A la rica bandeja de ¡®sushi¡¯

Equilibrio entre una elaboraci¨®n artesanal y empleo de la m¨¢s sofisticada tecnolog¨ªa disponible en el sector del sushi. Natacha Apolinario y Sandra Segim¨®n, cofundadoras y directoras de Sushita, montaron su empresa sobre esa base, all¨¢ por el a?o 1999, lo que quiere decir que han sobrevivido a la crisis de 2001 y a la actual. Eran tiempos en los que el sushi y el maki apenas eran conocidos a este lado de los Pirineos. Y, sobre todo, eran tiempos en los que nadie vend¨ªa sushifresco en bandejas¡­ por lo que fueron dos pioneras.

Recorrer las instalaciones de elaboraci¨®n y distribuci¨®n de sushi que la compa?¨ªa tiene en San Sebasti¨¢n de los Reyes (Madrid) tiene una gran semejanza con hacerlo por un sofisticado centro de biotecnolog¨ªa. Aqu¨ª se toman todas las medidas higi¨¦nico-sanitarias habidas y por haber. Por ejemplo, para entrar a las salas refrigeradas en las que se prepara sushi con ingredientes naturales que excluyen cualquier tipo de qu¨ªmica, hay que vestirse con ropas higi¨¦nicas y esterilizadas.

Natacha apunta que lo que ven los ojos del visitante ¡°lo pudimos levantar gracias a 30.000 euros de capital propio, una hipoteca y una subvenci¨®n a fondo perdido de la Comunidad de Madrid¡±. Con este dinero, invertido en comprar una nave, maquinaria importada de Jap¨®n y contrataci¨®n de personal, Sushita hubo de salvar cuatro o cinco a?os que ¡°fueron muy malos, vend¨ªamos muy poco¡±, como recuerda Sandra. ¡°Viajabas fuera de Espa?a y ve¨ªas a la gente comer sushi en cualquier parte. Mientras, aqu¨ª el consumidor apenas conoc¨ªa otra comida oriental que la china. Adem¨¢s, tuvimos que superar problemas como encontrar un cocinero experto en sushi o que apenas hubiera empresas de transporte que garantizasen la tra¨ªda de comida refrigerada¡±, contin¨²a.

Mientras las emprendedoras sufr¨ªan dificultades, fueron form¨¢ndose en un mercado y producto en el que ellas mismas tambi¨¦n eran nuevas. Natacha comenta: ¡°Fuimos muy activas leyendo, form¨¢ndonos, visitando f¨¢bricas y ferias. Adem¨¢s, hemos aprendido mucho de nuestros propios errores¡±.

Amigas desde hace a?os, Natacha y Sandra descubrieron el sushi en un viaje que hicieron a M¨¦xico. ¡°Despu¨¦s de aquello, empezamos a hablar de la experiencia sushi y de la posibilidad de montar algo. Aprendimos algo que hemos aplicado en Sushita, donde la gente combina el sushi con ingredientes de la cocina mexicana¡±, cuenta Natacha. De vuelta a Espa?a, el conocimiento de mercado que Sandra ten¨ªa a trav¨¦s de su empresa Baguise (¡°desde la que repart¨ªamos a domicilio comida de restaurantes¡±) dio el empuj¨®n definitivo a Sushita. ¡°Trabajamos con un restaurante japon¨¦s que decidi¨® hacer el reparto de su comida por su cuenta. Hubo muchos clientes que nos preguntaron por qu¨¦ no hac¨ªamos lo mismo nosotros. Eso fue el impulso definitivo¡±, contin¨²a Sandra.

No hay m¨¢s que darse una vuelta por las calles de una gran ciudad espa?ola para percibir que las tiendas de sushi para llevar son legi¨®n. Sobre el ¨¦xito actual del sushi, la empresaria apunta diferentes factores: ¡°Es una comida que no tienes que calentar ni desprende olores, algo perfecto para comerla, por ejemplo, en la oficina. Adem¨¢s, es sana y light, ya que una bandeja de sushi tiene bastantes menos calor¨ªas que una ensalada C¨¦sar, por ejemplo. Por ¨²ltimo, comer sushi est¨¢ simplemente de moda¡±.

Apuesta por la innovaci¨®n y compromiso de los trabajadores. Seg¨²n las dos socias, estos son los pilares que han permitido a Sushita elaborar unas 5.000 bandejas diarias, facturar en torno a cuatro millones de euros y haber expandido la marca con cuatro l¨ªneas de negocio: venta de sushi preparado en grandes superficies, tiendas especializadas y de conveniencia; puntos de venta en los que el sushi se elabora en vivo; montaje de c¨¢terin, y apertura de un primer restaurante, de marca propia, en el Distrito C de Madrid.

?Un ¨²ltimo secreto de Sushita? Escuchar qu¨¦ se dice de la marca y del sushi en las redes sociales¡­, y responder a esa demanda r¨¢pidamente.