Las mujeres avanzan en Am¨¦rica Latina
La educaci¨®n permite a m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n femenina acceder a un trabajo
Por primera vez en la historia, m¨¢s de la mitad de las mujeres en edad de trabajar (52,9%) forman parte de la fuerza laboral de Am¨¦rica Latina, un avance que se debe a su educaci¨®n. El 53,7% de las f¨¦minas activas tienen diez o m¨¢s a?os de estudios y el 22,8% cuentan con educaci¨®n universitaria, lo que contrasta con los ¨ªndices masculinos, que son del 40% y el 16%, respectivamente. Son los datos del estudio publicado por la Oficina Regional de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo para Am¨¦rica Latina y el Caribe.
Seg¨²n se asciende en la escala sociocultural se ve que las latinoamericanas est¨¢n aprovechando las oportunidades educativas que se les van abriendo. As¨ª, por ejemplo, en Brasil y Argentina se inscriben m¨¢s mujeres que hombres en la universidad. El problema, a resolver, aparece en la parte m¨¢s elevada de la pir¨¢mide laboral: apenas hay mujeres directivas. Tan solo un 1,8% de las compa?¨ªas de la regi¨®n son dirigidas por mujeres, y de las 500 mayores firmas latinoamericanas, ¨²nicamente nueve tienen al frente a una ejecutiva. Un caso paradigm¨¢tico (por lo positivo) es el de Brasil, donde no solo la petrolera estatal Petrobras, la mayor compa?¨ªa de Latinoam¨¦rica, est¨¢ presidida por Maria das Gra?as Foster, sino que hay otras seis mujeres en la presidencia y direcci¨®n general de otras tantas de las 500 mayores empresas del pa¨ªs.
Mucho m¨¢s numerosa es la representaci¨®n femenina en los ¨®rganos legislativos. En Latinoam¨¦rica, las mujeres est¨¢n siendo elegidas para ocupar cargos p¨²blicos en ¨ªndices que superan los de pa¨ªses m¨¢s desarrollados. As¨ª, por ejemplo, en Costa Rica y Argentina, cerca del 40% de los legisladores son femeninos, comparado con el 17% de Estados Unidos. Por no hablar de las jefas de Estado de la regi¨®n: Laura Chinchilla en Costa Rica, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner en Argentina, Dilma Rousseff en Brasil y Michelle Bachelet en Chile.
Se aprecia que la mujer empieza a tomar el control, pero todav¨ªa existe discriminaci¨®n. Una encuesta realizada entre m¨¢s de 20.000 mujeres de Argentina, Colombia, Chile y M¨¦xico reflej¨® que el 64% de las sondeadas se sent¨ªan discriminadas en el trabajo y solo el 34% estaban contentas con ¨¦l. Y el sueldo es uno de los aspectos por los que se encuentran en inferioridad de condiciones. Seg¨²n datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el desfase entre lo que percib¨ªa un hombre y una mujer entre 1992 y 2007 solo se ha recortado un 17%.
Por sectores, las mujeres ocupan el 33% de los puestos en las profesiones mejor pagadas de la regi¨®n (como la arquitectura, abogac¨ªa o ingenier¨ªa), siendo precisamente en estos trabajos donde la brecha salarial adquiere sus mayores proporciones: llega hasta el 58%. Entre las razones hacia las que apunta el estudio para explicar este desfase est¨¢n la mayor tendencia de la mujer a trabajar a jornada parcial, practicar el autoempleo y desarrollar su labor profesional en la econom¨ªa sumergida. Los datos abundan en el hecho de que la flexibilidad laboral, que permite a las mujeres participar en el mercado de trabajo mientras siguen a cargo de m¨²ltiples responsabilidades en los hogares, tiene un coste reflejado en salarios m¨¢s bajos.
Y eso que no es el salario lo primero que preocupa a la mujer trabajadora, es lo segundo. Antes est¨¢ su desarrollo profesional. Adem¨¢s de un clima laboral agradable, horario flexible y beneficios laborales, por ese orden.
El emprendimiento femenino es uno de los recursos m¨¢s desaprovechados de Am¨¦rica Latina, seg¨²n el informe Women¡¯s entrepreneurial venture scope, realizado por la consultora The Economist Intelligence Unit, que revela que ¡°la gran mayor¨ªa de las empresas dirigidas por mujeres en la regi¨®n son incapaces de ir m¨¢s all¨¢ de microempresas o salir de la econom¨ªa sumergida¡±. El problema para las mujeres que quieren montar negocios en Latinoam¨¦rica no es legal ni regulatorio, es netamente cultural. Y as¨ª es como las mujeres est¨¢n en posiciones de responsabilidad en el 23% de las peque?as empresas de la regi¨®n, pero solo en el 9% de las grandes.
El obst¨¢culo de la financiaci¨®n es la principal muralla que impide que haya m¨¢s emprendimiento femenino en Am¨¦rica Latina, donde son relativamente bajas las tasas de mujeres que utilizan cuentas en instituciones financieras formales para ahorrar y contratar pr¨¦stamos. Incluso en el ¨¢mbito de los microcr¨¦ditos, solo el 34,2% de la cartera de las instituciones microfinancieras regionales se asigna a pr¨¦stamos para mujeres. Las cifras lo dicen todo: entre el 55% y el 91% de la actividad empresarial de las mujeres de Am¨¦rica Latina y el Caribe tiene lugar en la econom¨ªa informal, lo que hace a las empresarias vulnerables, al tener restringido el acceso a fuentes formales de cr¨¦dito, algo que conlleva limitar las oportunidades de expansi¨®n y a disminuir la inversi¨®n en innovaci¨®n, y que finalmente afecta a la competitividad del pa¨ªs.
¡°La mujer est¨¢ mucho m¨¢s preparada que el hombre¡±
Elizabeth Tinoco, directora general adjunta de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo y directora regional para Am¨¦rica Latina y el Caribe, lleva desde 1991 trabajando en la OIT y luchando por el progreso de la mujer en el mundo laboral. Es venezolana, licenciada en Sociolog¨ªa y ha sido profesora de la Universidad Central de Venezuela en Historia Pol¨ªtica Contempor¨¢nea y de Am¨¦rica Latina.
Pregunta. ?Qu¨¦ ha impulsado el crecimiento de la fuerza laboral femenina en Am¨¦rica Latina?
Respuesta. En pocos a?os, la participaci¨®n laboral de la mujer latinoamericana ha pasado de un 30% a un 50%. Ello se debe a varias razones, pero principalmente a que la mujer ha ido incorpor¨¢ndose ¡ªy permaneciendo¡ª a los distintos niveles educativos. Ahora la mujer de la regi¨®n est¨¢ mucho m¨¢s preparada que los hombres.
P. ?En qu¨¦ campos de la econom¨ªa est¨¢ presente?
R. La mujer est¨¢ en profesiones que antes eran exclusivas de los hombres, como, por ejemplo, la banca, sectores con alta implicaci¨®n tecnol¨®gica, comercio, transporte e incluso el sector de la construcci¨®n.
P. ?La presencia mayoritaria de la mujer en el trabajo dom¨¦stico es un freno para la incorporaci¨®n a la vida laboral?
R. Sin duda alguna, aunque en esto hay que diferenciar entre los trabajos que est¨¢n remunerados y los que no, cuando este trabajo lo hacen en sus propias casas. Adem¨¢s, muchas veces, cuando se cobra se hace en negro, sin seguridad social, en condiciones de fragilidad laboral. En este caso, entran en la econom¨ªa informal, en la que hay otros 15 millones de mujeres en la regi¨®n, sobre un total de 18 millones de trabajadoras dom¨¦sticas.
P. ?Qu¨¦ ocurre con las ni?as trabajadoras?
R. En Am¨¦rica Latina se ha hecho mucho esfuerzo por reducir el trabajo infantil, sobre todo el femenino. Se ayuda a los padres a mantener a sus hijos escolarizados, y esto est¨¢ teniendo bastante ¨¦xito. En la medida en que los padres tengan un ingreso, los ni?os permanecer¨¢n en el sistema educativo.
P. ?Qu¨¦ est¨¢ haciendo la OIT en Am¨¦rica Latina para reducir todos estos desequilibrios?
R. Por ejemplo, promover la pol¨ªtica de salario m¨ªnimo como medida para evitar la desigualdad en las remuneraciones.
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