Redefiniendo la prima de riesgo
El Gobierno deber¨ªa hacer todo lo posible por contener la deuda p¨²blica
Antes de 2009, los bonos soberanos europeos eran, en general, valores seguros, referencias por encima de las cuales se med¨ªa el riesgo. Hoy algunos de estos bonos se han convertido, en parte, en inversiones especulativas que han atra¨ªdo buena parte de la liquidez internacional. La b¨²squeda de la rentabilidad mueve esa liquidez entre diferentes localizaciones geogr¨¢ficas con una velocidad hasta ahora inusitada. Aunque los rendimientos de la deuda p¨²blica se est¨¢n reduciendo en buena parte de las econom¨ªas perif¨¦ricas, a¨²n se consideran t¨ªtulos atractivos. Sin embargo, tampoco se puede obviar que comienzan a producirse ventas considerables y que hacer caja comienza a ser una posici¨®n com¨²n entre estos inversores. Como las cantidades de estos pasivos acumulados han sido ingentes a ambas orillas del Atl¨¢ntico y los precios de estos t¨ªtulos se mueven con una velocidad que no es la usual, se habla de un riesgo de burbuja. Y en particular, de riesgo de burbuja perif¨¦rica.
Cuando la crisis se ceb¨® con la deuda soberana del sur de Europa, la prima de riesgo se convirti¨® en un concepto popular. Muchos ciudadanos aprendieron a interpretarla como el riesgo que entra?aba invertir en un pa¨ªs en relaci¨®n con otro pa¨ªs o referencia m¨¢s segura, que era y sigue siendo Alemania. Sin intenci¨®n de molestar ni de parecer enrevesado, interpretar los movimientos de la prima de riesgo es ahora algo m¨¢s complicado. Hoy se paga m¨¢s o menos lo mismo por el bono espa?ol en euros que por el estadounidense en d¨®lares y, de acuerdo con la definici¨®n anterior, tendr¨ªamos que concluir que los dos pa¨ªses entra?an similar riesgo. O no, porque lo que sucede es que los diferenciales de tipos responden a muchos otros factores en los mercados hoy en d¨ªa.
Por otro lado, la prima de riesgo espa?ola se ha reducido notablemente en el ¨²ltimo a?o, a veces cayendo en picado. Hubo sobrerreacci¨®n cuando las cosas estaban feas en 2012 y hay ahora tal vez demasiado optimismo sobre el recorrido a la baja del coste de los bonos soberanos perif¨¦ricos. En el caso de Espa?a, muchos opinan que la prima de riesgo a¨²n tiene recorrido a la baja. Lo que ocurre es que tambi¨¦n deber¨ªa reducirse (o dejar de crecer) estos pasivos en s¨ª para que el optimismo sobre la sostenibilidad del endeudamiento fuera completo y razonado. Cierto es que el Tesoro espa?ol ha aprovechado este contexto y ha hecho grandes operaciones para modificar plazos y/o reducir costes. Es tambi¨¦n encomiable la labor que se hizo para gestionar las emisiones en aquellos momentos tan delicados hace unos a?os, cuando la capacidad del pa¨ªs para colocar bonos estaba en entredicho.
Insisto, si el endeudamiento p¨²blico no deja de aumentar a los ritmos de los ¨²ltimos tiempos, crecer¨¢ la dificultad para enfrentarse a posibles movimientos bruscos de las primas de riesgo. Porque lo que ha cambiado, de forma sustancial, es la esencia de estos bonos, que hoy son m¨¢s que nunca objeto de especulaci¨®n. Sabido que la liquidez vuela r¨¢pido, la volatilidad potencial de la deuda (y su coste) sigue siendo alta y, por ello, hay que contenerla para reforzar la perspectiva de sostenibilidad. El Gobierno deber¨ªa hacer todo lo posible para contener la deuda p¨²blica, en paralelo al esfuerzo privado por reducir su carga.
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