Berl¨ªn y Par¨ªs ciegan las v¨ªas de nueva financiaci¨®n al plan inversor de Juncker
Draghi: ¡°Sin inversiones se debilitar¨¢ la econom¨ªa europea a corto plazo¡±
La trinidad de Mario Draghi para salir de la crisis (reformas, pol¨ªtica monetaria y est¨ªmulos fiscales) tiene, de momento, pocos fieles. El ministro alem¨¢n Wolfgang Sch?uble ya ha dicho no a la flexibilizaci¨®n de las reglas presupuestarias y a las compras de activos del BCE. Alemania insiste en las reformas y la austeridad, pese a los magros resultados cosechados. Y reconoce que falta inversi¨®n ¡ªque ha ca¨ªdo un 15% desde los niveles precrisis¡ª, pero pone palos en las ruedas a los planes del presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, para activar un paquete inversor de 300.000 millones en tres a?os. En Bruselas trabajan ya varios equipos con ese objetivo. Juncker ha emplazado a todos sus comisarios a hacer propuestas en esa l¨ªnea y de forma urgente. Pero dif¨ªcilmente habr¨¢ fondos nuevos sin el pl¨¢cet de Berl¨ªn: Sch?uble firm¨® el pasado martes una carta dirigida al Ecofin en la que b¨¢sicamente cierra la puerta a que haya dinero fresco en ese plan. Su hom¨®logo franc¨¦s, el ortodoxo Michel Sapin, firma tambi¨¦n la misiva.
Draghi, salt¨® ayer detr¨¢s de esa liebre y asegur¨® en Mil¨¢n que sin inversiones ¡°la econom¨ªa europea se debilitar¨¢ a corto plazo y reducir¨¢ sus perspectivas a largo plazo¡±. Reiter¨® que la situaci¨®n econ¨®mica es preocupante. Y que para que funcione su plan triangular ¡ªreformas, est¨ªmulos monetario y fiscales¡ª ¡°cada uno de los actores tiene que hacer su parte¡±. En plata: Francia e Italia deben acometer las reformas; Bruselas y Berl¨ªn, flexibilizar las reglas fiscales y abrir las puertas a las inversiones; y el BCE ir un paso m¨¢s all¨¢ en su pol¨ªtica monetaria.
Todo eso est¨¢ en el alero, con unas capitales desconfiando de otras y Bruselas en medio, con la Comisi¨®n en tiempo de mudanza. Y sin ayudas para concretar el paquete de inversiones prometido. ¡°La eurozona se ha estabilizado. La estrategia de consolidaci¨®n fiscal favorable al crecimiento empieza a dar frutos. Vuelve la confianza: bajan los intereses de la deuda, aunque el legado de la crisis hace que el nivel de deuda siga alto y que el crecimiento sea d¨¦bil y vulnerable¡±, aseguran Sch?uble y Sapin. Ante esa mejor¨ªa¡ª que contrasta con el diagn¨®stico pesimista de Draghi¡ª, Europa ¡°debe continuar con las reformas y la consolidaci¨®n favorable al crecimiento¡±. Berl¨ªn y Par¨ªs s¨ª admiten que ¡°revivir las inversiones¡± es fundamental; al cabo, la recuperaci¨®n se ha estancado ¡°y no es descartable una tercera recesi¨®n¡±, informan fuentes del Eurogrupo.
Para evitarla hace falta demanda. Pero eso ni siquiera est¨¢ en los radares de los dos grandes pa¨ªses del euro. ¡°La inversi¨®n p¨²blica tiene un rol esencial en las infraestructuras, la atracci¨®n de inversi¨®n privada y la mejora del crecimiento potencial¡±, apuntan Sch?uble y Sapin, y en el paquete propuesto por Juncker ¡°la inversi¨®n debe jugar un elemento central¡±. Pero el rastro del dinero nuevo que permita apuntalar la d¨¦bil demanda continental no se ve por ning¨²n lado. El plan Juncker, seg¨²n Berl¨ªn y Par¨ªs, debe centrarse en la palanca que ofrecen los instrumentos financieros complejos y en los fondos comunitarios ya existentes, y en un papel m¨¢s activo del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Nada m¨¢s.
Todo se f¨ªa al apalancamiento (el uso de instrumentos financieros para multiplicar el impacto del capital invertido) a trav¨¦s del BEI, que debe asumir ¡°una mayor toma de riesgos¡± con ¡°se?ales pol¨ªticas claras dirigidas a su presidente¡±, el alem¨¢n Werner Hoyer. Fuentes del Gobierno espa?ol explican que lo esencial ¡°siguen siendo las reformas y los est¨ªmulos fiscales y monetarios¡±, y que, en todo caso, el plan inversor de Juncker ¡°no es la variable fundamental¡±. Aun as¨ª, ¡°Espa?a es partidaria de inversiones bien orientadas, para mejorar la interconexi¨®n energ¨¦tica y de transportes. Pero no va a haber dinero nuevo m¨¢s all¨¢ del papel m¨¢s activo del BEI¡±, seg¨²n el Ejecutivo. Esa es una vieja historia: cada vez que Europa habla de est¨ªmulos acaba girando la vista hacia los fondos ya presupuestados y el BEI, convertido ¡°en una especie de plan de pensiones obsesionado con su triple A¡±, seg¨²n fuentes europeas. Ante el escaso apetito por una nueva inyecci¨®n de capital en el BEI, la carta de Sch?uble y Sapin deja un solo resquicio para ver algo nuevo. Apuesta por crear ¡°un fondo de garant¨ªas financiado con el presupuesto de la UE¡±, cuando este se revise. Eso ser¨¢ all¨¢ por 2016.
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