La banca invierte en f¨ªsicos
Los cient¨ªficos entran en finanzas para manejar productos cada vez m¨¢s complejos
Ignacio Ari?o (Barcelona, 1973) intentaba, durante su doctorado en F¨ªsica, medir una simetr¨ªa entre part¨ªculas y antipart¨ªculas. Era 2001 y repart¨ªa su tiempo entre la Universidad de Barcelona y Hamburgo, donde tambi¨¦n trabajaba en un acelerador de part¨ªculas. Se hab¨ªa sumergido en la f¨ªsica experimental, entre ¡°cables, aparatos electr¨®nicos y an¨¢lisis de datos¡±, cansado del ¡°papel y el l¨¢piz¡± de la f¨ªsica te¨®rica. Pero Ignacio Ari?o ya no se dedica a la f¨ªsica. Ahora es un quant (abreviatura de analista cuantitativo) en un gran banco, uno de esos cient¨ªficos metidos a financieros que tratan de comprender c¨®mo se comportan los mercados: analizan el riesgo, controlan fondos de inversi¨®n o est¨¢n implicados en el high frecuency trading, que realiza, mediante potentes ordenadores, infinidad de operaciones burs¨¢tiles en mil¨¦simas de segundo. ¡°Pocos de mis compa?eros de generaci¨®n han conseguido plaza fija en su rama¡±, justifica. Las finanzas le dan la oportunidad de aplicar sus conocimientos y ganarse la vida dignamente, ante la precaria situaci¨®n de los cient¨ªficos.
Aunque las matem¨¢ticas financieras comienzan su andadura a finales del siglo XIX, la figura de los quants se populariza a partir de los a?os ochenta. Fue por aquella ¨¦poca cuando las matem¨¢ticas que se aplicaban al parqu¨¦ burs¨¢til se hicieron tan complejas (un aceler¨®n que comenz¨® en 1973 con la ecuaci¨®n de Black, Scholes y Merton, que permit¨ªa valorar una opci¨®n de compra o venta de acciones en el futuro) que hizo falta la competencia de especialistas en ciencias duras para lidiar con ellas: f¨ªsicos, matem¨¢ticos, bi¨®logos, ingenieros o inform¨¢ticos, que dejaron la investigaci¨®n acad¨¦mica en prestigiosas universidades como Harvard o Cambridge para acudir a Wall Street a intentar domarlo y, de paso, ganar un buen dinero. Mientras que las finanzas tradicionales eran meramente descriptivas, ahora las finanzas cuantitativas trataban de generar modelos que arrojasen predicciones, a la manera cient¨ªfica.
¡°En finanzas se utilizan matem¨¢ticas complejas como ecuaciones en derivadas parciales o c¨¢lculos de probabilidad¡±, explica Ari?o. Sin embargo, la econom¨ªa no es una ciencia exacta: ¡°Es algo que est¨¢ m¨¢s cerca de la sociolog¨ªa que de la f¨ªsica. Hay ciertas cosas que se pueden matematizar, pero no la locura de las personas¡±, dice. Andrew Lo, profesor de finanzas del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT), lo ejemplifica de esta manera: mientras que en f¨ªsica s¨®lo se necesitan tres leyes para explicar el 99% de los asuntos, en finanzas se necesitan 99 leyes para explicar solo un 3%.
En la pel¨ªcula Margin Call (2011), que narra las horas previas al desplome de un gran banco de inversi¨®n que podr¨ªa ser un trasunto de Lehman Brothers, uno de los protagonistas es un joven ingeniero espacial que abandona la ciencia por los tentadores salarios del mundo de las finanzas. Para algunos, los quants, como este personaje, son cient¨ªficos visionarios y genios de los negocios. Otros los critican por haber abandonado el apol¨ªneo quehacer de la ciencia, supuestamente desinteresado y en pos del conocimiento humano, por la dionisiaca org¨ªa financiera; y hasta se les acusa de generar la crisis con sus endiablados productos derivados, como ocurre en el documental Quants: the alquemists of Wall Street (2010).
"Dej¨¦ la tesis porque me ofrec¨ªan un sueldo de 500 euros al mes; en el banco me pagan bien¡±, dice Montealegre
?Cu¨¢l es su implicaci¨®n real en la crisis? ¡°Algunos quants se endiosaron, pensando que pod¨ªan modelar escenarios cada vez m¨¢s complejos¡±, explica el matem¨¢tico Jos¨¦ Javier N¨²?ez, profesor de la Universidad de Alcal¨¢ y director del m¨¢ster en Finanzas Cuantitativas. ¡°Hab¨ªa hip¨®tesis err¨®neas, como que la quiebra de una entidad era un suceso independiente, aunque luego se comprob¨® que pod¨ªa provocar una reacci¨®n en cadena, y otras incompletas. Todo estaba relacionado. Al plantear hip¨®tesis para simplificar los c¨¢lculos, como se hace en ciencia, se cometieron imprudencias. Pero esa fue solo una de las diversas causas de la crisis¡±.
En el libro de reciente aparici¨®n Cuando los f¨ªsicos asaltaron los mercados (Ariel), en el que James Weatherall narra la historia de las matem¨¢ticas financieras, se da otra versi¨®n de los hechos: ¡°Mucho antes de la crisis se barajaban ideas que podr¨ªan haber evitado el derrumbe financiero. No obstante, pocos bancos, fondos y reguladores gubernamentales dieron muestras de escuchar a los f¨ªsicos, cuyos avances podr¨ªan haber representado una gran diferencia¡±. Aun as¨ª, seg¨²n relata, fue tras la aparici¨®n de los quants cuando la industria de los servicios financieros creci¨® en Estados Unidos seis veces m¨¢s r¨¢pido que la econom¨ªa en su conjunto.
Sobre la complejidad de los productos financieros, algunos de los cuales generaron el desastre, habla Juan Ignacio Gil G¨®mez: ¡°Cuando estaba en banca a veces me encontraba ante productos tan complejos que ya no es que me costara valorarlos, es que ten¨ªa que dedicar mucho tiempo y esfuerzo para entenderlos¡±. Gil G¨®mez es un f¨ªsico te¨®rico de formaci¨®n que ahora trabaja en una gran empresa de energ¨ªa, porque los quants tambi¨¦n se han incorporado a este sector, o al de los seguros. Aqu¨ª se tienen en cuenta variables como el precio de los combustibles para decidir si se debe encender una central t¨¦rmica, que seg¨²n el f¨ªsico ¡°es un razonamiento similar a decidir si se ejerce una opci¨®n¡±.
?lvaro Montealegre (Ciudad Real, 1984) es otro joven f¨ªsico espa?ol dedicado a las finanzas. Su cambio de rumbo se gest¨® en el Imperial College de Londres: ¡°Fui a hacer un Erasmus y me sorprendi¨® ver que all¨ª todo el mundo estaba enfocado a las finanzas y haciendo pr¨¢cticas en bancos desde el primer a?o. Mientras que en Espa?a se entra en carreras de ciencia con notas bajas, en estas universidades brit¨¢nicas ped¨ªan una nota alta y hab¨ªa mucha rivalidad entre los alumnos. Con bastante frecuencia recibo ofertas de bancos para irme all¨ª¡±.
Dice que haber estudiado F¨ªsica le ha estructurado la mente de una forma vers¨¢til que le ayuda a resolver todo tipo de problemas y ahora trabaja en un gran banco espa?ol, calculando riesgos. Su trayectoria tiene una explicaci¨®n: ¡°Soy un enamorado de la f¨ªsica y me gustar¨ªa haber seguido la carrera acad¨¦mica, pero tuve que dejar la tesis [hace dos a?os] porque me ofrec¨ªan, a cinco meses de acabar, un sueldo mensual de 500 euros. En el banco, en cambio, me pagan bien y me dan muchos beneficios extra. La carrera acad¨¦mica es como ser un eterno estudiante y yo no quer¨ªa seguir compartiendo piso con m¨¢s de treinta a?os¡±.
¡°Warren Buffet no es el mejor gestor de fondos del mundo, como tampoco lo son George Soros ni Bill Gross¡±, escribe James Weatherall, ¡°el mejor gestor del mundo es un hombre del cual probablemente jam¨¢s haya o¨ªdo hablar usted, a menos que sea f¨ªsico, en cuyo caso lo habr¨¢ adivinado de inmediato¡±. Se refiere a Jim Simons, un f¨ªsico de barba y aspecto desali?ado experto en teor¨ªa de cuerdas y fundador de la empresa Renaissance Technologies. No contrata a expertos en finanzas, solo a cient¨ªficos. Mientras el mundo de los negocios se desplomaba, en 2008, su Medallion Fund gan¨® un 80%.?
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