Org¨ªa perpetua del arte y el dinero
Christie¡¯s, Sotheby¡¯s y Phillips hacen historia al vender en tan solo cuatro d¨ªas obra de artistas contempor¨¢neos por valor de 1.145 millones de euros
La semana pasada coincidi¨® en Nueva York toda la vor¨¢gine del arte y el dinero. En solo cuatro d¨ªas de subastas (12, 13, 14 y 15 de mayo), las casas de pujas Christie¡¯s y Sotheby¡¯s lograron 1.436 millones de d¨®lares (1.048 millones de euros) vendiendo obra de artistas de posguerra y contempor¨¢neos. Una cifra que aumenta en 131 millones de d¨®lares si sumamos los resultados de la tercera en discordia, Phillips. En total, se intercambiaron 1.567 millones de d¨®lares (1.145 millones de euros). Un r¨¦cord hist¨®rico. Y a la vez se remataron 18 lotes por encima de 20 millones de d¨®lares. Otro hito. ¡°Los n¨²meros son un reflejo del v¨¦rtigo del mercado y de la enorme presi¨®n de los especuladores sobre las obras y los artistas¡±, se queja el coleccionista Marcos Mart¨ªn Blanco, quien, con m¨¢s de 800 piezas, tiene una de las colecciones m¨¢s completas de pintura contempor¨¢nea de Espa?a.
Pero esas cifras tambi¨¦n narran otras historias. La primera habla de la inequidad del mundo. El imparable aumento de la riqueza en manos de unos pocos, como denuncia el economista Thomas Piketty en El capital del siglo XXI. Solo ellos pueden pagar decenas de millones por Bacon, Warhol o Rothko. Y la segunda evidencia, los resultados tan dispares que logran Christie¡¯s y Sotheby¡¯s en el mismo negocio.
La noche del 13 de mayo Christie¡¯s consegu¨ªa la mayor recaudaci¨®n de la historia en una sola sesi¨®n. Sumaba 744,9 millones de d¨®lares (unos 543,8 millones de euros) al vender, en menos de tres horas, 68 de los 72 lotes ofrecidos. La casa pulveriz¨® los 691,5 millones que logr¨® el a?o pasado en la misma puja. Al d¨ªa siguiente Sotheby¡¯s, en la r¨¦plica a su archirrival, y en una subasta floja (su objetivo oscilaba entre 339,6 y 478 millones de d¨®lares), se apunt¨® unas ventas de 364,3 millones de d¨®lares (265,2 millones de euros). ¡°Cuando se remat¨® el ¨²ltimo lote hubo un murmullo¡±, recuerda un coleccionista presente en la sala, ¡°y se extendi¨® una iron¨ªa: las grandes obras estaban ayer en Christie¡¯s y los grandes coleccionistas est¨¢n hoy en Hong Kong [ese d¨ªa comenzaba la feria Art Basel Hong Kong]¡±. Adem¨¢s Sotheby¡¯s tambi¨¦n ven¨ªa de firmar la semana anterior una venta mediocre (219 millones de d¨®lares) en su propuesta de arte impresionista y moderno.
Chritie¡¯s pulveriza a Sotheby¡¯s, con la mayor recaudaci¨®n de todos los tiempos
Lo sucedido estas jornadas revela que el arte no da tregua. La presi¨®n por conseguir grandes obras es tan fuerte que Christie¡¯s est¨¢ intensificando, frente a Sotheby¡¯s, su apuesta por garantizar el precio de los lotes a los coleccionistas, lo que significa que el vendedor recibe una cantidad de dinero (que no se hace p¨²blica) por prestar la pieza, se venda o no. Es una estrategia que nos lleva a los d¨ªas anteriores al crash de 2008 y que se extiende como un rescoldo en trigo seco. De hecho, en su millonaria subasta de arte contempor¨¢neo Christie¡¯s garantiz¨® 40 lotes. Entre ellos, Race Riot, de Warhol, que se vendi¨® en 62,8 millones de d¨®lares. En el otro lado, Sotheby¡¯s respald¨® 39 lotes. ?Una t¨¢ctica peligrosa? ¡°Nosotros asumimos los riesgos con los que nos sentimos c¨®modos¡±, apunta Aurora Zubillaga, consejera delegada de Sotheby¡¯s Espa?a.
Por ah¨ª transcurre la interpretaci¨®n de la pugna entre las dos salas que propone Michael Findlay, director de la galer¨ªa neoyorkina Acquavella. ¡°Seg¨²n mi experiencia, el dominio de una casa de subastas sobre otra en cualquier departamento [contempor¨¢neo, impresionista¡] no dura para siempre, y como un p¨¦ndulo oscila adelante y hacia atr¨¢s. Adem¨¢s Christie¡¯s es una compa?¨ªa privada y puede asumir m¨¢s riesgos que Sotheby¡¯s, que tiene accionistas¡±.
Distinguir un museo de un restaurante
¡°No hay que confundir un museo con un restaurante¡±. Es la provocativa frase con la que Jo?o Fernandes, subdirector del Reina Sof¨ªa, abre la conversaci¨®n. ¡°Un restaurante trata con productos de temporada, con lo que el mercado ofrece; un museo, no¡±. Una declaraci¨®n rotunda frente al estruendo de los estratosf¨¦ricos precios que bastantes artistas alcanzan hoy en las subastas de arte. ¡°El mercado dificulta las cosas, se vuelven inaccesibles piezas que antes s¨ª lo eran. Por eso la colecci¨®n debe ser sensible a los contextos¡±, incide Fernandes. Y recalca: ¡°No tiene sentido gastar el presupuesto de un a?o en comprar una obra¡±.
Hay que mirar fuera del mercado, trazar narraciones nuevas. ¡°El trabajo en red, por ejemplo, da acceso a piezas que, sin ser de titularidad propia, tienen un papel relevante en un determinado proyecto expositivo¡±, dice Bartomeu Mar¨ª, director del Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona. En esta din¨¢mica, ¡°los museos cada vez son m¨¢s conscientes de los beneficios de compartir ¡ªque es lo opuesto de competir¡ª para difundir el arte de nuestros d¨ªas y ofrecer exposiciones de calidad¡±, se?ala Mar¨ª. En el fondo es una reacci¨®n frente a ese museo acumulador que propone el mundo ¨¢rabe, ¡°donde el dinero no es importante y cuanto m¨¢s cueste la obra, mejor¡±, seg¨²n el coleccionista Juan Bonet; el cual parece querer reunir todos los ¡°tesoros del mundo¡± bajo un ¨²nico techo. Como Al¨ª Bab¨¢.
Tal vez sea as¨ª, pero la sensaci¨®n que dejan las ventas de la semana pasada es que Christie¡¯s se hace con obras m¨¢s potentes y consigue las mejores cifras. Sin embargo, hay que atender a la letra peque?a. ¡°Si examinamos los precios durante esas subastas para los lotes inferiores a cinco millones de d¨®lares veremos que ambas casas lo est¨¢n haciendo de una forma similar. Aunque en la horquilla media la competencia contin¨²a siendo feroz y estrecha¡±, advierte Jonathan Binstock, asesor en arte de Citi Banca Privada.
A nadie le extra?a que sea complicado vender lotes que cuestan millones de euros. Hace falta fijar una banda razonable de precio, mostrar las piezas a los potenciales compradores (la obra debe viajar por varios pa¨ªses) y tener producto. En busca de ¨¦l, Christie¡¯s ha a?adido a este ejercicio una subasta adicional de arte contempor¨¢neo centrada en los a?os ochenta en adelante, justo el segmento donde trabaja uno de sus contados rivales: Phillips. Esto revela la agresiva estrategia comercial de Christie¡¯s y, al mismo tiempo, c¨®mo un sector que mueve unos 12.000 millones de d¨®lares (8.765 millones de euros, seg¨²n la consultora artprice.com) es b¨¢sicamente un duopolio. ¡°Es un poco lo que suced¨ªa en el pasado con Pepsi y Coca-Cola. Son compa?¨ªas que tienen muchos a?os de historia y han logrado hacerse un hueco en el mercado. Pero ?qui¨¦n sabe si alg¨²n d¨ªa puede aparecer alguna firma nueva?¡±, se justifica Hery Wyndham, presidente de Sotheby¡¯s en Europa.
Sin embargo, la llegada de nuevos competidores parece complicada debido al control que ambas casas ejercen sobre el mercado. Aun as¨ª hay quien persevera. ¡°Los oligopolios casi siempre consiguen reequilibrar sus fuerzas¡±, asegura Paco Cantos, coleccionista y experto en Derecho de la Competencia. Puede ser, pero mientras llega ese momento las firmas de pujas siguen disfrutando de su exclusivo patio de recreo y, adem¨¢s, pocos creen que haya una burbuja a punto de estallar. ¡°Desde que tenemos informaci¨®n del mercado, a excepci¨®n de septiembre de 2008 [quiebra de Lehman Brothers], siempre ha ido a m¨¢s. Por una raz¨®n: el n¨²mero de obras de calidad disponible es limitado. Por eso no dejar¨¢ de crecer¡±, reflexiona Simon de Pury, coleccionista, cofundador de Phillips de Pury y antiguo comisario de la colecci¨®n Thyssen-Bornemisza. Tanto es as¨ª que la subasta de 1.000 millones de d¨®lares ¡ªEl Dorado de este elitista mundo¡ª puede llegar. ¡°Es absolutamente posible. Suceder¨¢ alg¨²n d¨ªa¡±, aventura De Pury. La org¨ªa del arte y el dinero parece perpetua.
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