¡°La sociedad mexicana tiene todo el derecho a ser impaciente¡±
El hombre fuerte del Gobierno de Pe?a Nieto conf¨ªa en que la econom¨ªa se acelere este a?o
No hay tregua para Luis Videgaray. V¨ªctima de la agenda posiblemente m¨¢s intensa de M¨¦xico, el secretario de Hacienda llega veloz al sal¨®n Goya del madrile?o Teatro Real, responde sin rodeos y, tras 19 minutos 39 segundos, se despide con amabilidad. Desde el primer instante se percibe que lo suyo es coger el toro por los cuernos. ¡°Los d¨ªas son largos y los a?os cortos¡±, se excusa. Para la entrevista, se ha sentado al borde de un mullido sill¨®n escarlata. Erguido, la frente tensa, su mirada se clava en el interlocutor. Mientras habla, las espectaculares vistas al Palacio de Oriente que brinda la sala le quedan muy lejos: ¨¦l sigue en M¨¦xico defendiendo desde su puesto de secretario de Hacienda el nervio econ¨®mico de la reforma emprendida por el presidente, Enrique Pe?a Nieto.
¡°Nadie dijo que iba a ser sencillo, pero es indispensable. Y eso nos motiva¡±, afirma retador Videgaray (Ciudad de M¨¦xico, 1968). Es el hombre fuerte del Gobierno, el centro de todas las miradas, y ha logrado el raro m¨¦rito en M¨¦xico de que se hable m¨¢s de econom¨ªa que de narcotr¨¢fico.
¡ª?Ha pasado ya lo m¨¢s dif¨ªcil de la reforma?
¡ªEst¨¢ hecho lo que pol¨ªticamente es el reto m¨¢s grande, la reforma de la Constituci¨®n. Por ejemplo, lo que se ha conseguido en materia energ¨¦tica ha sido un logro hist¨®rico. Pero ahora viene algo extraordinariamente complejo, que es el proceso de implementaci¨®n. Los cambios constitucionales abren una oportunidad, capitalizar esa oportunidad depender¨¢ de ese proceso. Y eso le corresponde al Ejecutivo. Es en lo que trabajaremos este a?o y los venideros. Se trata de un reto distinto, pero igualmente dif¨ªcil.
El desaf¨ªo es complejo. Enrique Pe?a Nieto, tras sorprender al mundo con un fulgurante arranque de mandato, ha entrado en ese momento pendular que le alcanza a todo Gobierno y que, seg¨²n d¨®nde acabe, decidir¨¢ su lugar en la historia. La apuesta por un audaz programa de reformas en energ¨ªa, telecomunicaciones, finanzas o educaci¨®n le ha ubicado desde el principio en lo m¨¢s alto del podio pol¨ªtico latinoamericano. Al mismo nivel se han situado las expectativas de los mexicanos. Casi dos a?os despu¨¦s de su victoria, el n¨²cleo duro del proyecto sigue ejerciendo su fascinaci¨®n, sobre todo en el exterior. Pero los resultados a¨²n no se han materializado en el terreno econ¨®mico. El PIB contin¨²a con crecimientos d¨¦biles (en 2013 del 1,1%, y este a?o ya se han rebajado las previsiones al 2,7%). La reforma fiscal ha sido controvertida. Y las leyes sobre la energ¨ªa y las telecomunicaciones, los dos grandes referentes de la transformaci¨®n, siguen de gira parlamentaria, aunque se espera que se aprueben en las pr¨®ximas semanas.
¡ª?Son conscientes de que est¨¢ empezando a haber cierta impaciencia en M¨¦xico?
¡ªLa sociedad tiene todo el derecho a ser impaciente. Nos hemos convertido en una econom¨ªa abierta, estable, pero el crecimiento en M¨¦xico en los ¨²ltimos 30 a?os, con una media del 2,4%, ha dejado mucho que desear. Y el objetivo de las reformas es cambiar la tendencia de crecimiento para que sea m¨¢s acelerado. Pero es evidente que este proceso, en su implemen-taci¨®n, toma tiempo. Ser¨ªa una mentira ofrecer resultados inmediatos. Es natural que la ciudadan¨ªa, en una democracia vigorosa, los exija. Y para ello el Gobierno est¨¢ obligado a tomar acciones no solo estructurales, sino tambi¨¦n en el corto plazo, como lo estamos haciendo con el est¨ªmulo a la demanda interna por la v¨ªa del gasto p¨²blico.
Entre estas medidas para reactivar la econom¨ªa destacan el aumento del d¨¦ficit al 1,5% y un incremento de la inversi¨®n p¨²blica del 13,2% en el primer trimestre. El Banco de M¨¦xico, guardi¨¢n de la ortodoxia macroecon¨®mica, se ha sumado a la operaci¨®n y ha reducido por sorpresa los tipos de inter¨¦s medio punto (hasta el 3%). Las corrientes procedentes del exterior soplan a favor de este masivo intento de revitalizaci¨®n, sobre todo, porque Estados Unidos acaba de inaugurar un ciclo alcista, un factor clave para un pa¨ªs que destina el 80% de sus exportaciones al vecino del norte.
Son medidas que tendr¨¢n un impacto en el corto plazo. Esperamos que el resultado final del a?o sea mejor que el de 2013 y el del primer trimestre".
¡°Son medidas que tendr¨¢n un impacto en el corto plazo. Esperamos que el resultado final del a?o sea mejor que el de 2013 y el del primer trimestre. Pero a fin de cuentas lo que va a cambiar la tendencia de crecimiento en las pr¨®ximas d¨¦cadas son las reformas estructurales. Trabajamos pues en dos frentes: el estructural, con una visi¨®n de medio y largo plazo; y el inmediato, mediante medidas de est¨ªmulo¡±, explica este doctor en el Massachusetts Institute of Technology (MIT).
Videgaray atiende las preguntas tras haber participado en el encuentro M¨¦xico, reformar para crecer, organizado este lunes por EL PA?S en Madrid. Su intervenci¨®n en este foro se centr¨® en diseccionar las hist¨®ricas medidas anunciadas en diciembre de 2012; iniciativas que, excepto en el terreno energ¨¦tico y de las telecomunicaciones, han culminado ya su proceso legislativo.
Ahora, con la mira puesta en el horizonte, Videgaray espera que la tasa potencial de crecimiento (en torno al 5% del PIB) se empiece a alcanzar en la segunda mitad del sexenio. Ser¨¢ entonces cuando el efecto ¡°liberador¡± de las reformas empiece, seg¨²n el secretario de Hacienda, a generar una onda expansiva que durar¨¢ a?os: ¡°El presidente lo dijo con mucha claridad; llega para transformar a M¨¦xico no para administrar el Gobierno¡±.
Una parte importante de esta explosi¨®n debe proceder de la reforma estrella: la ruptura del monopolio estatal del gas y el petr¨®leo. La medida significa el fin de un s¨ªmbolo que naci¨® la noche del 18 de marzo de 1938 cuando el carism¨¢tico presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas anunci¨® en un mensaje a la naci¨®n la expropiaci¨®n de las compa?¨ªas petroleras, hasta entonces en manos de las multinacionales extranjeras. Setenta y seis a?os despu¨¦s, la apuesta de Pe?a Nieto promete la modernizaci¨®n de la anquilosada Pemex, gracias a la entrada de competencia extranjera.
Pero el fin del monopolio supondr¨¢ sobre todo la llegada de un enorme flujo de inversiones privadas. Como explica con frialdad el secretario de Hacienda: ¡°Hemos estimado que a finales de la d¨¦cada, la inversi¨®n directa en el sector de hidrocarburos puede llegar a ser de 50.000 millones de d¨®lares al a?o, ahora son 20.000 millones¡±. Estos c¨¢lculos, muy por debajo de previsiones de consultoras privadas, dan idea de la magnitud del reto que Videgaray tiene entre sus manos. Un desaf¨ªo para el que cuenta con el apoyo del presidente, al que considera su amigo, pero con distancia: ¡°?l es el que toma las decisiones y yo el que ejecuto lo que ¨¦l dispone¡±.
Tras decirlo, Videgaray, el hombre de los datos, esboza una r¨¢pida sonrisa.
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