Las universidades m¨¢s punteras del mundo en el uso de las tecnolog¨ªas
As¨ª es la educaci¨®n en cuatro prestigiosos centros en Estados Unidos, Reino Unido y Suiza
Cuatro prestigiosos centros, dos en Estados Unidos, uno en Suiza y otro en Reino Unido, son reconocidos por emplear las herramientas m¨¢s novedosas.?
1. Stanford, la reina de la costa oeste
No es sencillo mantener la vitola de l¨ªder cuando la competencia se multiplica a gran velocidad. La Universidad de Stanford, ubicada en un extenso terreno a las afueras de Palo Alto (California), ha crecido de la mano de Silicon Valley. Nacida en 1885, como un tributo de Lelan Stanford, uno de los grandes magnates del ferrocarril, a su hijo que muri¨® adolescente, acapara en sus aulas el mayor n¨²mero de premios Nobel como docentes, un total de 22, as¨ª como cinco premios Pulitzer. Desde su fundaci¨®n tuvo una ambici¨®n emprendedora, pero no es el ¨²nico centro en el coraz¨®n de innovaci¨®n. Carnegie Mellon, de Pensilvania, tiene un campus a pocos kil¨®metros. Berkeley, la p¨²blica mejor valorada de las que orillan con el oc¨¦ano Pac¨ªfico, se encuentra al otro lado de la Bah¨ªa.
En la ciudad, la Universidad de San Francisco, regida por los jesuitas, y un centro emergente, la Academia de Arte, plantan cara al m¨ªtico escenario en el que Steve Jobs proclam¨® uno de sus discursos de graduaci¨®n m¨¢s inspiradores. Stanford fue el lugar que escogi¨® para explicar c¨®mo, tras saber que padec¨ªa un c¨¢ncer seguramente terminal, trataba de dar sentido a su vida. Este verano, el encargo de dar el pistoletazo de salida del nuevo curso fue Bill Gates.
"Si un alumno no aprende es responsabilidad de su profesor", es la m¨¢xima que rige en el Centro de California
El ¨²ltimo golpe de efecto para hacer crecer su leyenda es Maryam Mirzajani (Teher¨¢n, 1977), profesora de matem¨¢ticas en el centro desde 2007, que acaba de ser reconocida con el premio de matem¨¢ticas Fields Medal, considerado del mismo nivel que un Nobel.
Poderosos exalumnos
Sin embargo, su mejor aval no est¨¢ solamente entre los profesores, sino tambi¨¦n entre los que un d¨ªa estudiaron en sus aulas. Es sobradamente conocido que dos grandes revolucionarios, Larry Page y Sergey Brin, fundaron Google durante su ¨¦poca de estudiantes de doctorado. Steve Ballmer, exconsejero delegado de Microsoft, y Marissa Mayer, la mujer m¨¢s poderosa en el mundo de la tecnolog¨ªa, que dicta los designios de Yahoo! son el coraz¨®n de Silicon Valley. William Hewlett y David Packard, los fundadores de HP en 1939 tambi¨¦n pasaron por sus aulas. Deportistas de elite han estudiado en Stanford, el tenista John McEnroe, el quaterback Elway o el golfista Tiger Woods.
Este plantel de personalidades de ¨¦xito ha hecho que las solicitudes de admisi¨®n sean muy superiores a la capacidad del centro. En el curso que comienza tuvieron la tasa m¨¢s baja de admisiones de su historia, apenas un 5% de quienes pidieron plaza la obtuvieron. ?Cu¨¢l es la f¨®rmula del ¨¦xito en Stanford? Lee Shulman (Chicago, 1938), psicopedagogo, es el creador de una forma de ense?ar cuya m¨¢xima es: ¡°Si un alumno no aprende, es responsabilidad del profesor¡±. Lo explica con una met¨¢fora en la que el profesor se convierte en un m¨¦dico cuya clase es la sala de urgencias tras una cat¨¢strofe. As¨ª, cada paciente tendr¨¢ unas urgencias y necesidades distintas. ¡°El galeno debe atender a todos y, si un paciente muere, es su responsabilidad¡±.
Los denominados MOOC, cursos masivos online, juegan un papel clave en la extensi¨®n de la universidad m¨¢s all¨¢ de su campus. Su trayectoria es extensa, en 1969 comenzaron a emitir por onda corta, en televisi¨®n, y en 1996 se estrenaron en Internet. Formaci¨®n contin¨²a, alianza con Coursera, una plataforma que aglutina a m¨¢s centros, posibilidad de certificaci¨®n de cursos, y, sobre todo, una estrategia que los aleja del resto, el incentivo para seguir estudiando hasta terminar la materia. El gaming, como se denomina a las mec¨¢nicas propias de los v¨ªdeos para conseguir metas, est¨¢ implantada en su universo online.
En 2013 se sumaron al MIT, Harvard y Google para crear una plataforma de c¨®digo abierto, OpenEdX, donde profesores y alumnos, en su mayor¨ªa de postgrado, debaten y comparten sus investigaciones.
Todos los alumnos que pasan por sus aulas deben elegir una serie de asignaturas que dan un sello, un sustrato diferenciador: primero, un trimestre sobre la importancia del pensamiento, y despu¨¦s los 11 cursos de la asignatura Formas de pensar, formas de hacer, que profundizan en temas como est¨¦tica, an¨¢lisis cient¨ªfico, razonamiento formal, ¨¦tico y moral, y expresi¨®n creativa. A esto se suma la red social que se crea una vez que se forma parte del centro. Un pasaporte a empresas de alto nivel en el mundo de la tecnolog¨ªa y grandes inversores.
Dentro del campus, cuyo m¨¢ximo benefactor es John Arrillaga, empresario de ra¨ªces vascas, viven casi todos los alumnos, el 97%. La inversi¨®n total, sumando la del propio centro como de firmas privadas, en investigaci¨®n suma 1.300 millones de d¨®lares (algo m¨¢s de 1.000 millones de euros). La cr¨ªtica m¨¢s frecuente entre los alumnos no son sus tasas (a partir de unos 31.000 euros por curso), ni su elitismo, sino la constante presi¨®n que se ejerce sobre los antiguos alumnos para que donen, aporten o, incluso, dejen parte de su herencia para asegurar la continuidad.
2. Cristal y robots en el MIT
Edi?cios dise?ados por Frank Gehry, despachos para profesores envueltos en cristal, salas de trabajo en las que los estudiantes prueban a insertar chips luminosos en dise?os de moda, aulas por las que caminan robots y clases en las que el aprobado se consigue creando una empresa. Es el Massachusetts Institute of Technology (MIT), la universidad de Boston que lidera la ense?anza superior estadounidense, entre otros muchos ¨¢mbitos, cuando se trata de combinar la educaci¨®n y el uso de la tecnolog¨ªa por alumnos y profesores.
All¨ª se estudia desde hace varios a?os la evoluci¨®n de la capacidad de aprendizaje de los estudiantes, seg¨²n ha ido aumentando su exposici¨®n a la tecnolog¨ªa, as¨ª como el proceso de adaptaci¨®n que deben llevar a cabo los profesores. En el MIT, los port¨¢tiles en clase parecen parte del mobiliario. Como en todas las universidades del pa¨ªs, tambi¨¦n est¨¢n en la cafeter¨ªa, en la biblioteca y en las explanadas donde descansan los estudiantes. La diferencia es que, cada vez en mayor proporci¨®n, los estudiantes dan clase fuera del aula.
El ordenador port¨¢til y una conexi¨®n a Internet son s¨®lo el principio de una revoluci¨®n en el mundo de la ense?anza que, seg¨²n el experto espa?ol Pere Estupinya, exalumno del MIT, ¡°ya no tiene vuelta atr¨¢s¡±. Para Estupinya, el MIT es el ejemplo de una redistribuci¨®n el tiempo dedicado al estudio y el que se pasa dentro del aula, en la que aumenta signi?cativamente el primero. ¡°Ir a clase ha perdido sentido¡±, asegura.
Clase no presencial
En EE UU, 9 de cada 10 universitarios se comunican con frecuencia con sus profesores a trav¨¦s del correo electr¨®nico, 7 de cada 10 toman apuntes en un ordenador, no en papel, y el 98% lee libros de texto en lectores electr¨®nicos. Las ¨²ltimas previsiones a?rman que este a?o 22 millones de estudiantes se registrar¨¢n en clases online, no presenciales. Seg¨²n el Centro Pew de Investigaciones, la irrupci¨®n de la tecnolog¨ªa en el aula tiene cuatro impactos signi?cativos en la educaci¨®n: facilita la creaci¨®n de conocimiento en grupo; la conectividad cambia el lugar donde se estudia y las expectativas del alumno; las redes sociales impulsan el aprendizaje a trav¨¦s de la pr¨¢ctica, y surgen nuevos tipos de estudiantes.
Conscientes de esta tendencia, los responsables del MIT se aliaron en 2012 con la universidad m¨¢s prestigiosa del mundo, la de Harvard, tambi¨¦n en Boston, para lanzar su ambicioso proyecto EdX de clases online. El anuncio sacudi¨® a las instituciones educativas de todo el mundo -?c¨®mo pod¨ªan poner a disposici¨®n de cualquiera las mismas titulaciones por las que pagan sus alumnos?-, pero dentro del MIT continuaba, impasible, un proceso que va camino de cambiar la ense?anza tal y como la conocemos hasta ahora.
¡°El alumno accede a toda la informaci¨®n de la asignatura a trav¨¦s de Internet y solo va a clase a hacer proyectos o a conversar con su profesor¡±, explica Estupinya. El experto asegura que la universidad estadounidense aborda este proceso en dos direcciones: hacia dentro, cambiando la manera de ense?ar para adaptarse a aulas digitales o virtuales, y hacia fuera, abriendo sus puertas a cualquiera a trav¨¦s de Internet.
Pero ninguno de estos cambios ser¨ªa posible si no encajara con otro concepto de alumno. Los universitarios estadounidenses saben que la responsabilidad de aprender es suya, est¨¢n acostumbrados a dise?ar su propio curr¨ªculo y asumen que la participaci¨®n y su implicaci¨®n en las lecciones es parte de la nota. ¡°Saben que no tienen excusa para decir que no han aprendido porque no sab¨ªan d¨®nde estaba la informaci¨®n¡±, dice Estupinya.
3. El modelo suizo
Con sedes en Z¨²rich y Lausana, el Swiss Federal Institute of Technology est¨¢ considerado como una de las mejores universidades t¨¦cnicas del mundo. En Europa, su prestigio solo es comparable al de Oxford o el Imperial College de Londres. La Escuela Polit¨¦cnica Federal de Z¨²rich (EPFZ) fue fundada en el a?o 1855 y cuenta entre sus ex alumnos nada menos que a Albert Einstein. Entre sus graduados hay 21 ganadores del Premio Nobel.
Para comprender lo excepcional del modelo suizo encontramos a David Atienza Alonso en el flamante Rolex Learning Center de la Escuela Polit¨¦cnica Federal de Lausana (EPFL) instituci¨®n hermana de la de Z¨²rich. Este espa?ol formado en la Complutense es profesor titular de Ingenier¨ªa Electr¨®nica e Inform¨¢tica y fue contratado en 2008 para modernizar la ense?anza de las ingenier¨ªas aplicando nuevas tecnolog¨ªas. ¡°Soy especialista en sistemas empotrados y en arquitectura de computadores, que es lo que encontramos en smartphones o tabletas¡±, se presenta el profesor Atienza.
¡°En el Swiss Federal Institute of Technology los estudiantes trabajan con sistemas reales desde el primer momento. En el primer a?o los ingenieros estudian una base com¨²n de matem¨¢ticas, f¨ªsica y qu¨ªmica, pero ya en el segundo a?o se especializan en cursos desarrollados como laboratorios orientados a la pr¨¢ctica laboral. Usamos una consola de videojuegos Nintendo DS, la tableta Google Nexus y los smartphones Android y iPhone pues tienen todo lo que van a necesitar comprender para cualquier sistema electr¨®nico de ¨²ltima generaci¨®n¡±, comenta el madrile?o.
Como parte de sus innovaciones en materia de ense?anza, la EPFL ha eliminado los ex¨¢menes escritos ya que se prefiere que los estudiantes aprendan trabajando en proyectos concretos. Pero si algo define la excepcionalidad del modelo suizo en materia de ense?anza, son los conceptos de flexibilidad y dinamismo. La EPFL puede adaptar sus planes de estudio, dise?ados a medida de las distintas secciones: Ingenier¨ªa Electr¨®nica, Inform¨¢tica, Bio-Ingenier¨ªa, etc. ¡°Esto es excepcional, pero creemos que el estudiante tiene inter¨¦s en aprender, y por eso permitimos que se formen en las ramas t¨¦cnicas que realmente les interesen. Mientras que en Espa?a cualquier cambio en los planes de estudio puede tomar a?os y depende del Ministerio, en Suiza el profesor tiene autoridad para tomar decisiones en acuerdo con el director de su secci¨®n¡±.
Otra caracter¨ªstica esencial es la estrecha colaboraci¨®n con las empresas y el mundo profesional real, ya que tanto la EPFL como la EPFZ responden a sus necesidades. Es por ello que los suizos obtienen recursos tecnol¨®gicos (y financieros) inauditos en otras latitudes. ¡°A las empresas les interesa tener ingenieros formados en sus propios sistemas, lo que permite que se integren inmediatamente al mundo laboral. Nuestros graduados rinden desde el primer d¨ªa de trabajo¡±, explica el profesor David Atienza.
El Swiss Federal Institute of Technology da tambi¨¦n gran importancia al MOOC, o ¡°Massive Online Open Courses¡±, lo que permite que el alumno disponga de libertad total y no est¨¦ atado al laboratorio de su facultad, sino que pueda repetir los ejercicios tantas veces como lo considere necesario, y lo pueda hacer desde su casa, con su port¨¢til y material propio.
En el formato de clases actual en la EPFL todos los estudiantes pueden utilizar sus port¨¢tiles como elemento fundamental para las clases. Si no tienen, la EPFL les suministra puestos de trabajo disponibles desde las 7:00 hasta las 21:00. Los estudiantes pueden trabajar en la EPFL y la conexi¨®n a internet es total. El nuevo edificio del Rolex Learning Center integra como ¡°biblioteca central¡± salas donde los estudiantes pueden hacer sus proyectos en grupos, descansar en la cafeter¨ªa e incluso sof¨¢s y zonas de lounge para trabajar durante las 24 horas del d¨ªa. En general, la asistencia a clases te¨®ricas no representa m¨¢s que un porcentaje muy peque?o (no m¨¢s del 30%) del tiempo que el estudiante pasa trabajando en el laboratorio. En cuesti¨®n de tutor¨ªas, el 80%-90% de las preguntas y respuestas se hacen mediante foros online.
Autonom¨ªa financiera
Otro elemento fundamental es el dinamismo que hace que los graduados deban irse a otras universidades durante al menos dos o tres a?os si quieren ser profesores. Tal como explica David Atienza, nadie puede graduarse en la EPFL, hacer su doctorado en la misma escuela y ser profesor sin un concurso abierto con candidatos extranjeros. ¡°Es algo impensable, dado que hacemos todo lo posible por eliminar la endogamia¡±, precisa. El Swiss Federal Institute of Technology aplica procesos de evaluaci¨®n independientes para cada nueva plaza que surge y es necesario que haya entre 150 y 200 candidatos. Si no hay suficiente calidad y diversidad de candidatos, los suizos prefieren declarar la vacante desierta.
A ello se suman una jerarqu¨ªa m¨ªnima y una autonom¨ªa de recursos financieros casi total. El profesor solo depende del decano y luego de la direcci¨®n, formada por los vicepresidentes y el presidente de la EPFL o de la EPFZ. ¡°Dado que no hay jerarqu¨ªas es muy f¨¢cil innovar a nivel cient¨ªfico y educativo. Si hay inter¨¦s, se modifican los programas de estudio, y se agregan o quitan las asignaturas y cursos que sea necesario. Es as¨ª que estamos siempre a la ¨²ltima¡±, comenta el profesor espa?ol.
En Suiza los estudiantes no se pueden eternizar. La idea es que entran los mejores, que casi no pagan nada por la matr¨ªcula, pero se espera que se dediquen por completo a sus estudios. ¡°Por tanto, el que repite dos a?os va a la calle. Es as¨ª que al segundo curso solo llegan los mejores y los m¨¢s motivados. No hace falta mantener una cantidad de estudiantes solo para llenar una cuota. Aqu¨ª lo esencial no es tener que rendir cuentas ante el ministerio sobre el volumen de estudiantes, sino la calidad de los ingenieros que salen. De hecho, hoy en d¨ªa un ingeniero de la EPFL hace apenas tres entrevistas de media antes de encontrar trabajo y su tasa de desempleo es menor del 1%¡±, concluye el profesor David Atienza.?
4. El caso de la universidad de Cambridge
Estudiar ya no puede separarse del uso de las nuevas tecnolog¨ªas. As¨ª lo entienden en el Reino Unido, donde hace ya ocho a?os una encuesta realizada entre profesores de ingl¨¦s de diversas universidades ya demostraba que el 11% de ellos utilizaban blogs en sus clases, el 12% utilizaban podcasts y el 54% pizarras interactivas. El 73% ya entonces ten¨ªa muy claro que su trabajo como profesor iba a cambiar radicalmente a causa de la tecnolog¨ªa.
Ocho a?os son casi un milenio cuando se habla de tecnolog¨ªa en el siglo XXI. ?C¨®mo est¨¢n las cosas hoy? El mejor ejemplo brit¨¢nico de c¨®mo la ense?anza universitaria ha sabido asimilar la llegada de tabletas, tel¨¦fonos inteligentes, e Internet est¨¢ en Cambridge. Esta veterana, que celebr¨® su 800 cumplea?os en 2009, est¨¢ considerada una de las cinco mejores universidades del mundo por el Times Higher Education Ranking. Y navegar por su web explica en parte el por qu¨¦. Sus cien bibliotecas pueden consultarse online, todas las conferencias se cuelgan en la web y pueden bajarse para escucharse en cualquier momento (accesibles aunque no seas alumno). Adem¨¢s han creado una serie llamada PhDcasts donde los estudiantes de doctorado explican qu¨¦ est¨¢n investigando. Hasta el coro de la universidad puede escucharse en podcast. Todo est¨¢ centralizado a trav¨¦s de la web, donde los profesores pueden abrir canales de comunicaci¨®n para sus clases en los que compartir informaci¨®n con los alumnos o incluso mantener videoconferencias. De hecho, en los ¨²ltimos seis a?os Cambridge ha invitado a todos sus profesores a hacer el esfuerzo de facilitarle a los estudiantes el seguimiento de sus clases tambi¨¦n a trav¨¦s de Internet, ofreci¨¦ndoles la tecnolog¨ªa necesaria para alojar v¨ªdeo, ejercicios, bibliograf¨ªa y todo lo necesario para que el alumno pueda seguir su propio ritmo sin estar limitado por la asistencia a las clases y permitiendo la relaci¨®n directa profesor/alumno online.
?Particularmente importante ha sido la aportaci¨®n del Computer Laboratory, inaugurado hace 75 a?os y donde naci¨® uno de los primeros ordenadores de la historia, el ESDA. Desde ah¨ª se han coordinado todas estas iniciativas y desde ah¨ª ahora se ha creado tambi¨¦n una web dedicada a dar apoyo a los profesores, que en muchos casos no han viajado a la misma velocidad que las nuevas tecnolog¨ªas. La universidad adem¨¢s les ofrece incentivos econ¨®micos para que desarrollen nuevas f¨®rmulas de ense?anza basadas en las nuevas herramientas.
Una versi¨®n anterior de esta noticia no inclu¨ªa la informaci¨®n sobre la universidad de Cambridge.
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