El valor del tiempo
Esta semana volv¨ªa a la actualidad la propuesta de modificaci¨®n de la Ley de Propiedad Intelectual (LPI) que el Gobierno remiti¨® al Congreso de los Diputados en febrero. El d¨ªa 1 de julio se acababa el plazo para la presentaci¨®n de enmiendas al texto original, y se han recogido 169 enmiendas parciales que deber¨¢n ser debatidas este mes en la Comisi¨®n de Cultura.
Buena parte del debate sobre la LPI ha girado en torno a los controvertidos cambios en su art¨ªculo 32. La nueva redacci¨®n incluye el derecho irrenunciable de los editores de noticias a recibir una compensaci¨®n equitativa por las actividades de agregaci¨®n de contenidos informativos en Internet, lo que se ha conocido popularmente como el ¡°canon AEDE¡±.
Las valoraciones del canon que han hecho diversas entidades p¨²blicas y privadas han centrado su defensa o sus cr¨ªticas (seg¨²n el caso) en el efecto sobre las empresas que producen contenidos editoriales y sobre aquellas que ofrecen servicios de agregaci¨®n. Es indudable que hay mucho que analizar sobre el efecto que producir¨ªa la nueva legislaci¨®n sobre un mercado en el que no parece haber ning¨²n fallo, pero hay otro grupo de inter¨¦s al que se le ha prestado insuficiente atenci¨®n en las reflexiones de unos y otros. En efecto, cabe preguntarse cu¨¢l ser¨ªa el impacto de la introducci¨®n de un canon de estas caracter¨ªsticas sobre los ciudadanos o, m¨¢s concretamente, sobre los internautas que actualmente leen noticias en l¨ªnea.
Los agregadores cumplen una doble funci¨®n ante los usuarios: por un lado, ponen a su alcance un abanico amplio de fuentes de informaci¨®n que dif¨ªcilmente consultar¨ªan en otras condiciones. Por otro, reducen el tiempo necesario para encontrar las noticias que realmente quieren leer. Este efecto tiene un reflejo en la productividad de las personas, en la medida en que reducen los costes de b¨²squeda de informaci¨®n. Ahora bien, ?c¨®mo se puede medir este efecto desde el punto de vista econ¨®mico?
Una de las t¨¦cnicas m¨¢s extendidas para calcular la p¨¦rdida de bienestar asociada al mayor consumo de tiempo consiste en asignarle un valor que se identifica con el coste de oportunidad que tiene cada persona (el valor de la mejor alternativa disponible). En mercados en los que el precio expl¨ªcito pagado por un bien o servicio es muy bajo en comparaci¨®n con el valor del tiempo necesario para disfrutarlo (como ocurre en Internet), este enfoque nos permite concretar los impactos.
Esta aproximaci¨®n es la que hemos utilizado en el informe que Afi ha elaborado para la Coalici¨®n Pro Internet sobre los efectos econ¨®micos de la modificaci¨®n de la LPI. La aprobaci¨®n del canon AEDE conllevar¨ªa una ca¨ªda del bienestar valorada en 1.133 millones de euros al a?o en nuestro escenario central. B¨¢sicamente, cada segundo adicional perdido en la b¨²squeda de una noticia impacta negativamente sobre el internauta promedio en 65,7 euros al a?o. Obviamente, esta cifra no sale directamente de nuestro bolsillo, pero quiz¨¢ nos haga replantearnos el valor de nuestro tiempo y sirva para que el Gobierno reconsidere su propuesta en aras del inter¨¦s general.
?lvaro Mart¨ªn y Diego Vizca¨ªno son socios de Afi.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.