BCE: el coste de ser lento
El retraso en adecuar la pol¨ªtica monetaria a la baja inflaci¨®n redujo el crecimiento y el empleo
Las medidas expansivas del BCE eran imprescindibles. El primer term¨®metro que lo ratifica es la reacci¨®n de los mercados. Sobre todo el de deuda. Desde hace una semana los bonos de los pa¨ªses perif¨¦ricos se abaratan a toda prisa. Cae la prima de riesgo a niveles casi hist¨®ricos. La causa inmediata de este rally bajista ser¨¢ la falta de alternativas de los inversores. Pero el motivo esencial es la intervenci¨®n del banco central. Y el anuncio de que si no basta una taza de caldo, dispensar¨¢ las que sea, esa afici¨®n de Mario Draghi a las palabras m¨¢gicas, bals¨¢micas.
Pero el efecto positivo en las primas de riesgo viene de atr¨¢s, desde su bienaventuranza del verano de 2012. Y no ha hecho m¨¢s que acelerarse. Desde el 25 de junio de 2013 al pasado 29 de mayo, el precio del bono espa?ol a diez a?os ha bajado en 209,3 puntos. Y el italiano se ha reducido en 204,5. Salvo ligeras variantes, la curva es id¨¦ntica. Los creyentes en que todo lo bueno se debe a su propio Gobierno y todo lo malo, a Europa, deber¨ªan preguntarse por este paralelismo. Si, como se arguye, Espa?a ha realizado una mir¨ªada de magn¨ªficas reformas, e Italia solo ahora inicia las principales (electoral, laboral, administrativa) ?por qu¨¦ las cotizaciones de sus deudas van parejas? ?No ser¨¢ acaso que les afecta m¨¢s Fr¨¢ncfort que los m¨¦ritos dom¨¦sticos?.
De modo que la del BCE, noticia estupenda. Pero tard¨ªa, y seguramente insuficiente, esa marca de la casa Europa. Fr¨¢ncfort ha tardado demasiado: la inflaci¨®n capota desde hace siete meses hacia cero, lejos del 2% acordado. En cambio, cuando avizora alza de precios, no espera ni un d¨ªa, reacciona al instante subiendo los tipos de inter¨¦s. Es una velocidad asim¨¦trica, inexplicada e intolerable. La lentitud es cara, el tiempo es oro. Tambi¨¦n en pol¨ªtica econ¨®mica. ?Tanto? La liberalizaci¨®n total del movimiento de capitales se inici¨® en 1990; la correspondiente armonizaci¨®n fiscal (y a¨²n: parcial, solo sobre el ahorro; y limitada a informaci¨®n mutua) fue propuesta por Bruselas ese mismo a?o, no empez¨® hasta 2003, y a¨²n sigue por completar. Coste de esa doble velocidad: una evasi¨®n/elusi¨®n fiscal anual de un bill¨®n de euros anuales en toda la UE. Otra diferencia, la libertad de circulaci¨®n de capitales es autom¨¢tica para los nuevos Estados miembros; la de personas suele someterse a largos per¨ªodos transitorios, a veces se suspende y ahora o¨ªmos a David Cameron y a Nicolas Sarkozy prop¨®sitos de restringirla. Costes de esta erosi¨®n, adem¨¢s del humano: un mercado com¨²n imperfecto y desequilibrado; un ¨¢rea monetaria infradotada de mecanismos migratorios de despresurizaci¨®n.
O en Espa?a, la reforma laboral abaratando el despido la aprob¨® el Gobierno el 10 de febrero de 2012, 50 d¨ªas despu¨¦s de tomar posesi¨®n. Pero las pol¨ªticas activas de empleo (reforma de los servicios de colocaci¨®n, formaci¨®n profesional, reciclaje) que nos recomienda la UE desde junio de 2012, hace ahora dos a?os, siguen en mantillas. Factura del desfase: un alto porcentaje de los nuevos parados de esta legislatura (1,2 millones).
Coste de la tardanza del BCE en bajar tipos y lanzar nuevas operativas expansivas: restricci¨®n crediticia, crecimiento d¨¦bil, recuperaci¨®n fr¨¢gil, aumento del paro. ?En qu¨¦ cuant¨ªa? Dif¨ªcil precisar su cuota-parte. Una referencia gen¨¦rica: el desempleo de EE UU ronda el 6,3% de la poblaci¨®n activa; en la UE, casi el doble, el 10,40%. El tiempo es oro. Perderlo es mal negocio. Y provoca sufrimiento.
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