Confusi¨®n sobre la liquidez
Uno de los ingredientes que faltan para que fluya el cr¨¦dito es que escasea la demanda solvente
La econom¨ªa europea est¨¢ estancada y la preocupaci¨®n que esto genera est¨¢ concentrando gran parte de la agenda pol¨ªtica internacional. De las pocas acciones esperanzadoras que se han adoptado para tratar de cambiar esta senda depresiva, las operaciones de financiaci¨®n orientadas hacia el cr¨¦dito del Banco Central Europeo (los TLTRO) eran una buena parte. Tras la primera ronda celebrada la semana pasada ha cundido un cierto pesimismo. La cantidad solicitada (82.601 millones de euros) fue entre un 20% y un 30% inferior a la esperada. Sin embargo, considerar los TLTRO un fracaso me parece apresurado y err¨®neo. Hay un n¨²mero importante de detalles que deben tenerse en cuenta y, por encima de todos ellos, una lecci¨®n importante: para estimular el cr¨¦dito hace falta algo m¨¢s que liquidez. Se ha generado cierta confusi¨®n sobre la liquidez como la gran referencia porque se ha fiado todo al BCE. Pero faltan otros ingredientes para fomentar el cr¨¦dito.
Respecto a lo que puede deducirse del primer TLTRO, un detalle muy importante es la participaci¨®n de 255 bancos europeos. Esto, por s¨ª solo, hace absurdas algunas interpretaciones que consideran que se trata de un mecanismo estigmatizador que se?ala al que lo pide como una entidad d¨¦bil. Lo que s¨ª que hubo en esta tanda inicial es algo de precauci¨®n y una importante concentraci¨®n de las peticiones en las econom¨ªas perif¨¦ricas. Entre Italia y Espa?a, al parecer, se acapar¨® m¨¢s del 50% de la financiaci¨®n. Hubo realmente pocas solicitudes de los pa¨ªses del llamado n¨²cleo duro, encabezados por Alemania. Esto se debe, en parte, a que muchos de estos bancos est¨¢n esperando a los resultados de las pruebas de esfuerzo en octubre y de la evaluaci¨®n global del BCE en noviembre para fijar su posici¨®n. La segunda ronda de TLTRO, en diciembre, deber¨ªa ser algo m¨¢s animada. Otra cuesti¨®n importante es que entre las sorpresas del BCE de principios de mes el anuncio de compras de activos titulizados ha hecho tambi¨¦n que algunos bancos adopten una estrategia de ¡°esperar y ver¡±. La idea es que muchas entidades financieras pueden preferir esperar y vender sus activos titulizados al BCE en lugar de usarlos ahora como garant¨ªa para solicitar fondos al propio BCE. Por lo tanto, algunos de los objetivos del BCE pueden estar solap¨¢ndose pero puede que, en su conjunto, funcionen.
En cuanto a los ingredientes que faltan para que fluya el cr¨¦dito ¡ªm¨¢s all¨¢ de la ensalada de interpretaciones para todos los gustos sobre la liquidez¡ª, tal vez el m¨¢s evidente es que a¨²n escasea la demanda solvente. Y la rebaja de expectativas de crecimiento en Europa tampoco ayuda. Pero hay otro elemento esencial y muy poco comentado. Los bancos en todo el mundo se enfrentan a una revoluci¨®n imparable de cambio tecnol¨®gico y comercial y, para afrontarla, necesitan reestructuraci¨®n y redimensionamiento. En Europa esa necesidad es innegable. La transformaci¨®n implica una explotaci¨®n m¨¢s adecuada de las enormes cantidades de informaci¨®n manejada (el big data), una adaptaci¨®n de procesos tecnol¨®gicos y nuevas capacidades de evaluaci¨®n de riesgos, m¨¢s flexibles y orientadas de forma mayoritaria hacia las pymes. Estos temas fueron analizados ayer en la presentaci¨®n de la revista Papeles de Econom¨ªa Espa?ola sobre nuevos negocios bancarios en Funcas, con una conclusi¨®n interesante: las reformas afectan a toda la econom¨ªa y son el principio de algo nuevo. El sector bancario no es una excepci¨®n. La liquidez es gasolina, pero la banca precisa nuevos motores.
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