El gas esquisto se abre paso en Espa?a
El pa¨ªs es el tercer europeo que m¨¢s permisos concede para explorar este recurso
Las compa?¨ªas de hidrocarburos no convencionales de EE?UU buscan repetir su gesta en Europa tras protagonizar en su pa¨ªs la mayor revoluci¨®n energ¨¦tica de las ¨²ltimas d¨¦cadas, la del gas de esquisto (shale gas, en ingl¨¦s). Dentro de sus planes entra Espa?a, que se presenta como uno de los potenciales productores del continente dadas las reservas que se sospecha que el pa¨ªs posee. Seg¨²n un estudio de Gessal, que evalu¨® el potencial de los llamados ¡°recursos prospectivos¡± no convencionales, Espa?a alberga en torno a los 2.000 billones de metros c¨²bicos, una cifra similar al consumo actual de gas durante 70 a?os. Claro que estas cifras, advierten los expertos, son estimaciones. ¡°Para que se conviertan paulatinamente en reservas probadas¡±, explica Margarita Hernando, secretaria general de ACIEP (la asociaci¨®n de estas empresas), ¡°hace falta empezar las perforaciones y comprobar la existencia de estos recursos¡±.
A juzgar por la avalancha de empresas que est¨¢n llegando a Espa?a, el sector concede mucha fiabilidad a estas prospecciones. ¡°Aunque fuera solo la mitad de la mitad de lo que se estima¡±, asegura Juan Carlos Mu?oz, portavoz de Shale Gas Espa?a, una plataforma de promoci¨®n de la industria, ¡°ya ser¨ªa una oportunidad hist¨®rica para Espa?a¡±. De momento, el Ministerio de Industria ha concedido unos 70 permisos de exploraci¨®n, la mayor parte para el gas de esquisto. Otras 56 licencias est¨¢n en cola de espera. Este flujo de solicitudes, que se inici¨® hace cuatro o cinco a?os, se ha acelerado en 2013. Entre las 10 o 12 empresas m¨¢s activas hay firmas espa?olas como Repsol, Cepsa o Hidrocarburos de Euskadi (EVE), grupos norteamericanos como BNK y Heyco Energy, las brit¨¢nicas Spectrum Geo y Cairn Energy o la irlandesa San Leon, la mayor empresa de Europa en su sector.
Para Espa?a, el principal inter¨¦s del gas de esquisto ser¨ªa el de reducir la factura petrolera. Pablo Royo, autor del informe de Deloitte sobre ¡°el impacto de la exploraci¨®n de hidrocarburos en Espa?a¡±, explica que ¡°el efecto de la explotaci¨®n mediante fracking [t¨¦cnica de fracturaci¨®n hidr¨¢ulica para extraer gas y petr¨®leo del subsuelo] sobre la balanza comercial ser¨ªa de unos 40.000 millones de euros al a?o en 2040¡±. El impacto positivo sobre el PIB tampoco ser¨ªa despreciable. ¡°Empezar¨ªamos con un impacto probable (aunque optimista) del 0,2% sobre el PIB en 2020 para subir al 1% en 2030 y al 4% en 2040¡±. A escala micro, el principal beneficio ser¨ªa para las zonas afectadas, o beneficiadas, seg¨²n se mire, especialmente autonom¨ªas y municipios. Aparte de poder cobrar una retribuci¨®n de las compa?¨ªas, ¡°los ayuntamientos¡±, apunta Hernando, ¡°obtendr¨¢n ingresos tambi¨¦n por las licencias de obras y los terrenos¡±.
Los particulares que, al contrario de EE?UU, no tienen en Europa derecho sobre su subsuelo podr¨ªan vender sus terrenos (o parte de ellos) a las compa?¨ªas productoras. ¡°Estamos llegando a acuerdos con propietarios de terrenos en Burgos¡±, asegura Juan Carlos Mu?oz, que es tambi¨¦n director general corporativo de BNK Espa?a, ¡°para adquirirles, si quieren, sus terrenos¡±. Hernando, de ACIEP, apunta adem¨¢s ¡°que la ley prev¨¦ que se indemnice a los propietarios por los perjuicios que se les cause durante la fase de prospecci¨®n y producci¨®n¡±. El shale gas originar¨¢ fuertes inversiones, dinero que ir¨¢ a parar a los trabajadores, pero tambi¨¦n a proveedores de servicios y empresas auxiliares locales, la mayor parte pymes.
Lo m¨¢s interesante, seg¨²n explica la directiva de ACIEP, es que ¡°ello supondr¨ªa una gran contribuci¨®n a las econom¨ªas locales, empresas de construcci¨®n, hosteler¨ªa, transporte, especialmente durante la fase de explotaci¨®n¡±. Mu?oz considera a su vez que el despliegue del gas de esquisto es ¡°una oportunidad para que las empresas espa?olas adquieran conocimiento y desarrollen una base industrial que puedan exportar fuera, ya que este es un sector que va a crecer en todo el mundo¡±. ¡°Nuestra ventaja¡±, dice Mu?oz, ¡°es que ya vamos a funcionar con toda la experiencia adquirida en EE UU, donde llevan d¨¦cadas probando con las tecnolog¨ªas de fracking¡±. Luego est¨¢ el tema del empleo. Royo, de Deloitte, explica que ¡°entre 2030 y 2035, el sector prev¨¦ crear en Espa?a unos 15.000 empleos directos y hasta 200.000 indirectos¡±.
Esto explica que muchos sindicatos y asociaciones profesionales, desde ingenieros de minas hasta ge¨®logos, est¨¦n apoyando la implantaci¨®n del fracking en Espa?a. Julio Barea, experto en fracking de Greenpeace Espa?a, reconoce que ¡°las federaciones de industria de UGT y CC?OO se han manifestado a favor¡±. No obstante, la t¨¦cnica tambi¨¦n ha hallado una fuerte oposici¨®n. ¡°Cuatro comunidades¡±, explica Barea, ¡°Cantabria, La Rioja, Navarra y Catalu?a, han aprobado leyes auton¨®micas prohibiendo el fracking¡±. Cantabria le ha retirado incluso el permiso de investigaci¨®n a BNK, que le hab¨ªa sido concedido en 2009. Sin embargo, estas medidas no han enfriado el inter¨¦s de las firmas de gas esquisto por Espa?a.
El sector no est¨¢ alarmado por los focos de oposici¨®n b¨¢sicamente porque la tendencia dominante en la UE, incluso en las directivas de Bruselas, es la de impulsar el fracking. ¡°Y muchas autonom¨ªas son favorables¡±, apunta Margarita Hernando, ¡°como es el caso del Pa¨ªs Vasco o Castilla y Le¨®n¡±. Estas dos regiones son parte de la llamada Cuenca Vasco Cant¨¢brica, que concentra m¨¢s de la mitad de los probables recursos de gas esquisto en Espa?a.
De hecho, Espa?a es ya el tercer pa¨ªs de Europa en n¨²mero de permisos concedidos, solo por detr¨¢s de Polonia (el pionero y con 60 pozos ya perforados) y de Reino Unido. Mu?oz dice que ¡°para el Gobierno brit¨¢nico de David Cameron, el gas esquisto es estrat¨¦gico¡±. ?Y para el Gobierno espa?ol? ¡°Est¨¢ claramente a favor¡±, responde, ¡°pero es necesario que se involucre m¨¢s y cambie leyes y procedimientos para que lleguemos a la fase de exploraci¨®n m¨¢s r¨¢pida¡±.
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