resultados del primer trimestre ya reflejaron el coste de la herencia de Lewis, al registrar unas p¨¦rdidas de 276 millones por cargas de 6.000 millones. En el segundo trimestre, el golpe de los litigios en sus cuentas puede ser a¨²n mayor. La entidad podr¨ªa verse obligada a pagar m¨¢s de 10.000 millones adicionales para cerrar todos los litigios pendientes con el Departamento de Justicia, como hizo JPMorgan Chase en oto?o. Adem¨¢s, est¨¢ la investigaci¨®n por la supuesta manipulaci¨®n del tipo de inter¨¦s del l¨ªbor.
El total de la factura legal ascender¨¢ as¨ª a 65.000 millones. Hasta el propio Bruce Thompson, director financiero de Bank of America, admit¨ªa durante la presentaci¨®n de los ¨²ltimos resultados que la factura final ser¨¢ muy ¡°abultada¡±. ¡°Tenemos que ser realistas¡±, apostill¨®, tras reconocer que le es dif¨ªcil predecir en este momento c¨®mo acabar¨¢ todo. Nadie echa la culpa de esta situaci¨®n a Brian Moynihan, pero s¨ª se le pide que haga m¨¢s para contener el da?o en lugar de adoptar una posici¨®n de v¨ªctima ante las cr¨ªticas.
Moynihan recibi¨® el a?o pasado una remuneraci¨®n de 14 millones de d¨®lares por su gesti¨®n, un 17% m¨¢s que en el ejercicio 2012. De ese total, 1,5 millones son en concepto de salario base, frente a 950.000 d¨®lares un a?o antes. Reflejaba, por un lado, el alza del beneficio y la apreciaci¨®n de su valor burs¨¢til. El incremento es tambi¨¦n una manera de entender c¨®mo el consejo de administraci¨®n del banco valora su trabajo, aunque sigue sin ganar tanto como sus pares en JPMorgan y Goldman Sachs.
La vuelta a la normalidad, por tanto, est¨¢ siendo complicada en Bank of America pese a haber multiplicado por cinco su valor desde el momento m¨¢s complicado de la crisis en marzo de 2009. Antes la acci¨®n se pagaba a 50 d¨®lares; ahora ronda a¨²n los 15 d¨®lares, y la cotizaci¨®n m¨¢xima anual esta en 18 d¨®lares por t¨ªtulo. En paralelo, reduce costes y en los ¨²ltimos tres a?os se desprendi¨® de 40.000 empleados, en su mayor¨ªa relacionados con los servicios inmobiliarios. Y, por lo que dice Thompson, el proceso de ajuste de plantilla continuar¨¢.
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