Nuevo intento de dinamizar el gasto tras varios fiascos
El nuevo plan sustituye de facto al que se present¨® en 2012 con poco ¨¦xito
El plan estrella de la Comisi¨®n Juncker se suma a varios intentos por reactivar la inversi¨®n en los ¨²ltimos a?os. El ¨²ltimo, anunciado a bombo y platillo por los l¨ªderes europeos en junio de 2012, consist¨ªa en la adopci¨®n de una agenda de crecimiento valorada en 120.000 millones ¡ªalgo m¨¢s de un tercio de la cifra que ahora pone sobre la mesa¡ª con un objetivo gen¨¦rico: sacar a Europa de la larga crisis en la que estaba y est¨¢ sumida, con un crecimiento ¡°inteligente, inclusivo, sostenible, eficiente y creador de empleo¡±. No funcion¨®.
El plan que naci¨® entre gran expectaci¨®n y dos a?os y medio despu¨¦s ser¨¢ sustituido, de facto, sin pena ni gloria. Se ha mostrado como una herramienta relativamente eficiente en el plano legislativo, con progresos normativos en el desarrollo del mercado ¨²nico, pero muy poco efectiva en el ¨¢mbito de la inversi¨®n, en el que la ausencia de acuerdo pol¨ªtico Norte-sur y la nula implicaci¨®n del Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha reducido al m¨ªnimo su potencial. Un dato lo resume todo: cuando se lanz¨® la tasa de inversi¨®n sobre PIB era superior en algo m¨¢s de un 1% al dato de cierre de 2013.
Papel clave del BEI
El BEI, con un rol fundamental en el plan Juncker, tambi¨¦n ha sido utilizado como piedra angular en anteriores ocasiones. El citado plan de 2012 iba acompa?ado de un aumento de 10.000 millones de euros en el capital del brazo financiero de la UE y preve¨ªa que esta cifra se disparase hasta los 60.000 millones gracias al efecto palanca.
Desde entonces el BEI ha aumentado su exposici¨®n al arco mediterr¨¢neo y muy especialmente a Espa?a, pero su participaci¨®n sigue siendo insuficiente: la inversi¨®n total es similar a la que hac¨ªa antes de la crisis de deuda, en 2009. Y el BEI nunca ha optado por el riesgo: fuentes del Ejecutivo comunitario destacan que se ha limitado a competir con el sector privado para financiar los mejores proyectos.
El ¨²ltimo intento de la Comisi¨®n Barroso tampoco funcion¨®: los denominados project bonds solo han financiado cinco proyectos ¡ªentre ellos el malogrado Castor, en Espa?a¡ª en los ¨²ltimos dos a?os. Anteriormente, ni el Fondo Margarita consigui¨® gran cosa ¡ªde 1.500 millones se qued¨® en 700 millones al estallar la crisis y apenas ha invertido en nueve proyectos¡ª, ni las garant¨ªas para la creaci¨®n de redes de transporte transnacionales (dentro del proyecto bautizado como Connecting Europe) terminaron de despegar, con apenas cinco proyectos en seis a?os.
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